—Señor gobernador, sus hijos están fuera —
—Yo no tengo hijos —respondí sorprendido . Debee ser una broma de mal gusto
—Hay tres niños, de cinco años muy parecidos a usted, diciendo que son sus hijos, es que mírelos —dijo sorprendido cuando tres pequeños de unos cinco años se colaron en mi oficina.
—¿Ustedes quiénes son? ¿Cómo burlaron a seguridad? ¿Dónde está su madre? —pregunté sorprendido mientras los miraba asombrado y ellos también a mí. Quien fuera que estuviera haciendo esta broma de mal gusto había buscado trillizos bastante parecidos a mí.
—Artur, yo soy su madre—escuché esa voz que de algún modo me resultaba familiar y quedé helado cuando la vi. La mujer que un vez amé tenía tres hijos y eso solo significaba una cosa...
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Editado: 19.11.2024