Los sueños de Dominic

8. Verdad oculta

Dominic había salido un poco nervioso de la casa del entrenador y más cuando le había dicho lo que tenía que hacer para seguir jugando. No podía rechazar la oferta que le había hecho porque si lo hacía su vida se vería afectada de una forma que no quería. Se había ido a la zona del play de béisbol para pensar mientras veía a otros jóvenes jugar. No podía creer que le estuviera pasando eso además no sabía cómo iba a comertaselo a su novia, la cual no quería dejar. Le gustaba desde hace tiempo y cuando decidió intentarlo resulta que debía dejarla para conquistar a la hija del entrenador. Eso le enfureció y salió a correr para descargar aquel enojo que recorría en sus venas.

Quería dejar de pensar en lo que tenía que hacer o bien podía intentar hacerse el loco hasta que tuviera la forma de poder resolver la amenaza que le había hecho el entrenador. Esos eran los pensamientos que rondaban por la cabeza del buen pitcher. Por un momento sintió el impulso de dejarlo todo de desaparecer de las garras del entrenador dejando el béisbol sin embargo las palabras de su padrastro hicieron eco en su cabeza. No podía darle el gusto de decirle «te lo dije».

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Anyeli estaba tan contenta que se desplomó en la cama mientras su amiga la miraba ansiosa para que le dijera con lujos y detalles del como había salido la cita con el morenazo de Andy.

—Vamos, pero cuenta ya. Los nervios me van a consumir —suplicó la pelirroja.

Anyeli se sentó en la cama y le hizo seña a su amiga para que se sentara frente a ella. Linette le hizo caso.

—Fue tan lindo. En serio, puedo decir que vale la pena. La cita no fue lujosa obviamente pero ha sido la experiencia más bonita que he vivido —expresó de  casi de forma cantaría. Cogió un peluche y lo abrazó  de la emoción que corría por sus venas.

—De acuerdo, lo capto fue linda pero dame detalles —pidió impaciente la pelirroja.

—Estuvimos dando una vuelta, nos paramos en una heladería donde pasamos la mayor parte del tiempo para irnos conociendonos.

—Si, si ¿pero ya se besaron? —la interrumpió.

La morena sintió sus mejillas arder y asintió intentando suprimir la sonrisa la cual fue un intento fallido porque su risa resonó por la habitación.

—¿Entonces están saliendo?

—Bueno, eso queremos pero tenemos que mantenerlo en secreto hasta que mi hermano se haga la idea.

—Eso será pronto.

—Eso espero amiga, eso espero.

Ambas sonrieron y poco después la puerta se abrió de golpe mostrando a una Dominic enojado y sudado. Ambas chicas se asustaron y Anyeli le lanzó el peluche que tenía en sus manos que el muy hábilmente atrapó.

—¡Es que no sabes tocar a la puerta!

Dominic resopló y le lanzó el peluche.

—No hay jabón dice mami que vayas a comprar y date prisa que quiero bañarme.

—¿Por qué no vas tú? —replicó molesta.

—Porque mami te mando a ti —dijo imitando su tono de voz—. Hola hermosa —saludó a Linette lanzandole un beso donde ella fingió atraparlo.

Anyeli rodó los ojos ante la cursileria que había presenciado.

—Mejor me voy a comprar el jabón —dijo con fastidio levantándose de la cama y chocar el hombro de su hermano cuando pasó por la puerta.

Dominic aprovechó para irse a su habitación y no tener que mentirle a su novia por si el humor de perro podía reflejarse aunque intentó disimularlo.

La pelirroja se le quedó observando y decidió seguirlo. Tenía que aprovechar el tiempo que tenía antes que su madre la llamara y le pidiera que regresara a casa. Que aunque el castigo estaba levantado ella seguía siendo controlada por sus padres y más ahora después de llegar borracha a su casa.

—¿Te encuentras bien? —preguntó la pelirroja en el hombral de la puerta. No quería entrar en su habitación ya que era algo muy privado además de que no estaba bien visto. Sus padres la habían educado de esa manera pero quería ser como las otras chicas pero recordó que por intentarlo llegó a casa borracha temía que si entrara regresara a su casa con una barriga. Pensar en ello provocó una mueca en su rostro ante tal posibilidad así que se quedó ahí.

Dominic estaba sacando el uniforme de su bolsa para ponerlo junto con el cesto de ropa sucia. Pensó que se iba a librar de esa pregunta pero no lo hizo.

—Estoy cansado, estaba corriendo —respondió vagamente y sin mirarla.

No podía decirle los planes de su entrenador porque debía quedarse entre ellos pero por un momento sintió el impulso de pegarle un puñetazo a la pared sin embargo reprimió aquel deseo.

—Me imagino —Soltó un suspiro—. Ahora que han decidido competir tienes que entrenar mucho. Me gusta verte tan comprometido y se que llegarás lejos —lo animó pensándo en un futuro con él. Sonrió. 

Dominic se acercó a ella para darle un tierno beso en los labios.

—Pero espero que eso no complique el poder vernos —susurró jugueteando con el cuello de su polo.

Dominic negó reflejando en sus labios  una media sonrisa, pero por dentro se sintió mal. Poco después su hermana vino.

—Ya tienes el jabón, vete a bañar y tú deja de besar a ese gorila sudoroso —dijo cogiendo a Linette por el brazo para llevarla hasta su habitación.




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