Los sueños de Dominic

11. Amistad fingida

 

No pudo dormir. Las palabras del castaño bailaban en su cabeza burlándose de ella. Reprimió el deseo de tener que llamar a su novio Wilson y exigirle la verdad porque pasaría lo mismo que había ocurrido cuando fue a por explicaciones. No sabía si Dominic le había dicho la verdad o solo utilizó una mentira para herirla en venganza por los malos tratos que había tenido con él. De cualquier caso tenía que averiguar la verdad y obviamente que su novio no le diría nada por lo que tendría que buscar otra manera. Esa noche más que nunca extrañó a su hermano. La almohada fue testigo de las constantes lágrimas que brotaban de los ojos de Stephany.

Por otro lado Dominic estaba tan enojado que apenas podía dormir pensando en que nunca tendría una posibilidad de poder estrechar un lazo con la rubia, eso le enfurecía todavía más porque por ella estaba en esa situación. Sin embargo, pensó en que diciéndole la verdad sobre Wilson tal vez le diera un punto a su favor en la situación de que ella le deje pero no sabía si ella se creería aquellas palabras o se haría la ciega y lo que provocaría es que se acercara más a Wilson por lo que estaría en serios problemas con el entrenador. Se levantó de la cama y se puso ropa de gimnasio para salir al patio y empezar a correr en el pequeño terreno de su casa. Intentó hacer memoria de lo que supuestamente ella decía que no se acordaba. No podía recordar qué le había hecho. Duro corriendo hasta que no aguantó más y el cansancio lo llevó a la cama.

En clases Dominic estaba soñoliento ya que se había acostado muy tarde. Él fue unos de los que les tocaba repartir el desayuno que daban en el politécnico cuando fue a por las cajas de leche encontrándose a la bella Stephany. Ambos se miraron y él pudo notar que tampoco había dormido bien por las ojeras reflejada en su rostro. Cuando la gringa se dispuso a seguir su camino él se acarcó hasta ella tomándola del brazo obligándole a ir hasta el pasillo donde se encontraban a solas.

—¿Pero que haces? —se quejó soltandose de su agarre pero él la acorralo contra la pared sin darle la posibilidad de salir ya que los brazos del castaño estaban apoyado en la pared a ambos lados de ella—. Dominic apartarte —pidió intentando quitar sus brazos sin ningún resultado.

—No hasta que me expliques lo que supuestamente te hice.

Ella soltó una risa burlona.

—Prefiero verte sufrir intentando recordar —confesó acercando su rostro al de él dejando escasos centímetros disfrutando del momento.

Cuando Dominic iba a hablar la voz de su novia los interrumpió.

—Dominic... —musitó su nombre intentando comprender lo que estaba presenciando.

El castaño se puso nervioso como si hubiera cometido el peor de los delitos y se separó de la gringa para acercarse a su novia.

—Linette, ¿no deberías estar en clases? —preguntó intentando desviar la atención.

—No eres mi profesor —dijo cruzada de brazos—. ¿Qué estás haciendo con ella? —cuestionó en un susurro.

Stephany miró la escena pero segundos después se fue porque no tenía nada que hacer, además no estaba haciendo nada malo la culpa la tenía el mismo Dominic por haberla acorralado. Dominic vio como se iba y prestó la atención a su novia donde empezó a explicarle.

—Digamos que no me llevo bien con ella y su padre quiere que arreglemos nuestras diferencias. Estábamos peleando.

Tras decir eso rodeó su brazo por su cuello para ir a clases, Linette no estaba muy conforme con su respuesta y mientras caminaba no pudo evitar mirar a Stephany mientras desaparecía del pasillo.

—Cierto, la caja de leche —se acordó y se disculpó con su novia y fue a por ella.

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Sabía que iba a tener un regaño de parte del entrenador y así fue. Estaba en su despacho antes de empezar el entrenamiento recibiendo los gritos de lo fatal que lo había hecho. Había salido peor a como lo había planeado pero le exigía que lo arreglara. Dominic solo se excusaba diciendo que todo estaba bajo control que no se preocupara.

Todos los jugadores estaban contentos por la competición y se esforzaban en sacar lo mejor en los entrenamientos ya sea corriendo, bateando y jugando entre ellos recibiendo consejos del entrenador para mejorar en lo que fallaban.

Dominic fue a unos de los banquillos donde tenían una botellas de agua para refrescarse. Bebió hasta sacierse y mojarse la cabeza por el fuerte calor que hacía. No se había dado cuenta cuando Stephany se había sentado al lado de él hasta que había hablado.

—¿Todo bien con tu novia?

Dominic frunció el ceño y la miró.

—¿Y tú has comprobado que tu novio te engaña?

Estaban como perros y gatos además la pregunta que el castaño le había lanzado no le había gustado para nada. Se enojó pero no se fue ni dio a demostrar su enojo con palabras puesto que su padre estaba observándolos. Dominic se dio cuenta de ello y se relajó por un momento ya que tenía que aprovechar en arreglar lo que había empeorado.

—Dame tu mano —pidió Dominic extendiendo su mano para estrecharla con la de ella. No entendió el motivo—. Tenemos que hacerle entender a tu padre que hemos arreglado nuestros problemas —explicó.

Stephany lo entendió y le pareció buena idea porque tenía que empezar con la falsa relación que iban a tener y para que su padre la dejara en paz. Así que no dudo más y extendió su mano para estrecharla con la de él esbozando una fingida sonrisa para darle más realismo a la situación. Una vez hecho eso su padre apartó la vista de ellos satisfecho para regañar a uno de los jugadores que hacía algo mal.




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