El soldado durmiente.

-¡Más rápido, señoritas! ¡Tengo mejores cosas que hacer! -Vociferaba el morocho de ojos avellanas, acomodándose los lentes de sol que protegían perfectamente la piel de su rostro del ardiente clima de día de Londres. El batallón de 49 hombres ya estaba por la sentadilla número 250, todos con sus pieles brillantes por el sudor y sus rostros contraídos por el cansancio, exceptuando a los hombres más fuertes, entre ellos Payne mayor y Jonas.

El pequeño rubio no dejaba de intentar cumplir con las órdenes del Cabo Malik, sin embargo hace ya varias horas que sus piernas dejaron de responderle y apenas podía realizar los últimos ejercicios de la tarde. Sus ojos azules brillaban cada vez que se encontraban con los avellanas, y su corazón se aceleraba de la vergüenza que inundaba su cuerpo cuando quedaba en evidencia lo débil y pequeño que era. Suspira, desviando la mirada del ceño fruncido del mayor hacia su hermano, el cual parecía ni siquiera inmutarse por el esfuerzo. Tonto Liam, ¿Por qué justamente él debía ser el más pequeño?

Gimotea suavemente por el adormecimiento de sus muslos, por lo que se siente por varios segundos para acariciarlos en un vano intento de amortiguar el dolor. Zayn no tarda en notarlo. Traga saliva, mordisqueando bruscamente su labio inferior, e incluso jura haberse quejado en voz alta.

-Horan, joder. Me das lástima, no me hagas llenar tu ficha y enviar tu culo a casa. -Murmura con una mueca de disgusto, escupiendo casi contra su rostro. La humillación recae en él con rapidez, sonrojando sus mejillas todavía más y sintiendo su pecho doler, pero Niall apenas puede abrir su boca para pedir disculpas antes de que el teniente se adentrara en el campo de entrenamiento.

Todos detienen sus acciones para colocarse firmes y decir al unísono "Saludos, teniente Styles." para luego escuchar un "Descansen." de su parte acompañado con un suave asentimiento. Los ejercicios son retomados con normalidad después de aquello.

Edward se acerca al oído de Zayn, murmurando algo por lo bajo, y el pequeño rubio no pasa aquello inadvertido, así como tampoco las ojeras debajo de sus ojos y su ropa arrugada. Alza una ceja con curiosidad, ¿Acaso el teniente no había dormido en su cama?

-¡Horan! -Prácticamente grita con su voz autoritaria el Cabo, dejando que sus ojos se crucen por apenas unos segundos. Atrapa su labio inferior entre su dientes, sonrojándose levemente al oír como el silencio se alargaba apenas unos segundos con la mirada avellana en él.- Se te solicita en la enfermería. Ve con William, el señor Styles te acompañará.

Edward se queda a su lado y ni siquiera inmuta su rostro en el momento en que se acerca con pasos torpes hacia él. Ambos emprenden su camino en silencio.

Louis había dormido un total de cinco días. No se habló mucho de ello entre sus compañeros, siempre la mirada verdosa y fría en ellos, pero todos estaban de acuerdo en dos cosas; la primera, Tomlinson sería enviado a casa más rápido de lo que pensaban. Zayn se lo confirmó en una de esas noches en las que hablaban en susurros, incluso los papeles ya estaban tramitados y esperaban ser firmados por Styles. Allí estaba el problema.

La segunda cosa; Tomlinson recibe un trato especial con Styles. Nadie entendía bien por qué o cómo, tampoco se habían hecho conjeturas más allá de bromas sobre maricones (en las cuales había reído torpemente) o como Louis debería tener un "trasero muy bueno" para conquistar al ogro de su teniente. No lo sabían.

Niall observa de reojo a Styles. Él conocía a aquel hombre desde los cinco años, así como a su familia, e incluso había visto varias veces a Zayn durante su adolescencia. No recuerda mucho de esa etapa, tampoco eran tan importante ya que iban a su casa por Liam (exceptuando las miradas llenas de complicidad que Zayn y él compartían) pero si sabe que aquel hombre es igual desde joven. Siempre frío, siempre inhumano. Jamás hubiera esperado que pusiera tanto empeño en cuidar a alguien además de su mejor amigo. Bueno, cuidar, lo que se dice cuidar...

-Se despertó hace poco. -Comenta el rizado con la mirada en el suelo, su ceño fruncido en confusión. Alza una ceja, curioso, y mantiene su silencio esperando que continuara.- El doctor dice que está bien, debe descansar unos días más. Me preguntó que hacía allí y le dije que revisaba sus cosas. No sé por qué hice eso. -Se encoge de hombros aún cambiar su expresión seria, cada vez se acercaban más a la carpa de enfermería. El menor no contesta, claro que no le había confesado que pasó los últimos días encerrado con él.- Ahora piensa que soy un acosador. Que se tome por culo. Encima que me preocupo, maldito maricón azulado. Revisa que no se me muera, o te mato. Dile que...  Vendré a verlo. -Finaliza, manteniendo su mirada contra la suya solo para demostrarle la frialdad con la que hablaba. El rubio asiente con rapidez, ofreciéndole una sonrisa tímida que se borró instantes después para susurrar un "Si, señor."

Edward se va no sin antes vacilar con sus ojos en la entrada del lugar, y solo allí Niall se relaja. Bufa suavemente moviendo su cabeza para sonar su cuello y coloca la sonrisa más grande que tenía en sus labios para entrar al lugar, encontrándose con quién solía ser aquel niñito llorón que observó en el transporte hace menos de una semana.

Estaba delgado, o tal vez era su aspecto desaliñado el que le daba aquella impresión. Su cabello quebradizo, palidez exagerada, ojos azules sin aquel brillo infantil que tanto lo caracterizaba. Se mantenía sentado por una pila de almohadones que lo sostenía, y el labio inferior nuevamente había sido dañado por sus dientes gracias al pesado tic. Pone todo su esfuerzo en no hacer una mueca y se acerca a pasos cortos, como saltitos.

-¡Hola, Louis! -Murmura agudamente alzando su mano en alto como un niño, los ojos del otro se posan en él.- Mi nombre es Niall, puedes llamarme Nini, mi mam- madre llamaba así. -Se corrige con rapidez, el sonrojo todavía presente en su rostro.- Sé tu nombre por la planilla, espero que no te moleste. Ya nos conocimos antes, si me recuerdas, ¿No?