Los Secretos de una Mujer

Todo bien

- Jared -

Madre mía, pero qué sueño tan más... doloroso. Si no fuera porque sé que los hermanos de Violeta no son capaces de molerme a golpes diría que sí lo hicieron de verdad. Si eso me hicieron en mis sueños no me quiero imaginar lo que van a hacer cuando se enteren de verdad, aunque tal vez en otras circunstancias no sean tan animales.

Lentamente abro los ojos mientras trato de estirarme, pero al intentar hacerlo mi cuerpo no solo no responde, sino que todo me duele como si me hubiera pasado encima un buque de carga. ¿Será que anotaron la placa? Lo más extraño es que al enfocar la vista me doy cuenta de que no me encuentro en mi habitación, sino en un cuarto totalmente blanco, con una luz demasiado clara y bastante frío. Por cierto, ¿Que es ese sonido? Parece como el pulso de algo. Cuando quiero girar la cabeza para saber de qué se trata, esto me provoca un dolor tan fuerte que me hace cerrar los ojos con fuerzas.

- ¡Aaahh! - ¿Por qué me duele tanto?

- Jared, dios que bueno que ya despertaste - escucho a Violeta preocupada - ¿Como te sientes? -

- No estoy seguro ¿Que pasó? - le pregunto tratando de voltear a verla, pero eso solo me duele más

- ¿No recuerdas la pelea? - cuestiona aún más preocupada

Ante su reacción pongo todo de mi para enfocarla bien, al hacerlo me asusto al verla con los ojos hinchados, el maquillaje corrido, su cabello desordenado y lo que es peor su hermoso vestido blanco manchado de sangre. Un momento, es el mismo vestido que usaba en mi sueño.

- Dime que no te hicieron nada - le pido desesperado

- No amor, no te preocupes - me tranquiliza - esta sangre... es tuya -

- ¿Mía, entonces no fue un sueño? - cuestiono sin poder creerlo - tus hermanos ya saben la verdad, ellos me golpearon -

- Si Red, ya lo saben - noto que su expresión se endurece considerablemente - esos monstruos casi te mata -

- No cariño no digas eso - no me gusta que hable así de sus hermanos - no fue tan grave -

- ¡¿Que no fue tan grave?! - se altera más - estuviste inconsciente por casi 24 horas, tienes una contusión que bien te pudo dejar en coma, te pusieron cuatro puntadas en el lado izquierdo de la cabeza, tienes tres costillas rotas, te dislocaron el hombro derecho, tienes derrame en ambos ojos, la nariz y el labio rotos, sin contar las decenas de hematomas y cortadas que tienes por todo el cuerpo. ¡¿Y aún así te atreves decir que no es tan grave?! -

¡Oh vaya! Eso explica porque me siento todo desarmado.

- Ok, tal vez se pasaron un poquito de la raya pero lo hicieron porque te aman - busco justificarlos

- Pues qué forma más perra de demostrarme su amor - espeta con los brazos cruzados

De pronto su mirada llena de rabia cambia a una de tristeza y mientras agacha la cabeza empieza a sollozar.

- Mi fiera ¿Porque lloras? Estaré bien, no te preocupes - intento tomar sus manos para acercarla a mi

- ¡Perdóname Jared! - me pide hipando - ¡Yo no quería que esto te pasara, si tan sólo te hubiera hecho caso, si no hubiera sido tan cobarde! -

- Lila, esto no es tu culpa - detengo sus lamentos - ambos sabíamos que esto pasaría tarde o temprano, tal vez no fue de la mejor forma y definitivamente nos tardamos en decirles. Pero eso ya no importa ahora, ellos ya lo saben y me alegra que así sea -

- ¿Entonces no me vas a dejar por esto? - me mira con miedo y esperanza

- Pero qué dices, claro que no te voy a dejar - le aclaro con una sonrisa tranquilizadora - te jure que nunca dejaría de amarte, sin importar lo que pasara. Prometí que cuando volviera por ti no volvería a irme y así lo haré, me quedaré contigo sin importar cuanto se opongan los demás -

Puedo ver como se relaja ante mis palabras y de un momento a otro se deja caer sobre mí en un fuerte abrazo, que si no fuera porque tengo la mitad de mis huesos rotos le correspondería con todo el gusto del mundo.

- No sabes lo preocupada que estuve por ti - continúa llorando - tenía tanto miedo de lo que pudiera pasarte -

- Tranquila, ya no llores más - acaricio su cabello con mi mano izquierda - te aseguro que a partir de ahora todo estará mejor. Pero por ahora sería bueno que me dejaras respirar -

- ¡Ayy perdón, lo siento! - se aleja con rapidez - ¿Te lastime? -

- Solo es un poco de incomodidad - miento

- Voy a decirle al médico que ya despertaste para que te revise - dicho eso me da un ligero beso, que me dolió más de lo que estoy dispuesto a aceptar y sale de la habitación

Al cabo de unos minutos entra un doctor y una enfermera. Ambos me revisan minuciosamente, desde la presión, mi ritmo cardiaco, los reflejos, mis sentidos y otras cosas más. También aumentan un poco la cantidad de anestesia para que el dolor que empiezo a sentir no sea tan insoportable. Poco antes de que se vayan entran Violeta y Cristhal al cuarto, mi hermana se ve realmente afectada pero no sé por qué siento que no solo se debe a mi estado.

- ¿Cómo está mi hermano doctor? - pregunta caminando hacia la cama

- Parece ser que la contusión está sucumbiendo ante el medicamento, el derrame de sus ojos está empezando a disminuir y las hemorragias externas ya fueron controladas - explica revisando mi expediente - de todas formas le haremos algunos exámenes y resonancias para comprobar que todo esté en orden y que no haya ningún daño cerebral o en algún otro órgano. Ya en base a eso sabremos qué medidas tomar -

Después de eso se despiden y nos dejan a los tres solos.

- ¿Cómo te sientes Red? - me pregunta mi melliza

- Mejor de lo que esperaba - respondo tranquilo - aunque no recuerdo muy bien lo que pasó -

- Menos mal, estoy segura de que si lo recordaras ya hubieras salido corriendo - bromea

- Gracias por tus buenos deseos cuñadita - le comenta mi novia con sarcasmo

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