La princesa de Miridia.
Después de horas de caminar y caminar, llegó a un claro en medio de aquél pinar y mientras avanzaba, algo llamó poderosamente su atención al escuchar risitas como de jovencitas divirtiéndose, se apresuró a sortear los altos troncos de los pinos, y al mirar a 5 alegres muchachitas que reían y jugaban como chiquillas les gritó:
-¡Hey!
Y éstas, sorprendidas voltearon a verlo por un momento y sin más se desvanecieron en el aire, excepto una de ellas que se quedó parada mirándolo fijamente, como analizándolo, una encantadora y joven mujer de piel trigueña con una igual de encantadora cabellera negra, larga y muy lacia; Yurik le sonrió con una sonrisa completa y levantando la mano, la saludó, más que nada impactado por la belleza sencilla de aquél ángel trigueño que parecía haber surgido del aire, y como el aire se desvaneció, al ver difuminarse aquella celestial aparición se dio un golpe en el pecho, porque sintió que su corazón le había dado un vuelco cayendo al revés, aunque le pareció que con 2 golpes se lo había acomodado, aún le quedaba una dolorosa sensación, y esperanzado en serio en volverla a ver, continuó caminando en la dirección en la que le parecía haber visto desvanecerse a aquellas 5 jovencitas, encontró tunitas amarillas y dispuesto a descansar, se recostó al amparo de la sombra de los pinos de aquel solitario bosque, sin dejar de pensar en la aparición que lo había cautivado.
Después de dormir unas horas o unos minutos, al levantarse se dirigió a una vereda en el pastizal por donde parecía que alguien la usaba cotidianamente para caminar, y la siguió tratando de escuchar, mientras caminaba, las voces de aquellas chicas que había encontrado en aquel claro en medio de los pinares de Eoz, el Sol caía acercándose al poniente mientras caminaba confiado y despreocupado, hasta que una silueta entre las penumbras lo hizo detenerse y fijar su vista.
-¡Hola! –dijo en voz alta esperando que alguien le contestara. -¿Hay alguien ahí?
Y de repente la localizó enfrente de él, medio escondida entre el tronco de un pino y una enramada, apartándola con sus manos mientras se acercaba, sonrió completo al descubrir que era precisamente la chica que buscaba la que se acercaba y le hablaba, una preciosa mujercita de tez trigueña, con cabello negro y lacio, largo hasta la cadera y grandes ojos zarcos.
-Y vos… ¿Quién sos? –le preguntó la chica.
-Me llamo Yurik y creo que ando perdido; ¿Podrías indicarme el camino a algún lugar y decirme tu nombre? –contestó tratando de establecer un tema de conversación.
-¡Ja, ja, ja! –rió graciosamente la chica, diciéndole. -¡Andáis tan perdido que ni siquiera tenéis un rumbo definido! Como si fuerais un vagabundo o un ladrón de los caminos, mi nombre es Raíza Vin de Mirídia y soy la que hace las preguntas cuando alguien entra a mi reinado sin haber sido invitado.
-¡Vaya! –dijo Yurik haciendo un gesto con su acostumbrada media sonrisa. -¡Así que estoy ante la realeza de este reinado!
Entonces permítame rendirle honores a su hermosa excelencia y ponerme a sus pies, como su más humilde admirador.
Y sacando la espada de su funda hizo una reverencia apoyando una rodilla en el suelo, la chica al ver la espada exclamó asombrada.
-¡La Espada del Destino, eso no lo puedo creer pero sí es! Entonces por eso habéis llegado hasta aquí; ¡Mataros a Onél, mataros a nuestro guardián! ¡Ande dígame! ¿Lo mató o tan solo está malherido?
-Tranquila mi Reina, tu leoncito vive, llegué hasta aquí por que logré descifrar su acertijo. –le dice tratando de tranquilizarla.
-¡Escogió la inteligencia! –lo interrumpe Raíza al hablar. -Ahora estoy más asombrada, aunque tal vez le dio un acertijo fácil, por lo que sea es mejor que lo haya derrotado así, si hubiera escogido la fuerza, lo hubiera despedazado con tan sólo un movimiento de su espada.
-Pues verás mi encantadora majestad, el acertijo no estuvo ni tan fácil, ni tan difícil, aunque no tardé ni tres minutos en resolverlo y estuve a punto de equivocarme un par veces, la respuesta era muy lógica y además sé que siempre he sido muy bueno para los acertijos, y con respecto a los poderes de la espada, no sé qué tan poderosa pueda llegar a ser, aunque casi me corta la cabeza antes de obtenerla, para nada me ayudó cuando un dragón cazador me quiso comer, lo tuve que derrotar con mis propias manos, mientras la espada se quedó inmóvil ensartada en el piso.
Le dice orgulloso mientras le mostraba su puño apretado.
-Si venceros a un dragón de los cazadoras con vuestras propias manos, resolveros el acertijo del guardián de las entradas y traeros con vos la espada del destino, deberos de ser un guerrero muy sabio y poderoso, cuenta una leyenda de mi pueblo que hace muchos años el poderoso Odín libró una gran batalla al retar al destino para obtenerla, y ésta casi le corta la cabeza, poco antes sus Valkirias lograron rescatarlo, sin poder evitar así la destrucción y muerte de más de la mitad de ellas, la espada no tiene punto débil y es indestructible.
-Si tiene punto débil, ese es el acertijo que tuve que descifrar para obtenerla y más que invencible me parece inservible, ya te dije que para nada me ayudó cuando me atacó el dragón, pero si tanto admiras a esta espada entonces la pongo a tus pies junto a su portador, que desde ahora se declara esclavo y súbdito de tu belleza.
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Editado: 08.11.2022