Los sueños de Dominic

5. La aceptación

 

Al otro día Dominic no había ido a clases y eso preocupó tanto a su novia como a su hermana. Ambas lo estuvieron buscando. Al final Anyeli le había dicho a su amiga que ya aparecería y que no se preocupara porque siempre hacía lo mismo. Después de un día intenso de búsqueda y de llamar a su celular como enviar muchos mensajes de textos lo encontró a las nueve de la noche sentado en el play. Linette se acercó hasta él y se sentó en los bancos a su lado. No dijo nada.

—Siento haber desaparecido así.

La pelirroja alzó la vista hacia el cielo contemplando las estrellas.

—Que huyas ante cualquier dificultad no significa que vayan a desaparecer.

—Lo sé —dijo jugando con la pelota de béisbol.

La joven cogió el guante de Dominic y la pelota. Dio un salto y empezó a jugar lanzando la pelota hacia arriba para atraparla con el guante de Dominic el cual le quedaba un poco grande. Dominic se la quedó mirando hasta que en unos de esos movimientos ella no logró atrapar la pelota y cayó en su cabeza. Dominic dio un salto a tierra y se acercó hasta ella.

—¿Estás bien?

—Rayos no. No sabía que dolería tanto —se quejó a la vez que se masajeaba la zona afectada.

Dominic sonrió por su reacción.

—No te rías.

Le pegó en el hombro, pero la sonrisa de Dominic no había desaparecido.

—Así que quieres jugar —afirmó él cogiendo la pelota y tomó cierta distancia para lanzársela. Ella sonrió—. ¿Lista?

—Nací lista.

Ambos se quedaron un poco más jugando hasta que llegó la hora de irse.

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Poco a poco los Halcones fueron alcanzando la fama de ser unos de los mejores al ganar varios partidos juntos a los Pumas de Villa Duarte y Escorpiones de los Minas. Después de haber ganado otro partido los compañeros de Dominic estaban tan contentos que decidieron celebrarlo e incluso invitaron a la estrella del equipo después de muchas fiestas sin él. Por un lado Dominic no quería asistir pero entre su hermana y su novia lo convencieron para ir porque no querían llegar pronto a casa, además Anyeli quería pasar más rato con Andy.

La casa donde se celebraba la fiesta fue la casa de Héctor que no dudó en ofrecerse ya que sus padres no iban a estar además de que siempre tenían su permiso puesto que ellos eran unos padres fiesteros que muchas veces ellos mismo se unían a la fiesta. Su casa era lo bastante grande para pasar un buen rato además de que tenía un amplio patio trasero en el cual podían estar más cómodos y disfrutar de la brisa de la noche.

Cuando Dominic entró a la casa agarrado de la mano de Linette muchos lo felicitaban por el buen partido y por supuesto por haber hecho un jonrón en la última entrada ya que si no fuera por eso no hubieran ganado al completar dos carreras. Por primera vez se sintió que formaba parte del equipo.

—Te lo dije —susurró su novia a su oído porque le había dado unos cuantos consejos para motivarle a seguir jugando por lo decaído que estaba anteriormente. Él sonrió.

—Gracias.

Al otro lado se encontraba Stephany quien no estaba contenta por un lado al ver que al final estaba siendo aceptado por el equipo.

—Cambia esa cara, al final el muchacho ha estado jugando bien, hay que reconocerlo.

—Sí, lo sé. Pero no me fio Rayner.

—Ni yo.

Cuando Dominic pasó cerca de ellos Rayner no dudó en felicitarlo fue una gran sorpresa para Dominic pero recibió la felicitación con un choque de puños.

—Así es, fue un buen partido —agregó Stephany.

—No solo fue cosa de uno, todos jugaron bien —explicó Dominic con una sonrisa dándole crédito a todos sus compañeros.

Asintieron dándole la razón poco después se fue junto a su hermana y Andy que se encontraban en el patio trasero de la casa. Los cuatros disfrutaron de un momento entre risas. Poco después Dominic observaba como su hermana disfrutaba bailando con su amigo Andy, no estaba ciego podía ver como ambos se miraban que por un momento se iba a parar para separarlos, sin embargo, Linette que se encontraba sentada a su lado se atrevió a girar su rostro para que le mirase.

—Deja que se divierta. Deberíamos estar haciendo lo mismo.

—Lo hacemos. ¿No te diviertes? —preguntó alzando ambas cejas.

—Lo estaría más si me sacarás a bailar —explicó sonrojada.

Dominic no era un experto en bailar y no quería hacer el ridículo frente a todos y mucho menos avergonzarla. Así que como era de esperarse se negó. Se disculpó y fue a buscar más cervezas para los dos. Mientras iba de camino un grupo de chicas no dudó en felicitar a Dominic hasta de la forma más provocativa. Linette pudo observar como ese grupo se acercaba a él que los celos la estaban invadiendo y más cuando él no le importaba ser el centro de atención.

—¿Quieres bailar? —preguntó Héctor al verla sola y aprovechar esa ocasión. Él siempre estaba detrás de ella pero la pelirroja lo rechazaba en todas las ocasiones. Sin embargo, esa noche hizo todo lo contrario y más cuando quería dejar de ser la niña inocente, la que muchos creían que era una tonta. El deseo de querer ser aceptada por la gente la comía por dentro y el pensamiento de que Dominic no la viera como a una chica que podía jugar con ella en caso de que lo hiciera la impulsó a bailar con Héctor además de las cervezas que se había tomado. Se levantó del asiento y bebió lo poco que le quedaba de la cerveza.




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