Los tornados de Miridia.

Lua Dark.

En algún lugar del otro lado de Los Montes Lunares, un par de bellísimos ojos orientales voltearon hacia el cielo nocturno escudriñando en la oscuridad, escuchando a la vez y en silencio aquellas palabras tiernas que le llevaba el viento, y que también le hablaban de una flor que tampoco conocía, notablemente conmovida aquel ser de grácil figura vestida de negro, emprendió un vuelo nocturno tratando de ubicar el sitio preciso de dónde provenía aquel viento firiano, que llevaba esos susurros de una voz varonil que le pareció gutural, dio un recorrido inútil porque no pudo ubicar en sus territorios, ni la procedencia ni al autor de aquella voz en el viento y regresó a su habitación en el castillo Stoker, permaneciendo en su ventana hasta los primeros rayos del amanecer, su nombre: Lilth Tepees, la princesa de Lúa Dark, uno de los reinados oscuros en aquél mundo de las historias olvidadas, un enorme territorio situado entre La Cordillera de los Dragones y Las Montañas de la Muerte, lugar tenebroso protegido por una inaccesible muralla lleno de criaturas fantásticas y diabólicas, un reinado concebido para recibir a las almas de los no naturales, entes, demonios infernales, criaturas mitológicas de todas las culturas humanas, un lugar creado para que ahí llegaran las almas de los derrotados, de aquellos seres creados por los pensamientos oscuros de los humanos, hombres lobo, vampiros, minotauros, gárgolas guerreras, criaturas terroríficas creadas por la mitología de los hombres de todos los tiempos.

La naturaleza de Fíria dividía las criaturas en dos tipos, los naturales y los no naturales, los naturales eran las obras de la madre naturaleza, criaturas evolucionadas con lógica y necesidades fisiológicas para adaptarse a un medio ambiente natural, como los elefantes y los leones, las águilas y las ballenas, los no-naturales eran considerados todos aquellos que habían sido creados por la imaginación humana, licántropos, vampiros, momias, monstruos mitológicos, todo tipo de dioses y entes surgidos de las más horrendas pesadillas, porque los humanos al no comprender el gran poder de la imaginación universal, creaban criaturas sin ton ni son, monstruos sin ninguna lógica natural de existir.

Cuando uno de los no naturales asesinaba a uno de los humanos, el alma de éste humano llegaba a Lúa Dark, al igual que cuando algún humano derrotaba por sus debilidades a un hombre lobo o vampiro, sus almas llegaban a Lúa Dark, haciéndolos convivir en un mundo de odio y venganza, el reinado de Lúa Dark era algo así como el purgatorio de los seres no-naturales y naturales, sus víctimas y sus victimarios, el infierno de las almas derrotadas, porque era imperdonable que un hombre lobo con todas las ventajas físicas y sobrenaturales que tienen sobre los humanos fuera derrotado por alguno de ellos, al igual que los vampiros, seres que al ser inmortales, quedaban condenados a luchar por un tiempo indefinido contra las almas de los humanos derrotados, que ya en Lúa Dark por ser almas, se volvían inmortales también, protagonizando así largas y dolorosas batallas, donde nadie ganaba y nadie perdía, ni criaturas naturales, como los humanos, ni no naturales como los monstruos infernales.
 

Existían formando ejércitos de odio y caballerías de rencor que nunca dejaban de luchar, condenados a vivir encuartelados y peleando entre sí, hasta que el destino decidiera hacer otra cosa con ellos.




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