Los sueños de Dominic

4. Sentimientos ocultos

—Te gusta mi hermano, ¿verdad?


Linette palideció. Ese era el único secreto que ella guardaba y pensaba en que excusa le iba a dar a su amiga por no habérselo contado. Anyeli la miró de reojo y terminó de pintarse los labios.

—Tranquila, no me importa que no me lo hayas dicho. Te entiendo. —Esbozó una sonrisa lo bastante amplia para notar su alegría—. Prefiero que seas tú mi cuñis que otra desconocida y le rompa el corazón a mi hermano. Además harían una buena pareja —dijo chocando su hombro con el de ella.

Linette no supo cómo reaccionar hasta que la vio sonreír. Su rostro se había vuelto peor que un tomate, pero le agradó la idea. 
Los chicos se habían quedado sentados en el pica pollo esperando a las chicas.

—Oye, ¿tienes algo con Linette? —preguntó Andy por curiosidad.
Dominic alzó una de sus cejas. La pregunta lo había tomado por sorpresa.

—No, ¿por qué? ¿te gusta?
Andy pensó por un momento en que sería buena idea que su compañero de béisbol pensara que le gustaba Linette y así no sospecharía que le gustaba su hermana, pero sacó ese pensamiento de su cabeza.

—Claro que no, ¿acaso no ves cómo te mira?

Dominic sabía perfectamente sobre los sentimientos que tenía la amiga de su hermana pero no había hecho nada, por eso, porque era la amiga de Anyeli y conocía como eran las mujeres y por esa razón no quería arruinar la relación de amistad entre ambas. Su vida se complicaría si al final la relación no daba un buen resultado. Aunque por otra parte él no había estado con nadie durante un tiempo. Dominic bebió de su vaso de refresco y en ese momento observó a Linette como se acercaba con su hermana. Ambas reían y por primera vez en mucho tiempo Dominic empezó a interesarse por ella, su alegre sonrisa, el rubor que mantenía en sus mejillas, esos labios carnosos que por un momento los deseó. Linette no se dio cuenta que era observada por la persona que le gusta, Andy también se había girado a ver a las chicas por las carcajadas que habían soltado. Luego, Dominic bajó su mirada cuando ambas chicas se sentaron a la mesa, Linette al lado de Andy quedando frente a Dominic y Anyeli al lado de su lindo hermano. 
Comieron su pica pollo mientras reían y contaban chistes recordando el juego de esa noche. Linette tardó mucho en soltar la vergüenza que le había entrado a la hora de comer porque no quería ser vista por Dominic que en el tiempo que llevaba siendo amiga de su hermana nunca había comido delante de él ya que los nervios la traicionaban y esa noche no era la excepción. 
Ambos chicos comían demasiado y Dominic había sido muy persistente con ella para que no se quedará sin cenar por lo despacio que iba. A Dominic le pareció gracioso y tierno.

—Quiero brindar por el nuevo pitcher de Los Halcones, por mi bello hermano para que siga siendo un buen jugador como lo demostró hoy.

Dominic pensó que estaba exagerando pero suponía que ella estaba celebrando por el plan que había elaborado para convertirlo en el pitcher de Los Halcones. Los demás alzaron sus vasos de refresco y brindaron por Dominic.

—Por el nuevo pitcher —dijo Andy con una sonrisa.

—Yo también espero que sigas así. Tienes un gran talento, Dominic —expresó Linette dándole ánimo. Dominic sintió un gran peso en sus hombros por lo que le habían dicho y temía decepcionarlas que por un momento sintió el impulso de salir corriendo de esa responsabilidad. Sabía que tarde o temprano iba a cometer el mismo error, abandonar el béisbol.

—Se lo agradezco mucho, pero el equipo no es que esté muy contento conmigo a pesar de lo que ha pasado hoy.

—Es normal, Dominic. Ayer eras nuestro rival y hoy nuestro aliado. Tardaran en aceptarlo, pero saben que eres bueno —explicó Andy convencido en que la situación iba a cambiar y que volverían a ser un buen equipo que se cubren las espaldas. Dominic Asintió. Poco después escucharon gritos de júbilos que provenían del exterior. Miraron por la ventana y pudieron ver a todos sus compañeros compartiendo juntos. Estaban contentos, relajados, y se podía ver el buen ambiente en el que estaban envueltos, pero ningunos de ellos habían invitado a Dominic a celebrar y a Andy empezaban a dejarlo a un lado porque sintieron que los había traicionado juntándose con su rival. Dominic no dijo nada, ni siquiera los demás porque él sabía que no tenía el derecho de estar con ellos, de celebrar juntos una Victoria. Su fama era buena en cuanto a pitcher pero no importaba lo bueno que era cuando no podían tomarlo en serio.

—Creo que deberíamos irnos —sugirió Dominic. Todos estaban de acuerdo ya eran las ocho y media de la noche. Era un poco tarde para las chicas pero más para Linette que había salido con el permiso de ir a ver el partido. Andy se despidió de cada unos de ellos porque los tres vivían por Villa Duarte y él a unas cuadras de donde se encontraban. Tomaron un carro de concho y durante el trayecto no hablaron mucho. Dominic dejó a su hermana en la casa y fue a acompañar a Linette a la suya.

—¿No te dirán nada tus padres por llegar tarde? —cuestionó Dominic. Conocía a los padres de Linette, ellos eran muy protectores con su hija y para dejarla salir siempre se negaban a menos que Anyeli fuera con ella.

—Tranquilo, no pasa nada. Ya les había pedido permiso para ir a cenar. Ya sabes como son, me dejan si es con ustedes.

Ambos sonrieron. Linette estaba un poco nerviosa porque hacia mucho tiempo que no estaba a salas con él, así como estaban, él acompañándola a su casa. Antes la madre de Dominic lo obligaba a acompañar a Linette a su casa porque era un barrio algo peligroso y más cuando oscurecía, a él nunca le había agradado la idea hasta esta noche y era la primera vez que hablaban durante el trayecto que la morena había deseado que su casa estuviera más lejos para poder disfrutar de esa noche.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.