Los Últimos Reyne | Fanfic A-S-O-I-A-F

I

El Norte
296 DC

 

Lord Wyman Manderly había marchado hacía el sur en el año 282 DC respondiendo al llamado de su Señor, Lord Eddard Stark para unirsele en el frente de guerra contra los hombres fieles al rey Aerys II.

 

Cuando la última batalla cesó, y Robert Baratheon quedó como rey absoluto de los Siete Reinos, los norteños volvieron a sus tierras.

 


Lord Stark apareció en Winterferll con un bastardo en brazos, a todos les sorprendió que el honorable guardián de el Norte le faltara a su reciente esposa de esa forma.


Su abanderado, Lord Manderly pasó por una situación muy similar al llegar a Nueva Fortaleza. Llevaba encima a una pequeña de meses envuelta en telas rojas y doradas. Nunca le dio explicaciones a nadie, firmó a la bebé como Ellys Manderly y la crió de la misma forma en la que había criado a sus otros vástagos.

De alguna forma, siempre tuvo predilección por la niña, ella había llegado a él cuando estaba en el cénit de su vida, viudo y con los hijos ya crecidos, solo le quedaba esperar la muerte en esta nueva etapa de aparente paz; pero la dulce Ellys era capaz de traer luz incluso en los rincones más fríos y oscuros.

Su tenacidad e inteligencia la volvieron indomable para las muchas Septas que intentaban darle la misma educación que a sus sobrinas: Wynafryd y Wylla, quienes eran contemporáneas a la hija menor de Lord Wyman.

-Pronto tendrás edad de casarte, si sigues comportándote como lo haces, ningún hombre respetable querrá tomarte como esposa -la reprendió su padre.

-¡Padre, usted quiere que me dedique a bordar como una estúpida! -inquirió la muchacha. -No puedo hacerlo... Siento que todo eso es una pérdida de tiempo, además no quiero casarme aún.

-No digo que tengas que casarte mañana mismo, pero tarde o temprano tendrás que hacerlo y quiero un buen futuro para ti. Hace unos días le envíe un cuervo a Lord Stark pidiéndole que te reciba en Winterferll como a una invitada, hoy recibí la respuesta.

-¿Y? -preguntó un poco ansiosa.

-Él y Lady Catelyn han aceptado, irás a Winterferll y estarás ahí por algún tiempo. Sé que tienen una muy buena Septa allá.

-¿Entonces me envía a Winterferll sólo para hacer lo mismo que hago aquí? -se quejó.

-Con la diferencia que allá no te quedará más remedio que obedecer. Estoy viejo, Ellys, y tus hermanos tienen sus propias familias por las cuales deben preocuparse. No sé que haré contigo... No perteneces aquí, en este mundo hay muchas cosas que te pertenecen -susurró divagante, últimamente había pensado mucho en el pasado.
Convenientemente aquel pasado estaba ligado al futuro incierto de su hija.

-¿Cuándo?

-¿Cuándo?

-Sí. ¿Cuándo va a enviare a Winterferll? -dijo resignada, pues pese a todo, era difícil para ella avergonzar a su padre.

****

Con solo trece años y una escolta de seis hombres, Ellys Manderly dejó Nueva Fortaleza.
Cabalgaron por seis días hasta llegar a las enormes puertas del hogar de los Señores Del Norte.
Fue recibida por Lady Catelyn Stark y por sus hijos: Robb, Sansa, Arya, Brandon y Rickon.

-Es un gusto para nosotros recibirla como invitada, Lady Manderly -dijo Lady Catelyn. -Espero que su padre y sus hermanos se encuentren bien.

-Así es, Lady Catelyn, le agradezco mucho por su hospitalidad.

-No es ningún problema, Lord Manderly y mi esposo son muy buenos amigos. Ahora debe estar cansada por el viaje, pedí que arreglaran su habitación, por favor Sansa acompaña a Lady Ellys.

Sansa Stark era la hija mayor de Lord Eddard y Lady Catelyn, su belleza era igual a la de su madre: pómulos altos, ojos azules y un espeso cabello castaño rojizo. Pese a su corta edad tenía un gusto excepcional para la musica, la costura y el bordado. Ella misma había elegido la decoración que llevaría la habitación de su invitada.
Con excepción de Jeyne Poole, Sansa no tenía muchas amigas, y la llegada de una joven de edad cercana a la suya le causaba mucha emoción.

Guió a la recién llegada por los fríos pasadizos de granito gris hasta la Casa de Invitados.

-Espero le haya gustado la decoración, Lady Manderly -dijo la joven Stark.

-Es una hermosa habitación Lady Sansa. Si desea puede llamarme solo Ellys, al fin y al cabo sólo soy mayor que usted por un par de años.

-¡Claro que sí, Ellys! Ahora debo irme, mi madre dijo que debemos dejarla... Dejarte descansar.

-Muchas gracias, estaré despierta para la cena.

Lady Sansa se retiró y Ellys aprovechó para recorrer varias veces la alcoba, las sabanas de seda y los colgantes de flores eran mucho más elegantes que cualquier cosa que podría haber tenido en Nueva Fortaleza.

Frente a la amplia cama había un armario de madera clara, habían dejado ahí algunas mudas de ropa y mantas limpias.
Se deshizo del vestido que había llevado durante todo el viaje y se puso la bata de satén plateado que encontró en el armario.
Se metió a la cama y se quedó profundamente dormida por lo cansada que estaba y por la suavidad casi mágica de las almohadas.



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En el texto hay: fantasia, fanfic, gameofthrones

Editado: 28.07.2018

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