(JULIO 07, 2017, NUEVA ASGARD, NORUEGA.)
(Ahmanet)
Paso por el portal y tras pasar lo cierro, paseo por todo el centro de la ciudadela, en verdad es bella, camino hasta el acantilado en donde está la larga escalinata labrada en la roca o mejor dicho sacada de la roca y el puerto al fondo, con un hechizo el puerto está protegido de las tormentas, pues al no haber una bahía los barcos serian dañados por las olas y cualquier tormenta por pequeña que está fuera.
Debo dejar a Nueva Asgard protegida y funcionando pues yo no estaré siempre aquí, tengo otras obligaciones que cumplir.
Veo al horizonte y veo que se acerca una tormenta, pero nada que ver con Noruega, ni con el mar o el clima, esta tormenta debemos enfrentarla todos y será una lucha a muerte para muchos, lo sé y aunque todos se molesten conmigo, nadie más que los culpables morirán, de eso me encargare yo, solo espero me dé tiempo suficiente para poner a Thýa a salvo, pues en sus primeros seis meses de vida, ella será tan delicada, que hasta el menor mal pensamiento podría dañarla, y no puedo permitirlo.
Debo escoger a dos mujeres que se encargaran de cuidarla mientras yo lucho por detener a Thanos y restaurar el equilibrio que el tanto se empeña en romper.
Sé que Inga es la indicada, por cómo se auto asignó como mi doncella personal, pero ella solo es una asgardiana muy valiente, pues empuñaría la espada de ser necesario, pero Thýa necesitara protección contra Thanos y sus supuestos hijos y contra el Imbécil de Ross, si es que este ultimo la encuentra claro está.
En estos momentos Thanos busca las gemas del Infinito, pero yo con todo mi poder, soy un faro en la oscuridad para todos y él lo sabe, tratara de acabarme, aunque ya ha visto que le será difícil, pero una vez que Thýa nazca, existirá otro faro y si ellos la encuentran cuando aún es tan frágil, la mataran. Por eso mi corazón está intranquilo, sé que tengo a Anubis a fin de cuentas y a pesar de que su deber es protegerme, si se lo ordeno me dejara para proteger algo mucho más valioso; mi hija Thýa, la señora de la luz, protectora del Universo.
Siento como mi sangre se acelera y mi cuerpo brilla y comienza a arder; no estoy alterada, pero si agobiada por todo, por lo que cambio y esta vez el cambio es extremo, saco todo.
Las alas heredadas de mi madre Neftis, los cuernos y la sol coronándome, símbolo de la corona de mi madre Isis, pero en lugar de solo ser una corona, son también un escudo que sale de mis hombros, y brillan como un halo, en mis manos están las garras de Sejmeth, la diosa leona, y mi cuerpo despide un intenso calor, pues el fuego del inframundo me rodea, herencia de mi padre Seth, mi vista es la de Horus pues poseo el ojo de la verdad y el ojo que todo lo ve; por lo que nada se puede ocultar a mi vista y la verdad siempre será revelada, herencia de mi hermano y padre Horus; mi oído es muy fino, y mi agilidad es magnífica, herencia de mi madre Basteth, la diosa Pantera o gato, en mi pecho llevo el pectoral de Thot, que me conecta con él y con todo el conocimiento del universo y sobre este; el medallón de Hator, que me da paz y armonía y me conecta con todo en universo, y en este, está incrustado el símbolo de Osiris mi padre, de quien herede mi don más grande, el equilibrio para juzgar el bien y el mal; con mi transformación me elevo del suelo y comienzo a volar, estoy intranquila y escucho a lo lejos un fuerte aullido, es Anubis, sintió el cambio, miro hacia donde se escucha el aullido y lo veo.
Corre hacia el acantilado a toda prisa, detrás de él viene Steve, se escucha otro aullido pero no entiendo lo que Anubis dice y tras él se escuchas muchos más.
Yo vuelo en círculos sobre el mar, sobre la isla Fisterland y sobre Nueva Asgard, veo las nuevas huertas vacías y pienso en lo bellos que se verían los arboles de manzana, pera y melocotón en ellas, de la nada crecen hasta ser arboles adultos, cargados de frutos; veo otras huertas y pienso en limones, naranjas, toronjas y mandarinas y estos aparecen llenos de frutos, Veo más huertas y pienso en otros tantos vegetales y hortalizas, arboles de mango, tamarindo, aguacate, plátanos, papayas, cocos, arbustos de fresas, frambuesas, moras, zarzamoras y arándanos y veo todo crecer y surgir de la nada hasta ser plantas útiles llenas de frutos, veo una huerta y pienso en piñas, sandias y melones, pepinos y calabazas, y veo como las plantas crecen rápidamente, llenándose de frutos.
Editado: 28.12.2019