Los Últimos Reyne | Fanfic A-S-O-I-A-F

II

El Norte
Winterferll


Durante su primera noche en Winterferll, Lady Ellys tuvo el primero de muchos sueños "extraños".

En él veía las murallas de su hogar provisional arder en llamas, en medio de los escombros un león rojo caminaba tambaleante, a su paso dejaba huellas color oro que eran borradas rápidamente por olas enormes que arrasaban con todo a su paso.
A la distancia, dos pequeños lobos que eran protegidos por un arciano moribundo, intentaban alertar al león sobre las olas que estaban a punto de alcanzarlo, pero el león seguía caminando sin oír a nadie.
Entonces se detuvo a ver su reflejo sobre un pequeño arroyo salido de la nada, su pelaje cambiaba de color y ya no era escarlata, sino tan dorado como las huellas que había dejado. En ese preciso momento las grandes olas lo alcanzaban y lo desaparecían en sus fauces.

Ellys Manderly despertó empapada en sudor y con un sabor a sal que le ardía desde la boca del estómago.

 

—Oh, tranquila mi niña, fue sólo una pesadilla —dijo una anciana aparentemente ciega que estaba sentada al pie de la cama.

 

La joven se espantó al verla e intentó cubrirse con las sabanas pensando que se trataba de uno de los famosos espectros que rondaban El Norte.

 

—¡Oh, no te asustes conmigo niña! —continuó la anciana dándole algunas palmadas sobre los pies— Vine porque sabía que hoy tendrías pesadillas, es tu primera noche aquí y eres tan joven... Es la primera vez que estas lejos de casa, es normal que tengas miedo.

 

—¡Yo no tengo miedo! —respondió Ellys aún con las sabanas sobre la cabeza.

 

—Todos lo tenemos, y no es para menos. El invierno se acerca y será el más frío que hayamos visto en mucho tiempo... Será duro para todos, incluyéndote pequeña Ellys Manderly.

 

—Siempre lo dicen, pero nací en invierno y aún estoy aquí.

 

—Oh, mi dulce niña de verano. Cuando el invierno esté aquí recordarás mis palabras... Y también tus sueños.

 

La pequeña anciana se puso de pie y se retiró de lentamente de la alcoba.

 

Al día siguiente por la mañana, Lady Manderly buscó a Sansa para preguntarle por la extraña visita que había recibido. La encontró en la sala de bordado, estaba terminando de plasmar una hermosa rosa de invierno. Arya estaba sentada junto a ella, miraba furiosa a la septa que les impartía las lecciones.

 

—Buenos días, usted debe ser Lady Manderly —dijo la septa. —Yo soy la septa Mordane y me encargo de educar a las niñas de Winterferll, lady Catelyn me pidió que le impartiera lecciones junto a lady Sansa y a lady Arya. Por favor tome asiento junto a lady Arya, lady Sansa ya está terminando la labor de hoy, pero usted puede avanzar junto a lady Arya que siempre tiene un poco más de "dificultades".

 

La mujer le ofreció un lienzo para empezar a bordar. Ella era tan torpe como Arya a la hora de darle forma a un diseño.

 

—Sansa —susurró— Por la noche recibí la visita de una anciana, tenía un aspecto aterrador... Era pequeña, con los ojos opacos, como si estuviera ciega, decía cosas sin sentido y...-

 

—¡Es la vieja Tata! —gritó Arya obteniendo una mirada de desaprobación de la septa— Es normal que ella diga cosas sin sentido, está un poco loca, pero cuenta historias geniales.

 

—¡Arya! —la reprendió su hermana— Le estás dando a Ellys una mala impresión de nuestros residentes.

 

—No te preocupes por eso —dijo la mencionada — Me alegra saber que es una persona real y no sólo una cosa de mi imaginación.

 

Sansa le sonrió con complacencia, dando por terminada esa conversación. Las tres continuaron con el bordado hasta bien entrada la tarde, cuando la septa Mordane se dio por vencida en el avance de Arya y Ellys.

 

Lady Catelyn llamó a sus hijas a su habitación para hablar del día del nombre de su hijo Bran que sería dentro de una semana.
Ellys fue hacia la Torre del Maestre, quería ver las pajareras que se encontraban en la parte superior.
Para ellos tuvo que cruzar el campo de entrenamiento, donde Robb Stark, Jon Snow y Theon Greyjoy recibían su última lección del día.
Ella se abochornó de sólo recordar lo que había ocurrido un día antes con el joven Greyjoy.

 

Jon Snow fue el único que se percató de su presencia y la vio alejarse con prisa hacia la Torre del Maestre.

 

Una vez que Ser Rodrick Cassel les permitió retirarse, Snow siguió los pasos de la pelirroja. La encontró caminando nerviosa de un lado a otro mirando con ansiedad hacía la nada.

 

—Lady Manderly ¿está bien? —preguntó temeroso.

 

—Sí... Es solo qué... Pensé que habrían pájaros —suspiró.



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En el texto hay: fantasia, fanfic, gameofthrones

Editado: 28.07.2018

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