Los Secretos de una Mujer

Brighton

- Jared -

 

 

El cuarto tiene un armario a mitad de pared, la cama es matrimonial con dos mesitas de noche a los lados y un ventanal enorme que da una vista hermosa de la playa.

- Es muy hermosa la casa - comento admirando la vista

- Lo es, no esperaba que Izza la eligiera pero me alegra que lo haya hecho - dice acercándose a mi

- ¿De dónde la conoces? - pregunto abrazándola de la cintura

- Su padre fue socio de papá desde hace años, su hija siguió sus pasos y ahora se encarga de supervisar los proyectos de otras áreas - responde sin darle mucha importancia

- ¿Y porque le dijiste que somos novios? - vuelvo a preguntar

- Por qué no me dejó otra opción - entorna los ojos - cuando le dije como quería el lugar me preguntó el porqué y tuve que decirle -

- ¿Y no crees que le diga a tus hermanos? - es lo que me preocupa

- No lo creo casi no se ven y para cuando lo hagan ya nosotros se lo habremos dicho - responde con tranquilidad

- Eso espero porque no soporto que nos estamos ocultando - hago berrinche

- Pronto se lo diremos, por ahora disfrutemos que aquí no tenemos que ocultarnos - empieza a besarme

- En ese caso empecemos por disfrutar de la cama - digo para después llevarla a ella

A la mañana siguiente fuimos a revisar el área dañada y a buscar una solución. Ahorita nos encontramos en la oficina de Izza contemplando todas las opciones.

- ¿Y si hacemos casas más pequeñas y con material más ligero? - pregunta Izza

- Los inversionistas no lo permiten, se supone que todas tiene que ser iguales o sus ganancias se verán afectadas - respondo estresado

- Y tampoco podemos vender ese pedazo de tierra y comprar otro, ya que está justo en el centro - comenta Lila

- Tal vez podemos usarla como área verde - digo de pronto - la humedad del suelo es perfecta para eso y sería ligero, lo que evitaría el hundimiento -

- ¿No será un problema la pérdida de ganancia? - cuestiona Izza pensativa

- En realidad la inversión no sería tan alta y les conviene que se les conozca por tener una empresa ecológica - explica Lila

- Entonces habría que hablarlo con ellos y ver qué opinan - comento más relajado

Esa misma tarde nos reunimos con los inversionistas, quienes sorpresivamente aceptaron la sugerencia. Ya que como dijo Violeta, buscaban darse a conocer por ser amables con el planeta y un área verde iría acordé al funcionamiento de las casas. Durante la noche nos concentramos en elaborar los planos del lugar que sería como un pequeño bosque rodeado con un riachuelo artificial.

Ya para el sábado estamos libres de trabajo, por lo que inicio con los planes que tengo en mente. Empiezo por levantarme aún de madrugada, guardo todo lo que necesitaremos en una mochila y envuelvo a Violeta en las sábanas como si fuera un enorme tamal. Con cuidado de no despertarla la cargo y salgo de la cabaña.

Con lentitud me dirijo a la parte alta de la playa, que a diferencia de otras tiene pequeñas piedras en vez de arena. Cuando llego al lugar indicado me siento con Violeta en brazos y empiezo a despertarla.

- Lila... amor, despierta - le susurro al oído

- 5 minutitos más - habla medio dormida

- No puedes cariño, tienes que despertar - insisto

- ¿Qué hora es? - pregunta tratando de encontrar su almohada

- Cerca de las 4:30 - respondo preparado para lo que viene

- ¡¿Pero es que te has vuelto loco, porque me levantas tan temprano?! - se destapa mirando a su alrededor - ¿Dónde estamos? -

- En la playa - respondo con obviedad - te traje mientras dormías -

- Cómo que ya se te está haciendo costumbre lo de estarme secuestrando, no te parece - comenta sin poder creer lo que hice

- Tenía que hacerlo, de lo contrario te perderían del espectáculo - me excuso

- ¿Qué espectáculo? - pregunta interesada

Sin responder giro su cuerpo para que sus ojos den al horizonte, mientras le pido que guarde silencio. Poco a poco la oscuridad de la madrugada se ve reemplazada por los colores de un nuevo día, la brisa se empieza a tornar fría y la pequeña montaña en la que estamos sentados es rodeada por el agua. En cuestión de minutos nos encontramos en una pequeña isla observando el amanecer mientras el ruido de las olas nos hace compañía.

- Esto es hermoso Jared - comenta impresionada

- Te dije que era todo un espectáculo - digo feliz - encontré este lugar ayer y quise compartirlo contigo ¿Valió la pena el secuestro? -

- A tu lado todo vale la pena - responde mirándome con esos ojos que tanto me encantan

Durante las siguientes horas nos mantenemos viendo el sol salir, mientras conversamos y desayunamos los emparedados que traía en la mochila. Al terminar le doy a Violeta la ropa que le traje para que se cambie el pijama, empezamos a caminar por la playa dejando que el agua cubra nuestros pies hasta casi llegar a las rodillas. Llegamos al parque de diversiones que está en el muelle, no sé a quién se le ocurrió hacer un parque a la orilla del mar, pero está cool.

- ¡Mira amor subamos a la montaña rusa! - me pide Violeta emocionada

Sin dejarme responder me jala hasta la entrada y subimos a la montaña, en mi vida había gritado tanto como lo hice en esos tres minutos. Después de bajar de esa máquina infernal subimos a un pequeño tobogán que nos dejó más que empapados. Para mi desgracia había dos montañas rusas así que ya se imaginaran lo que pasó.

- Por dios Jared no seas gallina, solo es un juego - me regaña Violeta

- Un juego del diablo, eso es lo que es - me abrazo a un poste

- No es verdad, andale, por mi - trata de jalarme haciendo pucheros - hazlo y en la noche te hago uno de esos bailes que tanto te gustan -

Eso último me lo susurro al oído.

- ¿Lo  prometes? - soy un facilote

- Hasta de meñique si quieres pero ya vamos - me suplica

- Esta bien - ya me las pagará




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