Los tornados de Miridia.

La espada del destino.

Terminó de comer y se dispuso a descansar un rato para hacer la digestión, pero un sonido peculiar en la distancia lo hizo pararse de inmediato, y correr desbocado hacia la colina.

  -Fooo, fooo.

Se escuchó una vez más en la distancia y por más que atisbó en lontananza, no pudo ver algo que le indicara que era lo que hacía ese sonido, muy parecido al pitido de un tren llegando o saliendo de una estación.

  -¡Diablos! Parece un tren.

Pensó mientras regresaba a la fogata y encogiéndose de hombros decidió olvidarse del asunto, y al ver la corriente de agua se le antojó darse un chapuzón aprovechando que el agua no se sentía tan fría, y aprovechó para enjuagar su ropa, después de construir con piedras otro improvisado refugio colocó sus pertenencias adentro, le echó más leña al fuego de la fogata y sentado continuó pensando, la noche estaba naciendo cuando una conocida voz lo saludó.

  -¿Qué tal tu día amigo? –escuchándose la voz de B’eila.

  -Con algunas cosas nuevas que contarte y otras que preguntarte mi querida B’eila –le dice contestándole el saludo.

  -¡Pues empieza ya que estoy ansiosa por escucharte!

  -En primera, me encontré esto que estuvo a punto de cortarme la cabeza y los pies. –le dijo mostrándole la espada en su funda.
 

  -¡Que linda es! -le contesta la estrella que parecía estar a unos metros.

  -Apareció en mi camino pero es tan bella como inútil.

Dice sacando la espada de su funda y mostrándosela; B'eila al verla bien, brillando más intensamente le dijo.

  -Pero… ¡Esa es la Espada del Destino! El mayor tesoro de los firianos; ¡Si claro! Imposible pero si es; ¡Estoy segura! Es la legendaria Espada del Destino, pero; ¿Cómo la conseguiste? Hace muchos años esa espada derrotó a Odín (1) y sus Valquirias (2) en una legendaria batalla, ahora sí me sorprendes y hasta me asustas, tienes que ser mucho más poderoso que cualquiera de los dioses para poder empuñarla en tu mano, en tan sólo un día, un día que quedará impreso en los anales de la historia de Fíria.

Divertido por el asombro de la estrella, le contesta.

  -Para tanto no es, ni soy más poderoso que nadie, tal vez un poco más inteligente o tuve un golpe de suerte, no tuve que derrotar a alguien para obtenerla.

  -La espada tenía un acertijo y como yo en mi mundo siempre me he considerado un maestro de los acertijos, simplemente lo descifré, con un poco de suerte claro pero lo descifré, por cierto,  déjame preguntarte; ¿Estás hablando del poderoso Odín de las mitologías griegas?

La estrella aún con acento de asombro le contestó:

  -Sí, de ése mismo Odín, pero sigue resultando imposible que un simple mortal como tú haya logrado lo que nadie, desde que el señor Destino forjó su espada, ni idea tienes de lo que tienes en tus manos.

  -Bueno linda, tampoco menosprecies ni discrimines a los mortales, además si las estrellas se apagan y los ángeles se caen; ¿Qué tiene de malo el ser un simple mortal como tú dices? Además: –agregó con fastidio. -La mugre espada sirvió para nada, esta tarde tuve que tumbar a un dragón en pleno vuelo con mis propias manos, mientras tu famosa espada del Destino se quedó ensartada en el suelo, ni siquiera el acertijo estuvo tan difícil, no me tomó ni 5 minutos resolverlo.

  -¡Calla infame, no blasfemes y no seas soberbio, que esa espada algún día te salvará la vida! –dijo la estrella solitaria algo contrariada.

  -¡Bueno ya, dejemos de discutir! –le contesta tratando de calmar los ánimos. -Que tú empezaste, no te enojes y dime algo: ¿Tiene algo que ver la Espada del Destino con la Lanza de Destino? Sé de algún lado que el que posea la Lanza del Destino podría conquistar al mundo.
 

  -Pues en realidad muy poco, la Espada del Destino tiene muchísimos miles de años que existe. –le contesta la estrella, ya  con voz más tranquila. -No sé cuántos y la lanza del destino apenas unos 2 mil años y si la Lanza del Destino (3), puede conquistar a tu mundo, la Espada del Destino podría convertirte en el Rey de la galaxia entera.

  -Uff, será mejor que no me sigas contando mi querida B’eila, porque haces que me sienta muy poca cosa como para tener el derecho de poseerla, ahora podrías decirme: ¿Cómo se activa? Está como apagada, no me ayudó esta tarde con ese dragón gris que te comenté.

  -El ritual para activar la espada está guardado en la memoria de tu corazón.                              

  -¿Cómo que guardado en la memoria de mi corazón? ¿Te olvidas ahora tú que he olvidado quien soy, de dónde vengo y hacia dónde voy? ¿Cómo voy a recordar con el corazón, lo que no recuerdo con mi mente?

  -Tranquilo amigo, es como tus poemas; ¿Cómo es que los recuerdas si los habías olvidado?

  -¡Tienes razón! Ni idea tengo de cómo pero llegan a mi como si nacieran de repente, pero no, yo sé que llegan de alguna parte de mi pasado, que yo los hice, que son míos y los había olvidado.

  -Exactamente mi querido amigo, con el ritual que todos los de tu raza hacen cuando están en peligro o asustados, ese es el ritual que activará los poderes de la Espada del Destino, ahora la espada de Yurik, o sea, tu espada.  –dice B’eila con voz definitiva.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.