Los secretos de Nova.

CAPÍTULO 41.

Piedad.

Aparcamos en la calle de mi vecindario y hasta son 42 camioneta negras que he contado desde que entramos a la ciudad.

43 con la que siempre me sigue y de la cual Brayden aún no se da cuenta.

—¡Ah! ¿Le dijiste a tu amigo que llegabas hoy?

—¿Que?

De inmediato voltee a ver mi casa, y en la puerta, sentado como un verdugo estaba Luke.

—¡Holi, Brayden! —grito Freddy como si fuese el chico luz de siempre.

No, no le dije nada.

—Me imagino que querrá saber cómo la pasaste —Brayden sigue hablando sin darse cuenta de la situación—. Dile que fui un encanto.

—¿Quieres que mienta? —cuestiono en son de broma para disimular el coraje que me cargo.

—¡Vamos! Admite que lo pasaste bien conmigo.

Ruedo los ojos y al hacerlo, consigo que voltee mi cara con su mano y me sostenga la mirada.

—Admítelo.

Miro sus labios.

—Lo admito —confieso acabando con la distancia y besarlo antes de irme.

Consigo bajar del auto con mis cosas y no permito que Luke se acerque a Brayden para disque despedirse de él.

—¡Adiós, Brayden! —se despide Luke con la una radiante sonrisa, agitando la mano hasta que el auto desaparece.

—¿Aparte de fingir ser alguien que no eres también dices "Holi"? —inquiero.

—También muelo a golpes y vienen acompañado de un "Permiso"

—¡Mira tú! Una cajita feliz.

—¿Le dijiste algo? —va al grano.

—¿Que son unos putos sicarios? —pregunto—. No, lo cagaria de miedo.

Freddy agarra mi maleta y con su otra mano toma mi brazo, sin apartar la mirada de la camioneta negra detrás de mí.

—Entremos.

—Espera —me volteo a la vecina de al lado—. ¿Qué tanto ve, señora? ¡Vigile a su hija que lleva un mes de embarazo!

La vieja ofendida, se devuelve murmurando algo que no me importa pero que al menos me hace reír.

—¿Era necesario?

—¿Me darás clases de modales, tu? —me burlo.

—Unas cuantas zurradas es lo que te hace falta, niña malcriada.

Recibo a Beta en la solidad de mi habitación le explico mi plan, me advierte de los pro y los contras y juntos conseguimos la forma de afinar el plan para que todo nos salga nuestra favor.

Nada puede fallar.

Su vida, la mía, la de muchos corre peligro.

Pero es un mal necesario y al menos alguien saldrá perdiendo.

—Cuando llegue el momento... —la voz empieza a temblarme del miedo.

—Siempre te considere de mi amiga, mi única amiga.

—Lo entiendo —le digo.

Y por primera vez en mucho tiempo, una lagrima salió de mí.

Freddy me abraza de una forma tan dolorosa que parece ser una despedida. Nos estamos jugando todo para poder salir del mundo en que nos hemos metido, con esto pagaremos nuestros errores.

Ninguno es un santo, y lo aceptamos pagando todo el mal que hemos hecho para proteger a nuestros seres queridos.

Hemos llegamos a una decisión, él arriesgaría su pellejo distrayendo a los matones de Adrián para que no me sigan a Los Ángeles y yo arriesgare el mío yendo a la policía.

Los días están contados, pero no me iría sin antes fumigar a Belmont de una plaga.

Hago entrega del sobre en efecto con una cantidad sumamente absurda para lo que pedí.

¿Qué cómo consigo el dinero? El sentimiento de culpa de papi por abandonar a su primera hija ayuda mucho.

—Escuche sobre ti —me dice Sombra y asco es lo que percibo en su tono—, de tonto no quise creer los rumores.

—Es normal que los idiotas se equivoquen.

—No tienes piedad.

Me encojo de hombros.

—Y tú tienes hasta el miércoles para darme esa información—Sombra es más vil que yo, por lo cual no titubea a la hora de mirarme directo a los ojos—. ¿Entendiste, Garreth?

—Lo quiero para el jueves en la noche ¿entendido?

Da un paso atrás dejándome el camino libre, me dispongo a irme hasta que recuerdo algo.

—Ah, y... sea lo que sea que estés tramando, te juro que, si te están pagando para lastimar a mi amiga, que te corten la lengua será lo más bonito que te llegue a pasar ¿entendido?

—Si —se le mueve la manzana de Adam.

—No lo parece porque no te veo terminando con ella y dejándola en paz.

—No la voy a lastima.

— ¿Cómo creerle a un doble cara como tú que se vende para salvar a alguien que ya está muerta?

Hace un puño con su mano y desde aquí percibo las ganas que tiene de estrellármelo en la cara, no me manda al carajo porque sabe que si lo hace esa información de alguna u otra forma va a llegar a Adrián.

—Debrah fuera.

Silencio total.

—Si —obedece.

Doy media vuelta directo al pasillo; Luke están en el casillero de Jess y Jess está enfrente con la cabeza metida en el mío.

— ¿Cómo es que cada vez que la cambio te sabes la contraseña? —cuestiono.

—No eres muy buena pensando, o sea, 13 - 03 fue el día que encontraste a Beta —sonríe, y al momento que aparto la mira un rugido paraliza a la mitad del Belmont High.

— ¡Que te den, Nova Thompson!

Me gire a ver quién había sido el estúpido que lo había gritado y cuando lo vi: «In-cre-í-ble.»

Rafa Wells.

Brayden es quien a duras penas lo sostiene para que no se me lance encima, pero incluso hasta en momentos como estos no puedo dejar de ser tan cínica como para evitar reírme.

Creo que Brayden ya me delató.

Jess me mira aterrada, más por lo que pienso que por lo que pasa, también porque, o sea, ver a Rafa en modo endemoniado te ponía los pelos de punta.

Yo que por ningún segundo dejaba de sonreía a la espera de lo que sea que esté pensando hacer.

— ¡Que le den por culo a la MALDITA, reina de hielo! —levanto la mandíbula cuando él, de forma irónica hizo una reverencia.

No lo negare, disfrutaba mucho su espectáculo. Tanto que hasta me le uní, esperé a que Wells se diera la vuelta e inflé el pecho.



#25439 en Novela romántica
#16337 en Otros
#2322 en Humor

En el texto hay: romance, secretos, drama

Editado: 27.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.