Los secretos de Nova.

CAPÍTULO 39.

Miedo.

Diana está sola hablando por teléfono mientras arruga el vestido rosado y hace mierda el peinado que le hice de camino a la iglesia.

Esta tensa, nerviosa y el tema es un tanto delicado así que me acerco sin prestar mucha atención a lo que dice hasta que termina de hablar y el nombre de Rafa es lo único que capto.

—No le creas cuando te diga que van a ver una película.

—Haz lo que te digo y te podrás seguir sentando —la cara se le prende cuando imagina lo que le espera a puertas cerrada con el mujeriego de pacotilla.

Se aclara la garganta, desviando el tema.

—Después de fumigar el baño con su perfume mi hermano terminó oliendo a perro.

— ¿Y de qué vas a hablar tú sí ni te bañaste?

— ¡No me dio tiempo! —Se queja—. Además, la faja me aprieta.

—Pues quítatela.

— ¿Y perder el estilo? Más vale destripada que desarreglada —se acomoda de la forma menos discreta el sostén—. Uno de los sobrinos de Carlos es un fastidioso que no me lo puedo quitar de encima.

Un camarero pasa frente a nosotras con una charola de champagne, Diana estira el brazo para tomar una copa que no alcanza ni a probar ya que se la quitó.

—Aún estás chiquita —y yo necesito algo para sobrellevar la noche.

Ella hace un puchero que ignoro mientras doy media vuelta y me dirijo al bufé de dulces.

El ambiente estaba impregnado de felicidad y por supuesto no faltaban los que se creían los reyes de la pista, como Brayden y Carlos que tenían una pequeña competencia de quien bailaba mejor, si alumno o maestro, sobrino o tío. La escena me resultaba realmente divertida cada vez que Brayden dejaba sin habla a Carlos.

La mesa se atiborraba de dulces de distintos sabores y bebidas.

Se escuchó el sonido de vidrios rompiéndose, parecía ser que un invitado se tropezó con una de las camareras.

Me doy la vuelta pegando otro brinco en mi lugar con la aparición de Droopy sirviéndose refresco.

— ¿Quieres bailar? —El escote es lo primero que me mira percatándose de que llevo puesto el collar McCarthy.

—No. Quiero probar... —inspecciono los bocadillos para encontrar algo que no haya comido, hasta que tomo una bolita blanca que olía a coco—. Esto.

Y me la meto a la boca, efectivamente era de coco, y sabía a gloria.

—Listo, ya la probaste, vamos —apenas trago cuando me arrastra hacia la pista.

—Brayden, no quiero.

—Solo una — suspire, accediendo de mala gana porque si no iba a ser como un grano en la vagina.

Sin importar que la música estuviera por la mitad comenzamos a bailar So am I de Ava Max. Aunque lo intente, no logro concentrarme, no cuando lo tengo tan cerca y la mirada de su abuela y primos está en nosotros.

Oh so, dressed so fancy like Sid and Nancy (yeah)

Walkin' Killer Queen, gotta keep 'em guessin'

So baby come pass me a lighter

We're gonna leave 'em on fire

We're the sinners and the blessings

I can see it, I know what you're feelin'

So let me tell you 'bout my little secret

I'm a little crazy underneath this

Underneath this, ooh...

Por la abertura de mi espalda sentía cada centímetro que los dedos de Brayden tocaban al bailar, entre toda la mezcla de olores el perfume dulce era el único que podía notar con claridad.

—Buen trabajo con la abuela. Parece Ariana Grande —solté una pequeña risa—. Diría que está en el segundo lugar de las más guapas de ésta noche. Después de la novia, claro

Lo miré burlona.

—No me digas, y en primer lugar estoy yo ¿no?

—Noooo —responde exageradamente, es claro que iba a decir eso—. Es obvio que la primera es Miguel, o sea, solo míralo, está más femenina que Fiby.

Reprimí una risa con la cara enterrada en su cuello.

—Eres bastante narcisista.

Rodé los ojos.

Al acabar la canción me di cuenta que solo tenía dos opciones: seguir bailando o volver a la mesa de aperitivos. Mi mente y mi estómago no coincidían por alguna razón.

¿Por qué no puedo negarlo?

No quiero separarme de él, podía sentir su respiración en mis pestañas, con solo un levantamiento de cabeza me uniría a él con otro beso, frente a toda su familia.

Y eso hice, pasé la mano por su nuca agarrándome del nacimiento de su cabello para acercarlo a mí y sentir su respiración.

Quiero besarlo, y me prepare para hacerlo... Pero me separé de él y caminé sin rumbo por todo el salón. Mis piernas me guiaron hasta la salida, pero me decepcione al darme cuenta que seguía en el club y al mismo tiempo fuera de él.

En el balcón decorado con orquídeas, el cielo nocturno era protagonista en todo el frio ambiente.

Esto es malo.

Ya había lastimado varias personas, no puedo darme el lujo de también lastimar a Brayden, no se lo merece.

Si seguimos así se verá envuelto en el problema que lo empezó todo, renunciar a quienes quiero para protegerlos fue duro para mí, acepté que Jess se quedara bajo su propio riesgo y con Luke/Freddy no tuve alternativa.

— ¿No tienes frio? —la voz de Jeremy me saca de mis pensamientos.

—Un poco —en un gesto de los sesenta se saca su chaqueta y me la pone en los hombros.

—Gracias —decimos al mismo tiempo.

Lo miro confundida y una risa nos envuelve.

—Has logrado algo que nadie ha podido hacer —Levanto una ceja—, hiciste que Brayden madurara.

—Yo no hice nada —contradigo y me recuesto de espalda al barandal cruzada de brazos.

—Puede que Brayden sea un poco idiota, pero...

— ¿Un poco? —suelto abrumada.

—Bueno, un poco(te) idiota.

—Más bien inmaduro.

—¡El punto es! —enfatiza para que lo deje terminar—, que está locamente embobado de ti. No pensé que superaría a Mónica, fue su novia desde, no sé, desde que eran niños supongo.



#21216 en Novela romántica
#13453 en Otros
#2015 en Humor

En el texto hay: romance, secretos, drama

Editado: 27.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.