Los tornados de Miridia.

El segundo de Dragones.

Sylfo, el cazador.

 

Con el Sol cerca del poniente; Yurik regresó al cauce del río que corría en dirección equivocada, donde ahora si encontró peces; ¡Pero qué peces! Peces tan grandes que se atoraban entre las piedras, no le fue difícil sacar uno de los más grandes a patadas del río, recordando su entrenamiento de tropero en los boy scouts de México, y cuando pescaba en su tiempo libre en las plataformas marinas de perforación petrolera en el Golfo de México, con la ayuda de su navaja 07, des escamó y limpió el pescado, lo ensartó con una vara y se dispuso a cocinarlo en un pedestal triangular de palos, que también construyó con una técnica aprendida con los boy scouts, mientras lo asaba pacientemente pensaba en lo que había sucedido.

  -¡Diablos! Esa espada casi me corta la cabeza y de seguro fue la que decapitó al español, lo que no comprendo es la agilidad con la que pude quitarme, aunque siempre había tenido muy buenos reflejos y también soy muy rápido para correr, jamás creí que fuera tan ágil, o; ¿Será una nueva habilidad como la del lanzamiento del hacha y cuchillos?

Sacó una vez más el celular de su bolsa y lo encendió, el aparato comenzó su protocolo de búsqueda de señal, y al aparecer de nueva cuenta el comando sin servicio, hizo su acostumbrado gesto de fastidio, checó la hora y éste marcaba las 2:10, sacó de su bolsillo trasero su libreta de tránsito y se dispuso a continuar dibujando el mapa de lo recorrido, dibujó otro círculo imperfecto al Norte del Bosque de los Murmullos.
 

Y así los marcó, por lo menos ahora ya sabía el nombre de los lugares que había visitado, más o menos a la mitad de la página dibujó una pequeña espada y la encerró en un círculo, muy cerca de la raya sinuosa, que representaba al río, en la esquina superior dibujó una Luna con un 4 encerrado en un círculo, para indicar el cuarto día, todavía había suficiente luz de día cuando escuchó una especie de mugido a lo lejos, como el barritar de un elefante pero mucho más fuerte, de pronto vio como un precioso caballo negro de largas crines, aparecía en la cima de una colina, daba una repentina vuelta a su izquierda, y corría desbocado perdiéndose colina abajo, colocó su libreta de tránsito en su bolsillo y corrió hacia donde había visto al caballo, al remontar la colina se topó con un promontorio de grandes piedras, como apiladas una sobre otra, pero casi se cae de bruces al ver algo enorme que volando perseguía al animal en fuga.

  -¡Que me rapen!  –dijo en voz alta.  -¡Un dragón, diablos, demonios y cielos! ¡Es igual a los dragones de: El reinado de fuego (1)!

Corrió remontando velozmente la colina, al alcanzar la cima miró como colina abajo, el caballo negro corría tratando de escapar de su depredador, el caballo era muy veloz pero el dragón en vuelo rasante lo era mucho más, observó impotente como el dragón se abalanzaba sobre el caballo que estaba a punto de ser levantado.

El dragón se veía unas 3 veces más grande y se sintió con deseos de ayudarlo de alguna manera, y de repente el caballo se tiró al suelo cayendo de costado, como si se hubiera tropezado en el preciso momento en que el dragón trató de atraparlo con sus garras, pasando de largo sin alcanzar siquiera a rozarlo.

  -¡Así se hace, compadre!

Gritó emocionado festejando la oportuna maniobra del equino, el dragón recompuso su vuelo y dando una vuelta, se puso en ruta del caballo que ahora corría desbocado, hacia donde se encontraba Yurik observando tan singular batalla, ésta vez el dragón hizo un planeo diferente y más pegado al piso, como preparándose para levantar el caballo en caso de que este le hiciera el mismo truco, el caballo remontaba la colina y cuando sintió al dragón cerca, frenó derrapando y dando repentinamente la vuelta,  y de un salto pasó por encima de las alas del dragón propinándole  tremenda coz con las cuatro patas, haciéndolo medir el suelo con la panza, y haciéndolo tropezar, cayendo descompuesto en medio de una nube de polvo y restos de pasto, a unos 20 metros de Yurik y éste, aprovechando que el dragón no lo había visto, zafó el hacha de contraincendios de su cinturón, y la aventó girando como un tomahawk hacia su cabeza, tratando de sorprenderlo, el dragón presintió el movimiento e interpuso una de sus alas.
 

Que apenas fue rasgada por el hacha, el dragón gris inquisitivamente volteó hacia el lugar donde había venido el objeto, y observó a quien ya lo esperaba con la espada desenvainada y sosteniéndola en guardia alta, gritó, desafiándolo imprudentemente.

  -¡UUUOOOOOOOOOOOOOOOO!

El dragón de 2 aletazos levantó el vuelo y empezó a volar en círculos como estudiando a aquél desconocido enemigo que lo desafiaba, y Yurik confiado en que la espada al sentirse atacada sola iba a despedazar a su enemigo, esperó pacientemente a que la bestia efectuara su ataque, recordando y tratando de usar la misma técnica que la espada utilizó con él, el monstruo hizo un aproximamiento de amenaza como estudiando la estrategia de aquél nuevo y desconocido enemigo, y se lanzó en vuelo rasante sin pasar muy cerca.

Yurik calculó la distancia más corta entre el vuelo del dragón y él, y con las 2 manos le aventó la espada, ésta solo dio 2 vueltas en el aire cayendo ensartada en el suelo, el dragón dio una vuelta dispuesto a levantar con sus garras a su enemigo, quien al ver que la espada no contraatacó como lo esperaba corrió colina abajo velozmente por entre los pastizales, y al sentirlo cerca repitió la maniobra que le había enseñado el caballo, sin frenar dio un repentino giro a la izquierda y con una maroma logró esquivar el aletazo que le pasó rozando, y el dragón ya contrariado por las continuas fintas en las que caía, escupió de su hocico varias bolas de fuego, incendiando los pastizales, obligándolo a correr colina arriba tratando de librar el fuego.
 




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