Los Secretos de una Mujer

Rencor

- Jared -

- Las chicas te mandan a saludar, dicen que mañana vendrán a verte después del trabajo - me comenta - por hoy se van a descansar antes de que termine de amanecer y dicen que si gustas pueden llevarte Criss, por lo que sé no traías auto y ya es tarde para que te vayas en un taxi -

- Creo que debes aprovechar e irte con ellas, no creo que Logan este tan tranquilo que estés a fuera a estas horas - le digo para convencerla, a lo que ella hace una mueca

- Supongo que tienen razón, ¿Estarás bien sin mi? - me pregunta como para que la detenga

- Creo que puedo sobrevivir esta noche - me burlo

- Vete tranquila, que yo me quedaré a cuidarlo - le insiste Lila

- Bueno, en ese caso será mejor que me vaya - accede pensativa

Se despide de nosotros y sale del cuarto.

Antes de que podamos decir algo más, el teléfono de Lila empieza a sonar, haciendo que ella ruede los ojos mientras resopla con frustración. Sin detenerse a mirar de quién se trata, cuelga y vuelve a guardarlo.

- ¿Quién era? - ahora soy yo el que pregunta

- Mi madre - responde molesta - lleva toda la noche llamándome -

- ¿Pero por qué no le contestas? Debe estar preocupada - cuestiono incrédulo

- No, sus hijos ya debieron haberle contado lo que pasó y lo que menos quiero es hablar de eso - responde tajante

- Amor, sé que estás molesta por lo que pasó pero tu mamá no tiene la culpa de nada. Debes hablar con ella, si no le quieres contar lo que pasó por ahora al menos dile como estas - trato de razonar con ella

En eso su teléfono volvió a sonar y yo la miro con suplica.

- Esta bien - accede a la mala

Mientras refunfuña por lo bajo, vuelve a tomar su

teléfono y contesta con voz cortante.

- Hola - responde

Hasta donde estoy puedo escuchar la preocupación en la voz de su madre.

- Sí mamá estoy bien, no te preocupes - le responde cansada

Entorna los ojos.

- Estamos en el hospital, no hace mucho que Jared despertó. Por ahora esta en piso, pero le harán tomografías para descartar cualquier problema y se quedará internado por varios días - me mira inquieta

- ¿Grave? ¡Pudieron haberlo matado! - responde indignada - tienes una contusión y varios huesos rotos, ¡Tus hijos son unas bestias que no merecen que los llame hermanos! -

Se mueve inquieta.

- No madre, no pienso volver - sentencia - no viviré bajo el mismo techo que los hombres que casi matan a golpes al hombre que amo. No quiero tener nada que ver con ellos y si tengo que renunciar a mi trabajo para conseguirlo así lo aré -

Esto es peor de lo que imagine.

- ¡¡Mi padre tampoco hubiera aprobado que sus hijos me hicieran daño de esta manera, porque al golpear a Jared me destrozaban por dentro!! - deja salir algunas lágrimas - tú mejor que nadie sabe cuanto sufrí al tenerlo lejos de mi y ahora que lo tengo de vuelta no lo pienso dejar ir -

Silencio.

- Pues vivirán y morirán sabiendo que perdieron a su hermana por sus malditos celos y egoísmo - declara con una seguridad que me asusta - por mi parte ellos ya no existen y si solo has llamado para dar la cara por ese trío de cobardes ni te molestes en llamar -

No soporto escucharla hablar así, pues aunque su voz suena fría y firme, sus ojos demuestran el dolor que siente con cada palabra que deja salir de sus labios. Por esa razón hago acopio de todas las fuerzas que en este momento poseo y le arrebato el teléfono.

- Hola señora Lucia, soy Jared - saludo ante la mirada asesina de mi mujer

- Hijo, que sorpresa - habla nerviosa - no esperaba que Violeta estuviera contigo mientras hablábamos, lamento todo lo que mis hijos te han hecho -

- Pierda cuidado, entiendo que les moleste enterarse de lo que ha pasado a sus espaldas por todo este tiempo y más si se trata de su hermanita - busco calmarla - solo quiero decirle que Violeta está algo dolida por que todo ha sido demasiado rápido, pero cuando todo pase ella estará más dispuesta a hablar -

- No Jared, Lila tiene razón, lo que sus hermanos hicieron no tiene perdón - habla con pesar - pero eso no significa que no me duela verlos distanciados. Solo quiero pedirte que cuides de ella, no dejes que el rencor la consuma. Después de la muerte de su padre ellos se unieron aún más y sé que esta situación la destrozara por dentro, aún cuando no lo demuestre -

- Créame que lo sé y lo último que quiero es que eso pase. Usted sabe cuánto la amo y haría todo lo necesario para que no pierda a sus hermanos - no pierdo detalle de la expresión de miedo que tiene Violeta al escucharme decir eso

- Todo... menos alejarme de ella - aclaro para la tranquilidad de ambas

- ¿Me prometes que nunca la dejaras? - me pide con ansías

- Se lo prometo - no dudo en responder - iré con ella hasta el fin del mundo, aún cuando sus hermanos no lo acepten. Pero eso no significa que dejaré que sigan pelados, de mi depende que se reconcilien -

- Confió en que así será - habla con voz tranquila - cuidala y amala como si fuera el último día. Sé que mi esposo tenía razón cuando dijo que tú eras el indicado para su pequeña -

Con eso cuelga la llamada, dejándome totalmente sorprendido por sus palabras. Eso no me lo esperaba.

- De una vez te digo que yo no tengo nada que hablar con ellos - sentencia Violeta con rapidez

- Son tus hermanos y no tienen porque estar peleados por algo que tiene solución - aclaro severo

- ¡¿Pero por qué todos buscan decidir por mí?! - vuelve a alterarse - ¡Tú no sabes lo que sentí al ver lo que ellos te hacían, tenía miedo de perderte ellos lo sabían y ni así se detuvieron. No puedes pedirme que los perdone por arrancarme el corazón y despedazarlo frente a mis ojos! -

Empieza a llorar dejando salir todo el dolor que tenía guardado. No soporto verla así, por lo que la atraigo a mi y la abrazo lo mejor que puedo, tratando de consolarla.




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