DARO'S EL MILENARIO.
Y mientras caía la noche en el Valle de Mirídia, en Lúa-Dark; Lilth Tepees, la Princesa vampiro de ese reinado oscuro, al abrir los grandes ventanales que la protegían durante el día de los fatales rayos solares, escuchó colarse entre sus cortinas aquellas palabras que le llevaba el viento, la historia de un guerrero enamorado, de un amor sin barreras y una guerra sin cuartel luchando a muerte por una piel, imaginó que eran obras de alguno de los guerreros de sus legiones de criaturas no-naturales, pero descartó la idea inmediatamente al darse cuenta de estaban hablados en un lenguaje muy distinto al de los nosferáles y se quedó ahí por unos momentos, tratando de no perder alguna de aquellas palabras que susurraba el viento en sus oídos, con sus hermosos ojos orientales buscaba en el horizonte alguna luz o sombra, que le diera un indicio de la procedencia de aquel sonido en la oscuridad, de repente una sombra en el horizonte nocturno llamó su atención.
-¡Me parece que eso es la silueta de un dragón! –pensaba mientras observaba. -Es raro que cace aquí, en Lúa-Dark nada hay vivo lo suficientemente grande como para que le pueda servir de alimento, así que debe de andar buscando algo más.
Lo observó detenerse en el cielo, aleteando y buscando algo a su alrededor en el bosque.
-¡Si claro, ese dragón anda buscando algo sin permiso en mi reinado! Tendré que averiguarlo.
Y diciendo esto salió de su habitación, bajando apresurada por las escaleras que conducían al salón de entrada al castillo, decidida a averiguar que buscaba ese dragón sin permiso en su territorio, si no era su coto de caza.
-¡Marcus; Zeth; Yamil y Corzo! Vengan conmigo.
Aunque era inmortal, si conocía el dolor y a sabiendas de la peligrosidad de los dragones, se hizo acompañar de cuatro guerreros vampiros perfectamente entrenados en artes de combate de la clase Omega.
-Hay un intruso en los cielos de Lúa Dark y ustedes me acompañarán a interceptarlo.
Dijo la chica con acento imperativo para enseguida levantar el vuelo, y escoltada por los flancos se fue directo hacia donde había visto al dragón que aún estaba ahí, y a la velocidad de las sombras interceptaron el vuelo del intruso, que ya se dirigía hacia el Oeste con rumbo al volcán Necro.
Daro’s detuvo su vuelo al encontrarse con cinco posibles enemigos que le cerraban el paso; Lilth fue la que rompió el silencio hablando en el lenguaje del dragón, desconocido para sus guardaespaldas que cruzaron miradas de extrañeza, y gesticulando comenzó a emitir extraños sonidos con su garganta que solo ella y el dragón entendían.
-Deteneos dragón, soy Lilth Tepees, la Princesa y futura Reina de éste territorio y te exijo que me digas; ¿Quién eres y que es lo que buscas en mi territorio?
La noche era oscura ante la ausencia de la Luna.
Pero tanto los dragones como los vampiros pueden ver en la oscuridad y el dragón le contestó:
-Soy Daro’s, el Rey de los dragones y busco a un enemigo.
-¿Así que el mismísimo Daro’s, el milenario se atreve a invadir mis dominios? ¡Pues tu enemigo no está en mi reino! Si lo estuviera ya lo sabríamos, nadie entra a Lúa Dark sin permiso, ni siquiera el milenario Rey de los dragones. –dice amenazante.
-El cielo es territorio de los dragones y nunca pedimos permiso para surcarlo, así que; ¡Apartaos o probarás mi furia! –contestó Daro’s definitivo.
-Ja, ja, ja; ¿Así que osas desafiar a la futura reina de Lúa Dark? ¿Acaso ignoras que con sólo levantar mis brazos mi escolta de guerreros vampiros te haría pedazos?
Dijo Lilth y los ojos de Daro´s brillaron apenas con un destello que la chica no alcanzó a percibir, pero no así Corzo Brigante, uno de sus bien entrenados guardianes, que rápidamente se interpuso entre el dragón y ella, cayendo fulminado al recibir un ataque directo de los ojos del dragón; Marcus Dimitri abrazó a la Princesa obligándola a caer al bosque, tratando de ocultarla entre los árboles del ángulo de vista del dragón, que furioso trataba de ubicarla para fulminarla con unos haces de luz de tipo láser, que hacían estallar en fuego todo lo que tocaban, mientras el dragón buscaba con la vista la trayectoria de la Princesa; Yamil Angen y Zeth Core se dejaron ir como saetas sobre los costados del distraído dragón, que girando sobre sí mismo trató de esquivar el ataque de los vampiros, sin éxito.
Pues sus alas fueron rasgadas como papel, mientras los guerreros vampiros giraban a su alrededor esperando que descuidara alguno de sus flancos; Lilth era obligada por Marcus Dimitri a permanecer oculta entre los árboles.
-¡Suéltame imbécil, deberías estar ayudándoles a los otros, al menos ayúdame a encontrar al herido!
Le decía contrariada la Princesa a su guardián, mientras el dragón escupía fuego furioso, y hacía maniobras de vuelo tratando de escapar del ataque de aquellas veloces sombras que se movían como moscas a su alrededor, al verse en desventaja pues sus alas rasgadas sangraban y le restaban velocidad, empezó a girar sobre sí mismo y de un aletazo salió disparado como centella, dejando una espiral de fuego en el cielo como firma de su trayectoria; Yamil Angen fue golpeado en la huida del dragón y cayó herido, mientras Zeth Core lo sostenía buscando a la Princesa y a los otros dos guerreros, los encontró cuando asistían al primer guerrero que había caído fulminado.
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Editado: 08.11.2022