- Jared -
Unos golpes en la puerta me hacen despertar. Siento la garganta seca, el sabor de mi boca me provoca arcadas y mi cabeza me está matando del dolor. Vuelven a tocarla puerta, pero no le presto atención. Cuando estoy por volverme a dormir, la puerta del departamento se abre dejando ver a mi hermana con cara de preocupación y desconcierto al ver mi estado.
- ¿Qué hiciste? - me pregunta consternada
Yo tardo en contestar, pues me concentro en ver a lo que se refiere, es ahí cuando noto el desastre que me rodea. La mayoría de los muebles están tirados, hay botellas tiradas por doquier, algunas completamente rotas. También hay algunas envolturas de comida rápida y me parece que una esquina de la alfombra está quemada. Ni siquiera recuerdo cómo pasó eso.
- Una fiesta - respondo por fin - perdón por no haberte invitado pero la entrada era exclusiva, solo los idiotas que dejaban que una niña le rompa el corazón podían entrar -
- ¿Por qué? - vuelve a cuestionar
- Para celebrar mi libertad - sigo el juego - libre del amor, de promesas sin cumplir, de los secretos que llevo años guardando. Se acabó y eso hay que festejarlo -
- Por dios Jared, llevas días desconectado del mundo, nos tienes a todos preocupados y cuando vengo a ver que sigas vivo te encuentro en este estado - me regaña - no sé a qué te refieres, pero antes de que sigas diciendo estupideces será mejor que vayas a bañarte y cuando seas más persona me explicas todo -
- ¿Y quien te dijo que quiero decirte lo que pasó? - hablo molesto - si no te hubieras metido en mi vida en un principio nada de esto estaría pasando. ¡Porque no mejor te largas y me dejas en paz. Jodele la vida a alguien más, buscate un marido que te haga menos infeliz, ten un hijo!! -
Conforme hablo los ojos de mi melliza se van humedeciendo, con la poca cordura que me queda puedo reconocer mi error, trato de disculparme pero Cristhal se gira limpiándose las lágrimas que ha dejado escapar y se dirige a la puerta. Sin embargo la veo detenerse, al principio creo que volverá a decirme algo, pero me sorprendo al escuchar la voz de un hombre que en mi estado no alcanzo a reconocer.
- Buenos días ¿Se encuentra Jared? - lo escucho decir
- No - mi hermana responde de inmediato - el hombre que está aquí no es Jared -
La veo girarse con una mirada dolida, pero lo que llama mi atención es el hombre que está frente a ella es Noah.
¿Qué carajos hace aquí?
Apenas él me ve entra al departamento con cara de asombro.
- ¿Qué hiciste? - pregunta igual que Criss
Cuando estoy por contestarle lo mismo que a ella, mi hermana me detiene.
- Ni se te ocurra decirle lo mismo que a mi - me amenaza para luego irse a la cocina
- Vaya, no sabia que estabas casado - comenta Noah después de un rato
- Para nada, ella es mi hermana - le aclaro - con la única mujer con la que yo quería casarme era con mi flor salvaje -
- ¿Quién es la flor salvaje? - pregunta confundido
Cuando estoy por decirle que así le llamo a su hermana, Cristhal me lanzó una envoltura de papel a la cabeza después de hacerla bolita.
- Huy perdón, es que lo había lanzado al cesto de basura pero me falló la puntería - se excusa falsamente - y a todo esto ¿Quién es usted? -
- Oh lo siento, olvide presentarme - se disculpa apenado - soy Noah Sandoval, el jefe de Jared -
Ambos estrechan sus manos mientras Cristal me mira de reojo y sé que se está preguntando si él tiene algo que ver con Violeta. Yo asiento levemente.
- Un gusto, Cristhal Johnson - corresponde mi hermana usando su apellido de casada - ¿Y a qué debemos su visita señor Sandoval? -
- Lo que pasa es que desde hace 3 días que Jared no se ha presentado a trabajar y supe que tampoco a ido a la universidad - nos explica - por lo que mis hermanos y yo nos preocupamos por ti -
- ¿Tus hermanos se preocuparon? - inquiero curioso
- Si, yo no he dejado de llamarte y enviarte mensajes, Erick pensó en ir a los hospitales a buscar tu cadáver, Miguel, bueno él quería despedirte - se ríe con pena - y fue Violeta la que me sugirió que viniera a verte -
- ¡Ja! - me burlo molesto - si en verdad se preocupara por mi no... -
Antes de que pueda terminar de sacar mi veneno contra Violeta mi melliza estampa un cojín en mi cara con el que apenas puedo respirar.
- Que amables son tus jefes que incluso vienen a ver como estas - la escucho decirme con falsa alegría - lamento que lo encuentre en este estado, justo ahora iba a darle un medicamento que le ayudara con la resaca ¿Sería tan amable de traer un vaso de agua que deje en la cocina? -
Escucho unos pasos alejarse y supongo que Noah accedió a ayudar, apenas unos segundos después Cristhal me quita el cojín con brusquedad, haciendo que mi dolor de cabeza se vuelva más intenso.
- ¿Acaso quieres que te mate? - cuestiona molesta - Sé que ya estas harto de que me meta en tu vida, pero solo por esta vez hazme caso y cierra la maldita boca antes de que digas algo de Violeta que te cueste la vida -
Al terminar de hablar Noah aparece con el vaso de agua, mi melliza sonríe como si nada, mientras yo me tomo un par de pastillas que me da.
- Sería bueno que te tomaras un baño - me sugiere Noah - anda vamos, te ayudo a subir -
Sin dejarme oponerme los dos me levantan del sillón y me ayudan a subir las escaleras hasta llegar al baño. Estoy por cerrar la puerta cuando me percato de un detalle y sin ponerme a pensar en mis palabras jalo a Noah de la camisa con más fuerza de la que creí tener.
- No toques a mi hermana - lo amenazo
Dicho eso les cierro la puerta en la cara, dejándolos con una expresión de asombro y vergüenza. No sé por qué pero me sentí raro diciendo esas palabras, creo que hasta me mordí la lengua.