Beatriz no cabía en sí de asombro y alegría, ¡los zapatos eran mágicos!
_Gracias buena señora,son exactamente los que quería, ¿cuánto le debo?.La anciana hizo un gesto de desinterés:
_Los zapatos te eligieron a ti, no me debes nada,sólo deseo que te traigan mucha suerte_respondió inclinandose en una corta reverencia.
Beatriz emocionada apretó entre las suyas,las manos de la buena mujer:
_Le estaré eternamente agradecida, quisiera que nos acompañara esta noche a cenar,estoy en deuda con usted,y sé que al rey no le importará_suplicó mirando a la anciana con los ojos cargados de emoción y ternura.
Margaret, que estaba atenta a la conversación de ambas, se acercó airada:
_¿Te has vuelto loca,cómo crees que una plebeya se sentará a la mesa real?, definitivamente hermanita,creo que tu buen juicio está completamente nublado.¡¡Ya sal de aquí pordiosera,no nos mezclamos con gentuza de tu clase!_vocifero' indicando la puerta con el dedo.
Beatriz se levantó roja de ira:
_¿Cómo te atreves a insultar a una señora que pudiera ser nuestra madre y que además ha sido tan gentil conmigo?, claro que cenara' con nosotras,es mi invitada, y no pienso tolerar ni una sola de tus groserías!
En ese instante, el príncipe que pasaba cerca de allí, se asomó al escuchar el alboroto:
_¿Qué está sucediendo aquí, por qué tanto escándalo?
Beatriz,toda avergonzada, se limitó a saludar con una reverencia, pero su hermana haciendo gala de su natural hipocresía, se encaró al recién llegado:
_ No es nada,Su Alteza,es sólo que mi querida hermana y yo,aún no nos ponemos de acuerdo en cuanto al atuendo que luciremos en la fiesta,pues tiene que ser diferente para que puedan distinguirnos una de otra_respondió con una sonrisa fingida.
El príncipe le lanzó una mirada de soslayo manifestando su desagrado.De repente reparó en los pies de Beatriz,donde las preciosas zapatillas refulgian con un brillo de estrellas:
_¡Son bellísimas,¿las luciras en el baile? _ preguntó con evidente admiración.
_Así es,Su Alteza,me alegro que hayan sido de su agrado,esta amable señora me los acaba de regalar_respondió la muchacha toda ruborizada.
_Pues se merece una recompensa por su buena acción_señaló el joven príncipe saludando con la cabeza a la anciana que se había replegado hacia un rincón de la estancia,avergonzada por haber provocado toda aquella discusión.
_No se preocupe por mí señor,ya cumplí mi cometido aquí, no es necesaria la recompensa, les agradezco a usted y a la señorita por su invitación, pero ya me tengo que marchar_ respondió la buena mujer recogiendo su mercancía
_¿Pero cómo?, no es justo,usted me ha hecho un regalo único, tengo que pagarle de algún modo_insistió Beatriz .
_Más pronto de lo que imaginas,volverás a saber de mí_respondió la señora esbozando una enigmática sonrisa y se marchó silenciosamente.
Beatriz se asomó al corredor para despedirla con un abrazo de agradecimiento, pero misteriosamente la anciana se había esfumado como.por arte de magia.Preguntó a los guardias de la entrada,pero ninguno la había visto entrar ni salir.Extrañada,Beatriz regresó a su recámara. Antes de entrar,sintió una conversación entre el príncipe y su hermana:
_Se quién eres,a simple vista,Beatriz y tú son dos gotas de agua, hasta yo podría confundirlas,pero sólo basta con observarlas un poco,tú eres déspota, ambiciosa,cruel,todo lo contrario de ella,que sabe cómo comportarse ,es buena,sencilla y agradecida,nunca esperes de mí algo más que una simple amistad,nunca podré amar a alguien tan mezquino _le recriminaba en voz baja el joven príncipe. Margaret no respondió, se limitó a saludar al joven inclinando su cabeza,luego de esto,el príncipe se marchó.
Cuando Beatriz entró al cuarto ,el rostro de su hermana estaba transformado, de la euforia que antes tenia por los vestidos nuevos,había pasado a una expresión de frustración, cólera y venganza,ante lo cual,Beatriz prefirió mantenerse en silencio evitando uno de los frecuentes estallidos de cólera de su tempestuosa gemela.
La noche tan esperada llegó, el palacio se encontraba abarrotado por lo más selecto de la nobleza,los miles de candelabros hacían resaltar los múltiples y coloridos trajes de las damas y las brillantes casacas de los caballeros.El príncipe y su padre en persona, le daban la bienvenida a los invitados.Las mesas llenas de manjares,despedían un exquisito aroma,mientras la orquesta ejecutaba finisimas piezas de vals.De pronto, un murmullo de admiración se generalizó...