Linette no sabía que pensar, estaba un mar de confusiones por culpa de su exnovio el cual no le ayudaba a pasar página. Entonces, se le ocurrió una idea porque no podía vivir de esa forma. Cuando se separaron de aquel beso, se miraron fijamente y poco después la pelirroja se apartó un poco de él incomoda.
—Sé que no es fácil esta situación, pero Dominic, no puedes tenerme así. Tú estás confundido y me arrastras ante ese desorden que tienes en tu cabeza y sobre todo en tu corazón. No me hace bien. Cuando acabe el torneo tendrás que decidirte —dispuso.
—Lo siento, y lo haré —se lamentó. Sabía que ella tenía razón y quería darse contra la pared por haberla fastidiado más.
Ella asintió y se fue a la habitación a dormir. Su corazón estaba agitado, tenía miedo en que al final no la eligiera a ella pero estaba haciendo lo correcto por su bien. No podía estar en una relación sin saber si iría a algún lado, no era lo que ella quería ni lo que sus padres le habían enseñado. Al día siguiente Anyeli le había sacado toda la información a su amiga y se había quedado de piedra al saber el motivo por el cual estaba saliendo con Stephany.
—No vayas a hacer una locura. Le prometí que no le diría a nadie, así que no hagas nada ni le digas a tu novio.
Anyeli estaba saliendo de aquella sorpresa que le había dejado atontada, no se lo espera, pero no se iba a quedar de brazos cruzados porque quería a su amiga y si podía seguir ayudando haciendo el papel de la celestina, lo seguiría haciendo. Linette esperaba que cumpliera y que no la metiera en ningún otro lío.
Wilson ideaba un plan para sacarse a Dominic del último partido, ya que ambos equipos se iban a enfrentar. Había discutido con su entrenador tras recibir una llamada de Jefferson que acusaba a Wilson de haber golpeado a Dominic. El joven estaba tan enojado que pensó que si su último partido era el del torneo, iba a hacer todo lo posible por ganar y por todos los medios intentaría que Dominic no estuviera presente. Estaba ideando el plan perfecto para poder lograrlo.
Ambos equipos estuvieron entrenando para la final e incluido Dominic que se encontraba mejor. Cuando el día llegó los nervios invadieron a algunos jugadores, pero era algo normal ante tal acontecimiento porque había ojeadores y eso le abriría puertas a muchos de ellos.
Había llegado la tarde del partido y Wilson ya había planeado su venganza. Cuando Dominic iba de camino hasta el play de béisbol un grupo de jóvenes que no conocía lo metieron en una jeepeta. Se había resistido pero le habían dado un golpe en el estómago para poder manejarlo. Se encontraba tirado en el asiento del coche revolviéndose del dolor y los secuestradores iban con capuchas para que no fueran identificado, poco después de haber llegado a una especia de almacén, lo encerraron en un cuarto tirándolo al suelo. Rápidamente Dominic se levantó para impedir que cerraran la puerta pero fue demasiado tarde cuando ésta le dio contra su nariz. Empezó a golpearla una y otra vez. Le habían quitado su bulto pero por suerte y por medida de seguridad que siempre tomaba se guardaba el celular en unos de sus bolsillos hasta entrar al campo donde lo guardaba en su bulto. Empezó a llamar al entrenador pero no recibía mucha cobertura y la llamada no se realizaba. Maldijo por lo bajo. Estaba tan enojado que por un momento iba a lanzar el celular contra la pared pero se detuvo ya que por el momento era lo único que tenía. No sabía qué hacer, era el último partido y no quería que se repitiera lo que una vez ya había hecho con su anterior equipo, dejarlos tirados cuando más lo necesitaban. Todo lo que había logrado para ello se iba a esfumar.
—¿Qué es lo que quieres de mí? —gritó volviendo a acercarse a la puerta tras guardar el celular. No obtuvo respuesta solo escuchó unas risas que se burlaban de él.
Por otro lado, el partido dentro de unos minutos iba a dar comienzo y Jefferson como el resto del equipo estaba preocupado por Dominic que no había llegado. Lo habían llamado, pero el contestador saltaba indicando estaba a pagado o fuera de cobertura. Había enojado a todos los presentes pero Jefferson intentó animar al equipo para que no desconfiaran en lo que podían hacer.
—Les hemos dado una oportunidad y así es como nos paga, dejando a su equipo tirado. Ya lo sabíamos, Stephany —murmuró Rayner a la rubia.
Ella lo miró y continuó llamando pero el contestador le saltaba nuevamente. Se enojó con ella misma por haber dejado de lado sus sospechas de que cuando más se le iba a necesitar los dejaría tirado.
—No puedo creerlo, se estaba comprometiendo con todo. No dejaba de asistir al entrenamiento ni a ningún partido. No lo entiendo.
—Ya, pero se nos olvidó que su fama le precede.
La gringa se sintió tonta al darle el beneficio de la duda, estaba tan decepcionada que su rostro cambio drásticamente a uno desafiante.
—Entonces, seguimos con nuestro plan, hoy tienes que brillar en el campo —animó a Rayner con una mano en su hombro.
—Ganaremos —anunció creyendo en esa posibilidad.
Ella sonrió débilmente. Estaba dolida pero dentro de su interior algo le decía que no iba nada bien pero no le dio vueltas al asunto. Anyeli estaba con Andy animándolo y dándole la buena suerte cuando Stephany la vio, se acercó hasta ella para preguntar por su hermano.
—¿Sabes dónde está Dominic? —preguntó la rubia intentando camuflar el enojo, pero en su tono de voz fue imposible.