Los Secretos de una Mujer

Sentidos

- Jared -

 

 

 

Ya hace un par de semanas que Violeta y yo hicimos el trato de que guardaría silencio a cambio de que ella se quedara en mi departamento los fines de semana y así lo hemos hecho. En la constructora ya todos se enteraron que Violeta terminó con el topo, según ella cuando su familia se enteró, la felicitaron por tomar una decisión tan madura por querer buscar su felicidad. No sé si fue algo muy maduro de nuestra parte la forma en la que se dieron las cosas, pero de que buscaremos ser felices de eso no hay duda.

Tratamos de actuar con el mayor profesionalismo posible, solo hablamos lo indispensable. Claro que eso es solo cuando estamos frente a los demás, porque si de alguna forma logramos estar a solas las cosas cambian, bueno, yo las cambio. La verdad es que de los dos soy el más rebelde cuando de discreción se trata, apenas la veo solita y me abalanzó sobre ella, ya sea para besarla, abrazarla o por lo menos susurrarle algo al oído. Violeta siempre me regaña por hacer eso, pero yo sé que le encanta la adrenalina que esto conlleva.

Justo ahora voy en dirección a su oficina para entregarle unos planos que ya hemos terminado y de a paso darle los buenos días como mi novia se merece. 

 

Que bien se siente decirle así, ya extrañaba llamarla mi novia.

 

- Hola Tina ¿Está la jefa? - le pregunto a la asistente de Lila

- Si ¿Quieres que le pregunte si puede atenderte? - inquiere levantando la bocina

- No hace falta, ella siempre está dispuesta a atenderme - comento risueño

Ella se sonroja bajando la mirada, no soy tonto sé que ella sabe algo de lo contrario no habría ayudado al par de sicópatas que mi mujer tiene como amigas para secuestrarme en el baño. Toco la puerta para dar aviso de mi llegada y sin dejar que me dé acceso, entro a la oficina.

- ¿Si sabes que las puertas existen para que las personas no entren sin permiso, verdad? - me reclama Violeta al verme

- Yo creía que era para que pudiéramos hacer cositas sin que nadie nos moleste - comento coqueto

- Sí también, pero no en mi oficina - demanda con recelo

- Pero bien que te gustaría verdad - me acerco hasta su escritorio

Inclino su silla levemente para poder verla mejor y me agacho hasta llegar a sus labios, los cuales rozo levemente pero sin llegar a besarlos por completo.

- Ni se te ocurra besarme - me amenaza - alguien podría entrar y vernos -

Siempre me dice lo mismo y nunca le he hecho caso, está no va a ser la excepción.

- Eso no va a pasar, Cristina ya me vio entrar y no va a dejar que alguien más entre mientras esté aquí - aseguro tranquilo

- Deja ya de creer que ella sabe de lo nuestro porque no es así - aclara

- Eso es lo que tú crees cariño, pero yo sé que esa chiquilla ha sido cómplice de tus amigas en muchas de sus locuras - le hago saber - además que te es totalmente leal y no va a permitir que tengas problemas por esconder lo nuestro -

- Ambos lo escondemos Jared, que no se te olvide - me recuerda

- Yo lo hago solo porque no me has dejado otra opción, si fuera por mi ya hubiera ido con tu familia a decirle cuánto nos amamos - declaró para luego besarla de verdad

- ¿Quién eres tú y que le has hecho a mi profesor de preparatoria? - pregunta juguetona apenas nos separamos

- Sigo siendo el mismo preciosa, solo que más apuesto - contesto arrogante

- Tú y yo sabemos que eso no es verdad - me reta - el Jared que yo conocí no era tan atrevido y su ego no era tan grande -

Eso último lo dijo con burla, a lo que yo solo tome una pose aún más engreída.

- ¿Qué te hizo cambiar? - pregunta con verdadera curiosidad

- Tú lo hiciste - aclaro - cambie por ti y por la promesa que hice -

- No recuerdo que me prometieras cambiar - comenta extrañada

- Es porque esa promesa no te la hice a ti - comento perdido en mis recuerdos

- ¿Entonces a quién? - ahora se ve más confundida

- Algún día te lo diré - no creo que sea el momento de mencionar la promesa que le hice a su padre

Cuando ella está por insistir el teléfono la interrumpe.

- Señorita Violeta, su hermano, Erick, pide verla - se escucha la voz de Cristina con nerviosismo

Yo solo miro a Lila con una sonrisa de "te lo dije", para luego alejarme de ella y sentarme frente al escritorio.

- Gracias Tina, dile que pase - le responde mientras se acomoda

Le entrego los planos que había traído para que los revise y así no levantar sospechas, ella los empieza a ver como si llevará mucho tiempo revisandolos. Apenas unos segundos después la puerta se abre dejando ver al segundo de mis cuñados.

- Creo que tú secretaria tiene algo en mi contra - comenta apenas cierra la puerta

- Estoy muy bien gracias por preguntar - le responde Lila con sarcasmo

- Esto es serio Violeta - ignora el comentario de su hermana - ahora resulta que no puedo entrar a tu oficina sin ser anunciado, ni que fueras la reina Victoria -

- Ella solo hace su trabajo, no se supone que debas entrar a mi oficina como si fuera tuya - le recuerda con calma

- Eso no aplica conmigo, ya deberías saberlo y ella también, solo lo hace para fastidiarme - se queja como si fuera un niño pequeño - esa niña no es ninguna santa -

- Yo estoy de acuerdo contigo - le digo llamando su atención

- Ves, Jared me apoya deberías... espera, ¿Y tú cuando llegaste? - pregunta confundido

- Desde antes que tú nacieras - bromeó con él

- Eso ya lo sé, me refiero a en qué momento llegaste, ¿Es que acaso a parte de clon también te teletransportas? - pregunta con interés

 

¿El clon de que?

 

- El señor Vega ha estado aquí desde hace un rato y tratábamos asuntos del trabajo hasta que tú llegaste a interrumpirnos con con tus berrinches - el explica con desden - ahora ¿En que puedo servirte Erick? -




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