"Los Vengadores y la hija de los dioses" Primera temporada

Cap.   5  “Obligada a madurar”

(Ahmanet)

Fue esa  noche en la que comenzó mi peregrinar por el mundo, no pasaba más de un par de semanas en el mismo lugar, solo lo suficiente para conocer algunos lugares y saber a qué punto dirigirme si deseaba volver.  

Al estar sola vagando por el mundo, me he visto en la necesidad de madurar, siempre escuche decir de alguien que se había visto obligado a madurar y ser un adulto antes de tiempo, por la muerte de sus padres y tener que hacerse cargo de sus hermanos menores, o por algún otro motivo; ahora entiendo a que se refieren, con solo ocho años de edad me vi en la calle, sin nadie a quien recurrir, sin amigos y con poco más de 900 dólares en la cartera, así que era el momento de dejar las niñerías y comportarme como  un adulto y tomar decisiones, lo primero que hice fue buscar un lugar donde refugiarme permanentemente, más vi  que eso era imposible, ya que si veían a una niña vagar sola, inmediatamente llamaban a servicios sociales; por lo que busque en internet un lugar pequeño y aislado a donde ir, y recordé el pueblo de una novela que leí, Forks, en el estado de Washington, así que busque imágenes del pueblo y me teletransporté ahí, fingí llegar en el autobús buscando a mi padre un leñador, pero como nadie lo conocía, la policía me llevo al orfanato local, eso  estuvo  bien por unos meses, hasta pocos días antes de mi noveno cumpleaños. Cuando mis habilidades comenzaron a darme problemas simplemente salte.

 

Durante estos viajes descubrí algo asombroso, yo me curaba y regeneraba rápidamente, resulto que en mi vagar fui a España y estando en Madrid, para festejar mi noveno cumpleaños, pero unos vagos trataron de robarme, y al defenderme uno de ellos me hizo un corte con una navaja, por lo que grite fuertemente y un perro negro enorme y con un collar dorado me defendió, cuando el perro los hizo huir, se me acerco y se sentó frente a mí.

-oye yo te he visto antes, gracias por ayudarme. – le dije al perro

 

El perro olisqueo mi mano herida y aulló, por lo que yo corrí hacia el parque donde había una fuente en donde tome agua y me lave la herida, saque de mi mochila un pequeño botiquín que había tomado antes de salir de casa, Alice decía que siempre debía estar preparada, saque alcohol y una gasa así como una venda y me cure la herida, dolía mucho.  Vi que el perro me siguió y no me dejaba sola, así que solo le dije:

-yo no tengo casa, y al parecer  tu tampoco, como estamos solos podríamos cuidar el uno del otro.- y como si me entendiera el perro aulló. Y se sentó a mis pies.

 

            Como Madrid ya no era un buen lugar para estar, preferí saltar, fui a un lugar en Egipto, las ruinas de una antigua ciudad, a la que llegue tras tener un extraño sueño, un sueño con una joven que fue asesinada y a la que vi como sacaban el corazón. Revise el lugar y vi que estaba cerca del Nilo, pero no se veían ciudades cerca, estaba casi totalmente cubierta por la arena del desierto, regrese al lugar exacto en donde había aparecido, el perro estaba ahí sentado, saque una lámpara y vi los muros, y me vinieron a la memoria, la visión de la hermosa niña junto a su padre, en un gran festejo y ahí lo reconocí, el perro junto a ella era el mismo que estaba ahora junto a mí.

-qué es esto, porque te vi en una visión de tiempos pasados, si al menos pudieras entenderme?- dije sin comprender.

 

            Y lo extraño volvió a suceder el perro me contesto.

-yo soy tu guardián, mi nombre es Anubis, y fui enviado a protegerte y ayudarte, por aquellos que te crearon cuando el tiempo era nuevo, los dioses de Egipto; poco a poco recordaras quien eres, y yo estaré aquí para cuidarte.

-sé que soy extraña, pero dime, en verdad puedes hablar?

-no, solo tu escuchas lo que digo, pues le hablo a tu mente, ese fue uno de los dones que te dio Horus, el poder de hablar con los animales.

-no te creo, solo tengo nueve años, como es posible que digas que fui creada por dioses, esto es parte de mi maldición, no soy más que un fenómeno, por eso mis padres me echaron, soy peligrosa.

-no, tu renaciste, y yo volví a la vida después de siglos de estar dormido, yo fui enviado por el dios Anubis, el barquero de las almas y guardián del inframundo. Por eso soy un perro chacal, soy unos de los soldados de su ejército. Todos me ven pero solo tú me escucharas, a menos que tome mi forma humanoide.

-tendremos que hablar después de esto. Tengo que comprenderlo bien. Ahora necesito dormir, podrás cuidar que no venga nadie.

-nada te pasara ni humano ni animal o bestia puede hacerte daño, tú eres divina y por lo tanto respetada e inmortal.

-como digas. – y tras decir esto saque de mi mochila un par de cobertores ligeros, puse uno sobre una gran placa de piedra y con la otra me cubrí, las noches en el desierto son muy frías. Al hacerlo algo llamo mi atención por lo que fui a ver que era y encontré un colla muy antiguo, era como el que portaba anubis, pero con la diferencia de que este tenía un Ank, o cruz con un ojo en la parte superior y en el centro del Ank se veía un tipo de alfiler labrado con una luna en cuarto creciente y una estrella en el centro, la estrella era de diamantes.



#5616 en Fanfic
#19377 en Otros
#2501 en Aventura

En el texto hay: poderes, capitanamerica, vengadores

Editado: 07.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.