Los sueños de Theo

Capitulo 4

Todos los viernes por la noche los chicos de mi edad salían a fiestas y yo me quedaba esperando tu mensaje.

29 de octubre del 2018.
6:12 p.m.

Theo.

Me coloco la chaqueta y me observo en el espejo repetidas veces.

-Que bueno estoy.- digo para mi mismo

Agarro mi celular y lo meto en mi bolsillo.

Después de lo que paso con Owen decidió que lo mejor para divagar su cerebro era estar en medio de una fiesta que el mismo daría.

Al ir bajando por la gradas de la casa puedo escuchar como el timbre de la casa suena, espero que no sea mi tía tener que escucharla hablar es algo que no me apetece en estos momentos.

-Joven Matheo no buscan.- arqueo una ceja porque esto es raro...muy raro

-Ya voy.- termino de bajar las gradas y camino a la puerta, cuando me detengo frente a ella todo mi cuerpo se congela.

Todo mi cuerpo reacciona de una manera que nunca espere que lo hiciera.

-Hola Math.- su voz era la misma, su aspecto era el mismo los años no habían pasado en vano pero el seguía igual como la última vez que lo vi.

-¿Theo quién es?- puedo escuchar la voz de mi mamá a mis espaldas, pero yo no soy capaz de emitir ningún sonido.

Trago grueso.

-¿Que haces acá?- me suelto de golpe.

-Math yo...

-No, no quiero escucharte. No quiero saber que tienes para decir, que excusas tienes. ¡Lárgate de mi casa!- le exijo

-Hijo yo...

-No me digas así, yo deje de ser tu hijo en el momento en que pensaste más por ti que por mi.

-Cariño.- me llama mamá, me doy vuelta a su dirección.

-Dile que se vaya mamá, no quiero verlo. No quiero que este aquí.- puedo sentir como mi voz se va apagando siendo derrotada por las ganas de llorar que me invaden.

-Señor con mucho respeto le pediré que se retire de mi casa.

-Lo lamento yo no quería ocasionar ningún problema.

Mi mamá me abraza mientras yo le doy la espalda al hombre que una vez lo fue todo para mi.

-No pasa nada, pero por favor no vuelva a venir a mi casa.- escucho como mi mamá cierra la puerta, me hago la idea de que el hombre se ha ido.

Me alejo de mamá.

-Hablaré con tu padre para que este al tanto de esto y no vuelva a repetir.- yo asiento

-Esta bien, solo no quiero volver a verlo mamá.

-Claro mi bebé, no volverá a pasar.- ella me sonríe.

-Ya me voy, vendré un poco tarde.- ella alza sus pulgares

-Solo no tomes demasiado y sabes que lo único que no dejo que hagas es que te drogues.

-Claro que no mamá.

-Bien yo iré a dormir muy temprano, Vale esta en su habitación así que no la molestare.- yo asiento.

-Me voy.- le beso la mejilla y salgo de la casa, entro al auto y me despido con la mano de ella.

Conduzco hasta la casa de Owen que no queda muy lejos de la mía, puedo ver como las personas van entrando a la casa en montones.

¿Desde cuando invita a tanta gente?

Estaciono al auto y salgo de él para caminar en dirección a la casa de Owen la cual tiene la música a todo volumen, al ver muchas personas alrededor siento como que he llegado tarde.

-Oh, mi hermano- dice Owen pasando su brazo por mis hombros -Esto es el paraíso.-

-¿Que dirán tus padres si vieran este desmadre?.- le pregunto y solo se rie

-No se que dirían ellos pero mi respuesta seria: La vida es una y yo debo saberla aprovechar.- dice inhalando de su cigarrillo.

-Seria una buena respuesta.- le digo viendo a mi alrededor, esta fiesta más noche será un jodido descontrol.

Leah

Camino de un lado a otro esperando que las uñas de mis pies se puedan secar.

-Mamá.- la llamo y ella viene con un par de sandalias altas de color dorado.

-Mira las encontré y están muy bonitas.- dice ella.

-Si, están bonitas pero no crees que es mucho para una simple fiesta.- le digo viendo mi vestido negro que llega a la mitad de mis muslos, alrededor del escote en forma de "V" tiene unas piedras doradas.

-Nunca es mucho para nada. Te ves hermosa.- dice ella

Mamá es de aquellas chicas muy femenina que les encantaba ser las mejores vestidas en una simple fiesta.

-Es que siento que el vestido es muy corto.

-¡Joder Leah! Podrías encontrar al amor de tu vida en esa maldita fiesta. Solo relajate y diviértete. Dos cosas muy simples.

-Esta bien mamá.

-Que lindo ver que mi bebé esta creciendo.- dice ella muy feliz

-Cariño ya va a empezar la novela.- dice Jamir el esposo irlandés se mi mamá con el cual miran muchas novelas juntos.

-El deber me llama hija, pero te ves hermosa muy hermosa. Solo nunca olvides que si tienes sexo el día de hoy debes usar protección.- dice dándome un beso en la mejilla.

Agarro mi bolso de mano mientras le hago un mueca por su tan descabellado comentario.

-Aunque pensándolo bien serie una abuela muy bonita y sexy.

-Ay mamá por favor. - ella se ríe

-Era broma, pero si no quieres no es broma.- salimos de mi habitación y caminamos en dirección a la sala. Jamir se da la vuelta para verme.

-Muy bonita Leah.- me dice él.

-Gracias Jamir.- le digo, el dirige su mirada nuevamente a la novela.

-Bueno ha de estarte esperando ya el taxi cariño. Si pasa algo puedes llamarme y yo iré por ti muy rápido. Trata de socializar, busca un chico guapo y habla con él.- me dice abrazándome

-Ay mamá, tu adolescencia ya pasó.- ella hace puchero

-Me da mucha nostalgia.- asiento y salgo del apartamento para poder ver si el taxi ya ha llegado por mi.

Cuando bajo el taxi ya estaba ahí, subo al auto y le doy las descripciones del auto a mi mamá y también la ubicación para que sepa siempre donde estoy.

El taxi minutos después llega al destino que es debido, le pago y bajo del taxi. Me detengo frente a la casa y puedo ver a muchas personas fuera de la casa bebiendo alcohol, otras riendo y jugando entre ellos.



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En el texto hay: mejoresamigos, romance, sueños hechos realidad

Editado: 02.08.2024

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