Los sueños de Dominic

1. El nuevo es el enemigo

Antes de leer por favor, la historia es gratuita por lo que agradecería que si te gusta dejes tu voto el cual no cuesta nada y de esa forma me ayudaras a saber que te gusta. También si quieres comentar te estaré leyendo como respondiendo. Recuerden que pueden seguirme para enterarse de lo que publique en mi blog.

Espero que disfrutes del capítulo. Si te gusta déjamelo saber en los comentarios. 👇🏽

*

—Jefferson, deberías considerarlo.

—¿Por qué lo dices?

—Es Dominic

—¿Quién?

El moreno frunció el ceño.

—El pitcher de los Pumas de Villa Duarte.

Jefferson miró al joven que se encontraba esposado en una silla. El enojo que sintió cuando el muchacho intentó robarle la billetera nubló su mente sin poder procesar que se trataba de un ex-jugador de Los pumas de Villa Duarte, unos de sus mayores rivales. Con razón le era bastante familiar, sin embargo, no creía que unos de los jugadores de Villa Duarte fuera un ladrón, aunque aquel sector no tenía muy buena fama que se diga. Jefferson era el entrenador de Los Halcones de los Mameyes y necesitaba otro pitcher porque el que tenía lo había traicionado cambiándose a los Escorpiones de los Minas. Fue un duro golpe para el equipo y Jefferson se llevó la más grande decepción teniendo en cuenta que lo apreciaba. Desde entonces, buscaba a un buen lanzador para conseguir las victorias de los partidos de los sábados, porque no todos eran unos buenos pitcher. Jefferson se acarició la barbilla y caminó hasta el joven Dominic que no dejaba de mirarlo de forma amenazante. ¿Por qué había recurrido a robarle? ¿No sabía él quién era o si lo sabía por qué lo hizo?

—Oye muchacho —llamó Jefferson cruzado de brazos.

—Es Dominic —gruñó altanero. José se acercó hasta ellos soltando un comentario no agradable para Dominic.

—Ahora los Pumas se dedican a robar —soltó el moreno con burla. Dominic lo fulminó con la mirada y Jefferson retomó la conversación.

—Hagamos un trato. Tengo entendido que has dejado el equipo de Villa Duarte. ¿Qué te parece ser mi nuevo pitcher.

Dominic alzó ambas cejas sin creer lo que escuchaba porque a diferencia de él, Dominic si sabía quien era, y fingió pensarlo.

—No me interesa —respondió de modo presuntuoso. Había dejado de ser pitcher de los Pumas no por ningún motivo aparente. Era buen jugador, con muy buena resistencia muscular, gran agilidad, destreza, buen bateador y corredor. Sin embargo, no se tomaba las cosas en serio. Varias veces había dejado al equipo jugar solo en un partido importante hasta que finalmente lo hizo por completo, abandonó a los Pumas de Villa Duarte a mitad de partido, Jefferson lo sabía y estaba dispuesto arriesgarse porque al fin y al cabo quien no se arriesgaba nada ganaba. Habían muy pocos jugadores como Dominic y tal vez, por esa razón le perdonaban todas sus faltas, al fin y al cabo gracias a él los Pumas habían ganado varios partidos y en esos partidos habían humillados a los Halcones, pero Jefferson no era el único que le había propuesto ser su pitcher.

—Retiraré los cargos contra ti —propuso Jefferson creyendo que aceptaría.

—Sigue sin interesarme —volvió a contestar de manera altiva. Él sabía que era buen jugador y que si daba lo mejor de sí, podría ir hasta e incluso a las grandes ligas, pero tenía un enorme problema, no era muy persistente y se le daba mucho mejor ser un vago. José llamó la atención de Jefferson tocando su hombro.

—Dale banda. Mejor que pase un buen tiempo en la cárcel de la Victoria.

Jefferson asintió con una sonrisa.

—Tienes razón. Apuesto que no durará ni una noche. —Le dio a José en el hombro de forma amistosa.

La Penitenciaria Nacional de la Victoria es una de las más grandes del país y se encuentra en Santo Domingo Norte, sin embargo, tenia malas condiciones infrahumanas y ocurrían muchos hechos violentos. En cuanto a la Unidad de Atención Primaria de Salud parecía una unidad cerdo, la comida era llamada "chao" haciendo referencia a que era comida para perros y era llevada a las celdas en cubetas haciendo que se parezca a desperdicios de cerdos, solo la comían aquellos presos que no tenían quienes le supliera una compra o no tenían dinero para comprar dentro de lo que vendían en el penal. También, el costo en tener una celda decente era bastante caro, además de que sufrían de unos largos apagones de energía eléctrica. Y por supuesto que, Dominic no quería parar en aquel lugar, así que, cuando vio que los dos hombres se marchaban tuvo que resoplar y tragarse su orgullo que de nada le servía en ese momento. Al fin y al cabo todo había sido una apuesta en la que no había salido bien parado y no tenía pensado en amargar su vida en pasar unas de las peores experiencias en esa cárcel.

—Está bien. —Se levantó del asiento clavando su mirada en el entrenador-. Solo jugaré tres partidos.

Jefferson chasqueó la lengua, miró a un lado y luego volvió a mirar al muchacho.

—Jugarás los partidos que yo quiera. No es bueno desperdiciar un talento.

—No hay trato. —Levantó sus manos esposadas.

—¿De verdad quieres ser parte de La Victoria? Si es lo que quieres no tengo problema, sin embargo, recuerda que tal vez, no salgas en mucho, mucho tiempo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.