(DICIEMBRE 07, 2016, Seattle, Washington)
(Steve Rogers/Capitán América)
Hace ya tres meses que no se de ella, no sé cómo estará, si sobrevivo a las heridas provocadas por Tony, no quiero pensar mal, deseo que ella este bien, pero si algo le paso a Ahmanet o a la pequeña Thýa no sé si podría perdonar a Tony, he tratado de odiarlo o guardarle rencor por lo sucedido, entiendo que él quisiera vengar la muerte de sus padres, ciego por su dolor al descubrir todo, pero yo no podía permitir que matara a Bucky el solo fue una víctima más de HYDRA. Pero ataco a Ahmanet, ella es una niña y además está embarazada de mi hija y si algo les ha pasado no sé qué haría, ella me ha devuelto la fe en el amor.
A pesar de estarla buscando por todo el país, tratando de saber algo de ella, no la he encontrado, y eso es extraño, ella siempre deja un rastro, pero esta vez no hay nada.
Ya tengo varios días en Seattle, he estado ayudando a capturar a unos ladrones de bancos que han dejado varios heridos, obviamente he tenido que mantenerme oculto, pero me he dado cuenta de que a pesar de que el General Ross no deja de decir que soy un criminal de guerra, enemigo de los Estados Unidos, las autoridades no me arrestan cuando ven que lo que hago es ayudarles contra los verdaderos criminales.
Conduzco rumbo al lugar en el que por el momento me escondo cuando mi celular suena, veo el identificador de llamadas y veo su nombre por lo que me orillo y contesto rápidamente
-Ahmanet eres tú? – le pregunto ansioso
-Steve, si soy yo, en donde estás?- la escucho preguntar, se le escucha bien serena
-Ahmanet, estas bien? Como esta nuestra hija?, amor en dónde estás?
-Steve estoy muy bien, aunque me veo gorda y pesada, en donde estás?
-he estado buscándote por todo el país, ahora mismo estoy en Seattle.- le respondo
-bueno estas relativamente cerca, cuanto tardaras en llegar a Billings, Montana? – me pregunta
-a Billings, Montana, son las cuatro de la tarde, si salgo ahora mismo estaré en ahí para las diez o un poco después, en donde estas, hace un mes fui a tu cabaña pero no hay nada, solo encontré a unos amigos tuyos.
-si vas a Billings, te encontrare ahí, en el hotel “Ángel Mountain” habrá una habitación a tu nombre, para que descanses, no te preocupes el dueño es amigo mío y no dirá nada.
-estarás ahí?
-Steve, te veré ahí, recuerda que te amo.
-y yo te amo a ti princesa, nunca lo olvides, me has perdonado ya.
-Steve te perdone hace mucho tiempo, pero había cosas de las que ocuparse y tu debías aprender a confiar en mí,
-lo se amor, te veré esta noche en el hotel.-
-cuídate, por favor tu hija y yo te extrañamos.- me dijo y corto la llamada, llegue a mi refugio y rápidamente recogí mis cosas, para salir y tomar la carretera rumbo a Billings, Montana.
La carretera que atraviesa el estado de Washington es bella, con grandes bosques a ambos lados, voy a más de ciento cincuenta kilómetros por hora, en la motocicleta que Tony había hecho para mí, como vengador, Nat la rescato para mí, es veloz y equilibrada. A esta velocidad estaré en Billings pasadas las nueve de la noche.
Al cruzar las montañas, debo bajar la velocidad ya que el frio no es bueno, y hay hielo en la carretera, creo que pronto comenzara a nevar, y eso podría retrasarme.
A pesar del frio y de que ha comenzado a nevar, llegue pasadas las once de la noche a Billings, ahora solo debo buscar el Hotel, cuando por fin lo encuentro, es casi media noche; bajo de la Moto y voy a la recepción.
-buenas noches, perdón tengo una reserva a nombre de Ahmanet.- le digo al hombre frente al mostrador, tendrá unos sesenta años, este abre los ojos me mira y me dice.
- usted es Steve Rogers, el amigo de Ahmanet?-
-si soy yo, ella está aquí?
-no, ella llamo diciendo que usted llegaría, que le diera una habitación, es suya esa motocicleta?
-si es mía?
-bien valla por detrás hay una cochera en donde la nieve no la dañara, un amigo de Ahmanet es siempre bien recibido, aun cuando en televisión, ese tonto que se dice general diga que es un criminal de guerra, valla soldadito de oficina, Vietnam si fue una guerra, no esa estupidez de Sokovia. Qué bueno que al menos acabaron con esas máquinas terroristas. Venga Capitán, le esperare del otro lado.- al escuchar al anciano solo puedo sonreír, pues tiene razón, Ross no creo que participara en ninguna guerra real, y estar en un laboratorio experimentando con seres humanos no es ir a la guerra, es un crimen; así que salgo del hotel y subo a la moto, la enciendo y doy la vuelta al hotel, cuando me acerco veo una galera, y el anciano está ahí, esperándome, cuando ve que me acerco abre la puerta de la galera y veo que es una cochera, seguro es la de su automóvil.
Editado: 28.12.2019