Los secretos de Nova.

CAPÍTULO 57.

Anti-Heroe.

Despierto antes que salga el sol, antes que mamá.

La primera noche después de un año en la cual consigo conciliar el sueño sin tener pesadilla y me tengo que despertar en la madrugada para pasar a Brayden de habitación.

—Brayden... Brayden —sacudo al rubio para que despierte y lo único que hace es darse la vuelta y acomodarse en mi almohada.

Se va haciendo la hora para que la alarma de mama suene y este niño de 1.70 no se levanta. Recorro la cicatriz de su espalda, paso al tatuaje de su apellido y muerdo su cuello consiguiendo despertarlo.

El idiota se cae de la cama y por poco encima de Beta.

—¿¡Por qué me muerdes?!

—Intente despertarte por las buenas.

—Pero dejara marcas.

—Mejor aún, así sabrán que eres mío.

Con la cámara de su teléfono revisa las demás marcas que le deje anoche.

—Parece que me atacó un animal salvaje.

—Pues que lo sepan todas las carroñeras de Belmont.

Me lanza un beso, ruedo los ojos levantándome de la cama en busca de su robo regada en la habitación. Lo afano para que se vista y lo guio a la habitación de invitados. Beta nos sigue detrás.

—Fue buena idea venir —presume.

—Para mí también es buena idea lanzarte de las escaleras, pero no todos pensaran igual que yo.

Se ríe y antes de cerrar la puerta me agarra de la cintura para besarme.

—¡NOVA, saca a tu rata de mi habitación! —grita mamá obligándonos a separarnos.

Lo dejamos hasta ahí mientras finjo estar recién despierta para buscar a mi coneja.

Dos horas después mamá se despide, Brayden ofrece llevarla a su trabajo dejándome sola en la casa. Un auto gris los sigue detrás, la camioneta negra se queda vigilándome.

Ellos no se apartarán de mí, pero lo que importa es que la policía cumplió su parte del trato en protegerlos y cuidarlos de cerca.

Desde la ventana observo como uno se baja de la camioneta, tiene capucha y se dirige a mi puerta.

Antes de que tenga la hipocresía de tocar como una persona normal y decente, le abro.

—¿Quiere una tacita de café, desayuno o dispararme en la cabeza?

—Tu café sabe a tierra —responde Freddy lanzándose al sofá—. ¿Qué hay de comer?

¿Está mal admitir que me agrada más la verdadera cara de Luke que la falsa?

—Creo que hay cereal con mierda y mierda con cereal.

Luke lo pensó, tomando a Beta en brazos.

—¿La mierda es tuya o de tu novio?

Me siento a su lado.

—¿Y el honor de tu visita? —pregunto lo que ya se.

—¿Lo hiciste?

—Si no vienes a matarme supongo qu es porque no saben.

—Ni sospechan. Como te perdieron de vista esperan a que yo les diga que hiciste

—¿Y que le dirás?

—La verdad, que fuiste a la competencia de baile y tu me pasaras los videos como evidencia.

Suena lógico y poco sospechoso.

—De acuerdo.

Tome mi teléfono, recopilando tanto los videos como las pocas noticias que se publicaron del evento en Los Ángeles.

—¿La policía es el carro gris que sigue a Brayden?

—Que intuitivo.

Luke desvió la mirada, con el deseo contenido de decir algo que no se atreve.

—Freddy, tú también estas en la lista —le hago saber.

Me miró, por un segundo vi esperanza en sus ojos. La esperanza de que también este infierno termino.

—¿Les dijiste?

—Dije que mi amigo Luke está siendo extorsionado, ellos no saben de la existencia de Freddy.

—Pero si llegan a indagar...

—Se quedarán con la única versión de que fuiste extorsionado, punto final.

Freddy asiente, con una leve sonrisa.

—Gracias, Nova.

Y por solo unos minutos, volvimos a ser nosotros: la Nova que no tenía idea que la vigilaban y el Luke risueño que cuenta chismes de mujer.

Me contó que en mi ausencia, Debrah fue la responsable del caos que se armó en Belmont y como Garreth fue el responsable de publicar su lista. Puso de patas arribas todo y ocasionó la peor guerra social de la historia en Belmont.

—Lo mataría con mis propias manos de no ser porque Debrah se encargó de joderlo peor.

—Debrah cambió mucho —opinó.

—Después que un hijo de puta te rompe el corazón, no te queda más opción que ser peor que él. Estoy orgullosa de ella.

—¿Y qué hay de ti? —se recuesta de lado—. ¿Ya es oficial lo de Brayden?

Entrecerré los ojos.

—Quita esa sonrisa picarona que no te voy a dar detalles.

—¡Pero si soy como una tumba! Al menos dime si ya... —baila las cejas.

Guardo silencio, sigue insistiendo, pero no digo nada.

Evito la mirada dando la respuesta que quería.

—¡Eres una perra! —grita emocionado y me empuja del sofá casi tirándome al piso.

—Por cierto, Freddy. ¿Qué edad tienes en realidad? —pregunte

—23 —en verdad que mis ojos casi salen de sus orbitas—. El padre de Adrián... bueno, ya sabes cómo es, consiguió identificaciones falsas para que yo vigilara a Adrián y que no se metiera en muchos problemas.

—¿Y terminaste siendo mi niñera? —me burle.

—No solo de ti.

—Si hablas de Jess...

— ¡NOOO! Jess es tu responsabilidad, no mía. Esa tipa está loca.

—Entonces, ¿a quién más vigilas?

Sonrió.

La respuesta me dio miedo.

—Tu ya lo sabes.

—Debrah.

Di en el blanco.

—¿Y qué hiciste para que Adrián y su padre te acogieran como de su "familia"?

Suspiró pesado.

—A los 18 años metí la pata con mi novia, quedó embarazada, sus padres la habían botado de casa y vino a vivir a la mía. Me obligaron a trabajar, pero el sueldo que ganaba no era suficiente. Cuando nació Hugo estaba tan desesperado que mi mala suerte me llevó a los peores prestamista.

—Les debes dinero —resumí.

Pero el negó.

—Les pague todo lo que les debía, pero el senador no me quería dejar ir tan fácil, no después de saber todo lo que hacían... así que se afanaron con mi familia.



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En el texto hay: romance, secretos, drama

Editado: 27.04.2024

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