(Junio 13, 2013; Nueva York, N.Y.)
(Steve Rogers/Capitán América)
Llegamos con cuarenta minutos de adelanto, por lo que tomo mi bolso de viaje y mi escudo y me preparo para bajar, Clint bajo el queenjet en el estacionamiento del aeropuerto a unos metros del auto, por lo que busco las llaves y pongo mis cosas en la cajuela, salgo del estacionamiento y pago, solo para volver a entrar y llegar al área de llegadas, estaciono cerca de la puerta del aeropuerto y bajo para ir a buscarla.
Espero poco tiempo, cuando la veo salir por la puerta de llegadas internacionales, me acerco a ella, se le ve cansada.
-hola como te fue. – le pregunto
-bien gracias por venir a recogerme, la verdad es que estoy rendida y no hubiera podido conducir.
-no te preocupes, vamos por tu equipaje y por Anubis. – le dijo tomándola del codo, la conduzco hasta la banda trasportadora y ella me señala su maleta, ella lleva consigo el portafolios con su computadora y veo como dos agentes del aeropuerto traen a Anubis, le abren la jaula de transporte y ella saca la correa y se la pone.
-vamos te ves muy cansada, y necesitas descansar.- tomo la maleta y su portafolios con una mano y la dejo llevar la correa de Anubis, la guio al auto y le abro la puerta del copiloto, tomo la correa de Anubis y se la quitó para dejarlo entrar en el asiento trasero; cierro la puerta y voy a la cajuela para subir el equipaje, al terminar subí al auto y conduzco a casa.
-en poco tiempo llegaremos a casa y podrás dormir tranquila. –le digo
- sí, gracias, es bueno estar en casa. – me responde adormilada.
Me concentro en conducirla a casa, y cuando llegamos veo que se quedó dormida, se ve tan bella, así tranquila, bajo del auto y saco el equipaje, le abro la puerta a Anubis y este baja y se detiene a poca distancia, abro la puerta del copiloto y llamo a Ahmanet, ella despierta y se baja del auto, pero la veo tambalear, por lo que la rodeo con un brazo.
-ven apóyate en mí, se ve que estas más cansada de lo que creía. – le digo; la llevo abrazada hasta el ascensor y al abrirse la puerta veo que se ha vuelto a dormir por lo que no sé qué hacer; trato de despertarla pero solo me responde
-déjame dormir cinco minutos más, y nos vamos. – creo que está soñando así que no lo pienso dos veces y la guio a mi departamento, al abrir la puerta dejo el equipaje ahí y la tomo en brazos, para llevarla a la cama, la deposito en mi cama, se ve tan pequeña, la cubro con el cobertor, la noche se siente fresca no sin antes quitarle los zapatos, veo que anubis la observa y se hecha a dormir al pie de la cama; voy a la puerta y meto el equipaje, y cierro asegurándome que todo está bien. Después voy a mi ropero y tomo ropa ligera, un pantalón suelto y una camiseta, entro al cuarto de baño, para asearme y vestirme, regreso a la habitación.
La veo en mi cama, ella no se ha movido en absoluto, se ve frágil y delicada, me acerco por el otro lado de la cama y me meto bajo el cobertor, estoy cansado pero tengo que pensar, pongo mis manos bajo mi cabeza y recuerdo estos últimos días, la he estado vigilando, no la he visto llamar a nadie, ni reír con nadie, solo la he visto sonreír a Anubis, a quien trata como a una persona, su soledad me duele y me da tristeza, deseo protegerla, de todo y de todos, la pregunta es: me dejara? me quedo dormido sin darme cuenta. Mi sueño se repite, pero esta vez, hay algo más, tras desaparecer la chica de quince años, mi visión cambia y veo a Ahmanet en un jardín de rosas, comiendo un chocolate, me sonríe, sus ojos están tristes a pesar de que sonríe, me gustaría saber porque?
A la mañana siguiente abro los ojos como de costumbre muy temprano, apenas aclara el día, me duele la cabeza un poco debido al cansancio creo yo, y a que solo dormí cuatro horas, así que cierro los ojos; trato de moverme pero no puedo; lo intento nuevamente pero algo me detiene, abro los ojos para ver qué pasa, y la veo a ella, en algún momento de la noche se movió y se acurruco a mi lado, abrazándome el torso, tengo su cabeza en el hombro y su brazo sobre el pecho, se siente cálida y suave. Bajo mi brazo para abrazarla y la escucho suspirar.
-Ahmanet despierta. – la llamo pero ella no responde
-Ahmanet, es hora de despertar. – le dijo y le acaricio la frente; pero lo único que logro es que se mueva un poco y me abrace más poniendo su mano cálida, sobre mi corazón.
-Ahmanet, princesa, es hora de despertar. – digo, mientras con una mano le tomo la mano izquierda y con la otra la abrazo y le acaricio la cabeza.