No podía creer lo que estaba viendo. Su hermano había traído a casa a Stephany la cual estaba llorando. No sabía que hacer pero las sospechas de su amiga podrían ser ciertas.
—¿Te has vuelto loco? —gruñó su hermana en la cocina mientras que la hija del entrenador estaba en la sala. Por suerte sus padres ya se habían ido a dormir o podrían estar en su habitación viendo la televisión pero procuraban no hacer ningún ruido.
—Lo ha pasado mal y no quiere ir ese estado a su casa, tenemos que ayudarla.
—Si se entera mi padre ya verás el lío en el que nos metes, además es muy tarde para que este en casa ajena. ¿No será que andas coqueteando con ella? Mira Dominic Castillo como sea así y le hagas daño a Linette no te lo perdonaré —le advirtió con una mano en su cintura y la otra gesticulando con su dedo índice en forma de amenaza.
Dominic tragó saliva con dificultad porque aunque no le estuviera poniendo los cuernos a su novia sentía que la traicionaba porque por el bien de su futuro debería salir con la hija del entrenador.
—Déjate de tonterías y solo no le digas a nuestros padres. ¿Me cubrirás está noche?
La sorpresa de su hermana fue mayor.
—¿Pero qué piensas hacer?
—Tengo que llevarla a su casa, no se quedará aquí. Así que diré que ya he regresado pero mientras mi ausencia me cubres —explicó pero cuando iba a irse se giró para mirar a su hermana—. Por favor, no le cuentes nada a Linette.
Su hermana se enojó en que le pusiera en esa situación. Soltó un suspiro y le prometió no decir nada.
—Mamá ya he llegado —anunció por el pasillo sin abrir la puerta de su habitación como solía hacer para no levantar sospechas.
—Tienes la cena tapada en la mesa por si tienes hambre —dijo su madre volviendo a la película que estaba viendo.
—No tengo hambre.
Dicho eso se fue a su habitación a acomodar la cama fingiendo que estaba dormido poniendo ropa y almohada. Luego salió cerrando la puerta despacio para no hacer ruido. Su hermana vio como partía con la hija del entrenador la cual estaba muy triste. No sabía que le había pasado pero ya le preguntaría a su hermano cuando regresara. Esperaba que no se metiera en líos pero algo le inquietaba. Cerró la puerta y se fue a su habitación.
Stephany no entendía cómo Dominic seguía ayudándole a pesar de que ella se comportaba de esa manera. Sin embargo, apenas podía pensar sólo se dejaba llevar por el castaño. No quería que su padre la viera en ese estado y él no había hecho preguntas tan solo la ayudó tras verla llorando en el campo de béisbol.
—Ya has hecho mucho, no quiero que te metas en lío por mi culpa —dijo algo avergonzada.
—Es demasiado tarde. Te acompaño a tu casa.
Durante el camino ella le comentó lo sucedido aquellas llamadas fueron a peor con la muerte de su hermano. No sólo fueron burlas sino que sintió que la estuvieran amenazando sin saber el motivo. No tenía enemigos y que la gente se tomará tantas molestias después de mucho tiempo le parecía estraño pero le seguía doliendo su ausencia, que el llanto acabo en salir y fue cuando Dominic la vio. No quería ir a su casa pronto porque no quería que su padre la viera de esa manera y tener que darle explicaciones. Él no podía enterarse porque sabía que eso le derrumbaria. Había llamado a su novio cuando recibió aquella amenaza pero su celular estaba apagado así que le había dejado un mensaje.
—¿Seguro que no te acuerdas? —cuestionó la rubia rompiendo el silencio que se produjo tras lo que le había dicho. Sentía curiosidad pero no podía creer que él no recordará nada.
Dominic por un momento no entendió hasta que logró descifrar la pregunta.
—No, no recuerdo haberte hecho nada. Es más la primera vez que te vi fue cuando empecé a entrenar en el equipo.
Por lo menos ese momento fue cuando había llamado su atención aunque estudiaban juntos eso no quería decir que la conocía porque ni siquiera iban a clases juntos. Tal vez en los pasillos se habían cruzado pero él ni caso.
—Es que no lo entiendo. Fue un viernes en la noche, en la fiesta de Lucas quien lo expulsaron del instituto.
Él se quedó sorprendido.
—¿El vicioso? —preguntó recordando a Lucas por su apodo—. Esa noche hubo mucho retos, muchos de los chicos habíamos bebido e incluso nos habíamos fumado unas yerbas que lógicamente fue la primera y última vez que lo había hecho –dijo recordando aquello como si fuera ayer hasta que la sorprensa fue mayor cuando un pensamiento viajó por su cabeza—. No me digas que paso algo entre nosotros.
Stephany negó rápidamente.
—¿Entonces?
—Esa noche me sacaste a bailar e ibas a besarme pero —susurró con vergüenza y rabia—. Me vomitaste Dominic —le gritó deteniéndose para darle en el pecho—. ¿Sabes lo humillante que fue y lo que me traume por ello? Eso perjudicó los primeros días de mi noviazgo con Wilson porque temía que me volviera a pasar.
Dominic intento defenderse pero lo que había dicho no le dio vergüenza pero si risa. Logró separarse de ella rompiéndose en carcajada.
—¿En serio? ¿Por eso es todo ese drama?
Ella se enojó más y siguió caminando.