Los secretos de Nova.

CAPÍTULO 26.

Viaje.

El sol ni siquiera se había asomada cuando un auto se paró en mi casa y una chica de cabello negro y gafas oscuras con maleta se montó con Luke en la parte de adelante.

Desde la oscuridad de mi habitación, observo como avanza y la maldita camioneta se come el cuento de que soy yo y los sigue.

No se hacia donde vaya Freddy, o quién demonios era la tipa que deje entrar a mi casa para que se hiciera pasar por mí. Lo importante es que el plan funcionó y que ahora Brayden y yo podemos salir de la ciudad sin que se enteren.

—Yo también quiero una vida tranquila.

Me había dado carta blanca para actuar en contra de Adrián, y no pienso desaprovechar esa oportunidad. Usaré todo lo que este a mi alcance para lograrlo y así estar en paz.

Mi familia y amigos estarán en paz sin que una sombra los amenace.

Para los ojos de mamá, iría a pasar la semana con Brayden y su familia. La única condición era mantenerla al tanto de todo mediante video llamada, jamás mensajes y ellas las haría en cualquier momento.

Ahora que puedo contar con Luke de mi lado, aprovecharé la boda para planear como quitarme a Adrián de encima, lejos de la ciudad, sin presión de que me estén vigilando.

—Buenos di... ¿¡QUÉ TE PASÓ EN EL OJO?!

Ni me he terminado de meter la maleta en el auto cuando veo a Brayden y la tensión se me baja.

—¡Ayer no tenías eso!

¡Lo tenía morado!

—Ah, mi madrastra me lanzó la chancla jejeje

—Pero... ¿y tú papá?

Ríe nervioso.

—Él la estaba conteniendo.

—Pero...

Tenía la boca abierta sin saber que más decir, el ojo se le veía inflamado pero parece no ser nada por la sonrisa que trae.

Mejor ni pregunto, ya me voy haciendo idea de lo loco que será estos días con su familia.

—Te había dicho que mi tía se va a casar.

—Si —abrocho el cinturón.

—Es Fiby.

Hubo un "Crack", un momento en que el mecanismo en mi cabeza había dejado de funcionar

—La novia de Carlos —finaliza.

Los engranes imaginarios volvieron a funcionar solo para gritar:

— ¡Nepotismo! ¡ME ENGAÑASTE! —Grito resistiendo las ganas de emparejarle el otro ojo, él tapa su oído con el hombro, pero no deja de reír.

— ¡Era la única manera para que vinieras!

— ¡Serás idiota! ¿Y no pensaste que simplemente NO quería ir? —Las palabras me salieron más fuertes de lo que esperaba y él solo parecía divertido por todo esto.

—Para empezar, jamás me pasó por la menta un ex psicópata.

Me tiro en el asiento de mala gana y cruzo los brazos y piernas. Su estúpida sonrisa no me había molestado tanto como ahora.

Si él no fuera tan porfiado...

— ¿Algo más que debería saber antes de quedar como idiota? —cuestiono.

Brayden tuerce sus labios, pensando.

—Jeremy es mi primo y su hermano me enseño Puente.

El tic en el ojo volvió.

— ¿El supuesto Miguel? —asiente sonriendo.

Todo cobra sentido ahora. Su extraordinaria confianza en la academia, las bromas con Carlos y la reacción que tuvo con lo de Fiby.

A ver, enlistemos:

Carlos, mi profesor: es su ¿qué? ¿Futuro tío?

Jeremy: su primo, y por lo tanto, el misterioso Miguel también.

La Sra. Yahaira, madre de Jeremy: supongo es su tía.

Ahora la presión por caerle bien a la familia de Brayden ha surgido de no sé dónde.

Saque la libreta y empecé a crear mi estrategia, los movimientos y el orden en que mostrare las exiliara a Adrián de nuestras vidas.

En medio del hermoso silencio que surgió, toma mi mano con delicadeza y entrelaza nuestros dedos causando que voltee a verlo. Noto una chispa en sus ojos a pesar de que están fijos en la carretera.

¿Qué carajos...?

Aparto mi mano de la suya con rudeza como si estuviese cubierta de moco.

— ¡Ay, por favor! ¿No me digas que te molesta?

Le respondo con una expresión cansada.

—No entendiendo por qué te molesta tanto si es obvio que algún día estaremos tomados de la mano en público, incomodando a todos con nuestros besos y no pararas de sonreír ¡Ya lo veras!

Abro los ojos como los de un búho por lo que había dicho sin pena ni traba alguna. Se hizo un silencio incómodo mientras mantenía su característica sonrisa.

— ¿Qué DEMONIOS pasa contigo?

Brayden me lanza una rápida mirada para después encogerse de hombros.

—Hay varias teorías.

Qué tipo más raro definitivamente.

Nos adentramos a la zona ganadera de la ciudad, donde la señal es nula y mi conversación con Sombra—Garreth—queda a media dejándome en suspenso.

He de admitir que el dinero que hago para que sea mi aliado vale la pena.

—¿Falta mucho?

—En la guantera hay una chaqueta y puedes reclinar el asiento.

Solo me quite los zapatos.

Tenía entendido que el viaje a casa de su abuela era de tres horas, pero en la hora y media que llevamos ya tenía treinta y seis maneras de hacer callar a Brayden.

El número quince era lanzarlo del carro, pero luego quién conduciría.

El número treinta y siete aparece cuando en la radio suena una canción que hace que Brayden vuelve a aullar. Y si, esa canción era de Shakira, no diré cuál, pero si diré que me recuerda mucho a la fiesta de disfraces de su hermana.

Que ahora que me doy cuenta también tendré que soportar.

Admito que es divertido ver a Brayden tan animado, aunque sea un pésimo cantante y este a punto de romperme los tímpanos. Baja la ventanilla y aumenta el volumen de la música mientras sigue cantando a todo pulmón.

—Brayden—lo llamo, pero no me escucha—. Brayden, baja la velocidad. Si tenemos un accidente será por tu culpa—me ajusto el cinturón—. Brayden en serio baja la velocidad, tengo un conejo en casa que alimentar.



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En el texto hay: romance, secretos, drama

Editado: 27.04.2024

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