Barak miró al hombre, finalmente conoce al miserable que le ha robado a su familia. Las imágenes de como desaparecerlo de la faz de la tierra se reprodujeron en su cabeza como una película, tantas ideas venían que casi se le hacía insoportable el contenerse y no hacerle todo lo que deseaba.
Clément le sostuvo la mirada a Barak, no sabía lo que estaba pasando, pero el aspecto oscuro de Barak no le gustó para nada y mucho menos el comportamiento tenso de Lianett. Antes de que pudiera decir algo, Barak dio un paso al frente, pensó que lo intimidaría, pero Clément no retrocedió ni un centímetro.
―Así que eres tú quien ha estado con mi familia. ―Barak ladeó la cabeza. ―Bueno, creo que ya no hace falta que sigas tras de mi mujer, ya he llegado. ―Clément le dio una mirada a Lia y su gesto molesto le dio a entender todo.
―No es como que deba pelear. ―Clément sonrió con superioridad. ―Al fin y al cabo, me he ganado el amor de los niños y de ella. ―Se arriesgó, verdaderamente no tenía una relación con Lianett, pero estaba por tenerla. ―Pero debo decirte que aquí quien no debe preocuparse eres tú. ―Ladeó la sonrisa. ―Ellos están en buenas manos, créeme.
―¿Te ha dicho que duerme conmigo? ―Lia quedó pálida. ―¿Te ha mencionado que vivimos juntos? ―Barak enarcó una ceja, sin sonreír solo disfrutando el gesto del tipejo parado frente a él. ―Así que te lo advertiré una sola vez. Aléjate de mi familia.
―¡No tiene que alejarse! ―Lianett se puso en pie. ―El único que debería largarse de aquí y de nuestras vidas eres tú. ―Barak miró a sus hijos y después a Lia, ¿No le interesa que sus hijos estén presentes? Se burló de él mismo, por supuesto que a ella no le interesa nada.
―Que le hayas puesto como padre a otro hombre, no me quita el parentesco que tengo con mis hijos. ―Fue brutalmente directo. ―Te lo advertí, Lianett, ahora serás la responsable de todo lo que suceda después. ―Ella, naturalmente sintió miedo por Clément.
―Si vuelves a hablarle en ese tono. ―Clément no sintió ni un gramo de miedo. ―Las cosas van a escalar demasiado rápido, ¿Lo has entendido? ―Barak no supo si fue la osadía de ese tonto en amenazarlo, la sonrisa o lo dispuesto que está, pero su ira creció.
―No eres más que un aprovechado el cual no perdió el tiempo para meterse donde no lo llaman.
―¡¿Por qué le dijiste eso?! ―Lesath miró a su padre horrorizada.
―No tienes derecho, nosotros queremos a Clément. ―Yusaf se colocó al lado del hombre.
―Eres una mala persona, Clément es bueno. ―Artem lo miró molesto. ―¡No debiste decirle algo así!
―¡Lárgate! ―Gritó Lianett. ―¡Quiero que te largues y me dejes en paz! ―Barak al ver como su familia se ponía de parte de Clément ladeó la sonrisa.
―Quiero que los lleven a casa y si el tipejo se interpone. ―Dijo con el móvil en el oído apartándose para marcharse. ―Ya saben qué hacer. ―Lianett se tensó por completo al escucharlo.
Ella sabe que Barak nunca bromea cuando da una orden, ella sabía que eso podía pasar, pero no pensó en que llegara a esos extremos. ¿Verdaderamente es capaz de hacerle algo a Clément? Gruñó mentalmente por su innecesaria pregunta, por supuesto que él es capaz de todo.
―Estoy bien. ―Clément tomó la servilleta y se limpió la boca, estaba comiendo y sabía que tenía migajas. ―No se preocupen, por favor. ―Estaba furioso, le regresaría el insulto, pero no podía ser tonto. Eso significaría que los niños lo verían igual a como vieron a su padre.
―Lo siento mucho. ―Lianett lo miró avergonzada. ―Las cosas están complicadas, pero prometo que te lo explicaré después. ―Lo miró a los ojos. ―Por ahora, debo llevar a los niños a casa. Por favor, ve a casa.
―No, no le tengo miedo y no pienso dejarlos solos con ese loco. ―Clément se negó a irse y el pánico incrementó en Lianett.
―Por favor, vete. ―Tomó a sus hijos de la mano. ―Prometo que en cuanto resuelva esto te llamaré. ―Sin saber cómo convencerlo, besó sus labios dándole esa esperanza que Clément tenía desde hacía años. ―Nos vemos después.
―Nos vemos, osito. ―Los niños se despidieron justo cuando Kenji estaba acercándose con cinco hombres.
Clément los miró y ellos a él, pero no pudieron hacer nada, no se interpuso y las órdenes de su jefe eran claras. Lianett bastante molesta se montó a la camioneta con sus hijos e intentó actuar como si nada. Los niños le preguntaban sobre la reacción de su padre, pero ella se limitaba a decir que solo había tenido un mal día. Por mucho que lo quiera dejar como el monstruo que es, no quiere traumatizar más a sus hijos.
Barak estaba en la sala de estar esperando a sus hijos mientras Lianett era llevada a la habitación. No quería dejar a sus hijos a solas con Barak y se resistió a irse a esa detestable habitación, pero no pudo persuadir a Kenji.
―Niños. ―Barak miró a sus hijos serio como siempre. ―¿Están al tanto que solo yo soy su padre? ―Los niños cruzaron mirada y asintieron. ―Soy el único padre que deben tener, ¿Lo comprenden?
―Pero Clément es bueno. ―Yusaf no se quedó callado. ―Él juega con nosotros, trata bien a mamá y es divertido.
―¿Y yo no lo soy? ―Enarcó una ceja, no sabe si es bueno o malo, pero sus hijos no se asustan de él ni siquiera cuando es frío e intimidante.
―Sí, lo eres. ―Aceptó Artem. ―Pero queremos a Clément y debes tratarlo bien.
―No olvides que estás a prueba. ―Le recordó Lesath.
Barak ladeó la sonrisa bastante fastidiado. Sus hijos verdaderamente prefieren a otro hombre y Lianett los respalda para que amen a otro sobre él. ¿Por qué no les habló a sus hijos de él si ella sabía que tarde o temprano la encontraría? ¿Por qué fastidiarle la vida y la existencia misma con una cosa así?
―Vayan con Kenji. ―Les acarició la cabeza a los tres y salió de la sala en dirección a la habitación. Ahora es cuando Lianett se daría cuenta de la bobería que hizo.
―¡Si has engañado a mis hijos para que no quieran a Clément juró que te arrepentirás!