(AGOSTO 03, 2013, NUEVA YORK, N.Y.)
(Steve Rogers/Capitán América)
Esa tarde regresamos a la Torre y me encerré en nuestra habitación, encontré una camiseta de ella y me la llego al rostro, tiene su olor, me quito el uniforme, pues huelo a humo, y me siento agotado, muerto por dentro. Voy a darme una ducha por lo que me desnudo y entro bajo el chorro de agua caliente, me lavo el cuerpo y dejo ir con el agua la suciedad y me relajo, dejando salir mi dolor.
Y por primera vez en horas dejo salir mis lágrimas, termino de bañarme y cierro el agua, tomo una toalla y la llevo a mi cara para comenzar a secarme, pero es la de ella, tiene su olor, ese olor a gardenias y jazmines que me excitaba y volvía locos mis sentidos.
Termino de secarme y me visto, al ir al closet encontré una de sus camisetas largas que usaba para dormir, la huelo y también tiene su olor la tomo y me recuesto con ella en mis manos, todo en la habitación huele a ella, la almohada también por lo que la abrazo, y oculto mi rostro en ella, y vuelvo a llorar, ella se ha ido, y no volverá.
Cuando creí que al fin podría tener una vida algo normal, con una mujer a la que amar a mi lado y formar una familia, el destino nuevamente me da una sorpresa y destroza mis planes para el futuro.
Porque ella cuando era tan joven, ella me estaba mostrando que lo era vivir nuevamente, ella me dio ilusiones nuevamente, cuando no creí volver a tenerlas, no cuando nada de lo que conocía existe ya, no cuando la mujer de la que me enamore en mi juventud, al despertar la encontré viuda, con familia y enferma, tanto que a veces no me reconoce o no me recuerda.
Dejo salir mi dolor y mi tristeza por la partida de Ahmanet, no entiendo bien eso que dijo Nick de que ella es especial y de que debió escapar, de que ella está viva.
Me gustaría creerlo, pero yo la vi, ella estaba dentro de la camioneta cuando estallo por culpa del cohete y seguía ahí al estallar el depósito de combustible.
Me dejo ir y llore tanto que me quede dormido, abrazado a la almohada con su aroma, con la camiseta de ella con su perfume.
(AGOSTO 07, 2013, NUEVA YORK, N.Y.)
(Steve Rogers/Capitán América)
Hace cuatro días que ella murió, me aferre a la esperanza de que ella estuviera viva, según lo que dijo Fury, pero se bien que no es así.
No quería ver a nadie, así que no salí de nuestra habitación en la torre hasta dos días después, y solo lo hice por la noche, tome mis cosas, guarde su camiseta y su perfume y Salí de la torre para irme.
Quería estar solo por lo me fui a un hotel, todo estaba muy reciente y ver sus caras de lastima y dolor no ayudaba a que me sintiera mejor.
El tratar de olvidar mi dolor, bebiendo no me ayudaba pues mi sistema quemaba el alcohol tan rápido como lo consumía, y sé que a ella no le habría gustado verme borracho. No regrese a Washington hasta una semana después, cuando ya estaba si no resignado, al menos lo suficientemente calmado como para enfrentar toda una vez más.
Pero lo que nadie podría evitar es que quisiera acabar con cuanto HYDRA me topara, no la pude salvar, pero al menos podría vengarla, arruinando los planes de HYDRA tanto como pueda, y esta vez no tendré cuidado, no tomare prisioneros.
Editado: 05.09.2019