El sol ascendía lentamente en el horizonte, revelando un mar aún agitado pero algo más tranquilo que la noche anterior. Las aguas turbulentas del Mar Prohibido comenzaban a calmarse, y la niebla que había envuelto a La Némesis se disipaba. Aunque el peligro inmediato había pasado, Scarlett sabía que la travesía estaba lejos de terminar. La aparición de la bestia marina solo había sido un primer obstáculo en un viaje lleno de misterios y desafíos.
Adrian Black, aún con una sonrisa desafiante en su rostro, caminaba por la cubierta mientras los marineros reparaban los daños causados por el ataque. La sangre de la criatura aún salpicaba las paredes, y el ambiente estaba cargado de una mezcla de alivio y agotamiento. La chica, mientras tanto, se encontraba en la proa del barco, observando el océano con una intensidad que no podía disimular.
—Todavía no hemos llegado —murmuró la capitana para sí misma—. Y lo que vimos anoche es solo el principio.
El chico se acercó a ella con la mirada fija en el horizonte y dijo:
—Tienes razón. Pero, por ahora, debemos centrarnos en lo que tenemos frente a nosotros. Hemos conseguido salir de la niebla y eso es un buen comienzo.
—¿Qué sabemos sobre el próximo desafío? El mapa no da muchos detalles.
Adrian sacó el pergamino del mapa de su chaqueta y lo extendió sobre la barandilla. La luz del sol revelaba detalles que antes habían estado ocultos en la oscuridad. El mapa estaba lleno de símbolos antiguos y trazos enigmáticos que no podían entenderse fácilmente. En la parte superior, había una ilustración de un faro, cuya luz parecía emitir rayos hacia el mar.
—Este faro es nuestra siguiente parada —dijo el capitán al señalar el dibujo—. La leyenda dice que el faro no solo es una señal para los navegantes, sino también una prueba. Se dice que quien consiga encender su luz obtendrá la guía hacia el Corazón del Leviatán.
—¿Una prueba? ¿Qué clase de prueba? —Scarlett frunció el ceño mientras estudiaba el mapa.
—Nadie lo sabe con certeza —respondió él—. Pero las leyendas hablan de trampas y acertijos que deben resolverse para activar el faro. Lo que sabemos es que el faro se encuentra en una isla cerca del borde del Mar Prohibido. No está en ninguna carta náutica conocida, así que tendremos que confiar en el mapa.
La chica asintió, consciente de la importancia de esta etapa del viaje. El faro podría ser la clave para encontrar el Corazón del Leviatán, pero también podría ser una trampa mortal. No podía permitirse bajar la guardia.
***
El día pasó en medio de preparativos y reparaciones. La tripulación trabajaba con eficiencia, y la muchacha aprovechó el tiempo para revisar su equipo y asegurar que todo estuviera en orden. Mientras tanto, Adrian se mantenía en la cubierta, dando órdenes y supervisando los trabajos. Su actitud despreocupada había vuelto, como si el ataque de la noche anterior no le hubiera afectado en lo más mínimo.
Al caer la noche, la silueta de una isla apareció en el horizonte. La tierra prometida por el mapa y, con suerte, el lugar donde se encontraba el faro. A medida que La Némesis se acercaba, Scarlett pudo ver más detalles de la isla: acantilados escarpados y una vegetación densa que parecía esconder muchos secretos.
El barco ancló en una pequeña cala cerca de la base del faro. La estructura se erguía sobre un acantilado, con una apariencia antigua y desgastada. El faro, a pesar de su estado deteriorado, seguía siendo imponente. Su luz, aunque apagada, aún tenía un aire de grandeza que indicaba su importancia pasada.
Scarlett y Adrian desembarcaron con un grupo de marineros. La atmósfera estaba cargada de expectación y tensión mientras se dirigían hacia el faro. El sendero hacia la base del faro estaba cubierto de enredaderas y raíces, lo que hacía que la caminata fuera difícil. Los árboles se alzaban como guardianes silenciosos y el sonido de las olas rompiendo contra las rocas era el único ruido constante.
—Esto es… raro —comentó la chica sin dejar la mirada quieta en un punto fijo.
El capitán se encogió de hombros con el rostro iluminado por una sonrisa desafiante y contestó:
—Siempre es así en los lugares misteriosos. Hay que estar preparado para lo inesperado.
Llegaron a la base del faro. La entrada estaba custodiada por un par de puertas de hierro oxidadas. Adrian empujó una de ellas, que chirrió y se abrió con dificultad, revelando un interior oscuro y polvoriento.
—Aquí estamos —dijo el chico al encender una antorcha. La luz de la improvisada lámpara iluminó el interior para revelar una escalera en espiral que ascendía por el interior del faro.
Scarlett avanzó con cautela, seguida de cerca por el capitán y los marineros. Subieron por la escalera mientras sus pasos resonaban en las paredes de piedra. A medida que ascendían, la atmósfera se volvía cada vez más densa, como si el faro estuviera guardando un secreto.
Al llegar a la cima, encontraron una sala circular con una serie de mecanismos y palancas en las paredes. En el centro, había un pedestal sobre el cual descansaba un antiguo libro cubierto de polvo. La luz de la antorcha reveló inscripciones en la cubierta, junto con un mapa antiguo que parecía estar en una lengua desconocida.
—Parece que esto es lo que necesitamos para encender el faro —dijo Adrian al acercarse al pedestal.