No lo creo

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El día comenzaba, el sol estaba a medio salir y suaves colores como celeste decoraban el cielo sin una sola nube, solo pájaros volando de un lado a otro, dirigiéndose a lugares diferentes. Había muchas cosas que a Jin le costaba hacer, y una de ellas era caminar.

Por alguna razón, se levantó más temprano de lo normal, aunque generalmente no era de su gusto, pero no se sentía cansado; su corazón seguía con la emoción provocado por la lectura del día anterior.

Aprovecho que todavía no había mucha gente en las calles para ir de compras y le dijo a RM y Hobi quienes estaban despiertos que iría por el desayuno, después de todo, se acercaban semanas de mucho trabajo.

Estaba seguro de que Jimin se desveló terminando de leer el libro que le pasó y hablarían de ello más tarde, RM y Hobi también comenzaron la novela y estaba seguro de que, a pesar de que estuvieran ocupados trabajando escribiendo canciones, se las arreglarían para terminarla; incluso Taehyung mostró interés.

Aquella avenida era tranquila, a pesar de ser un idol, hasta ahora logró caminar tranquilo sin armar barullo. Miro a su alrededor y se dio cuenta de que, detenida justo enfrente de una plaza se hallaba una joven mirando hacia todos lados, como si estuviera buscando algo. Jin se detuvo en seco, observandola con más cuidado:

Era obvio que era extranjera, y era indudablemente bella. Su piel era blanca rosada, ojos grandes y llamativos que daban a entender que no era coreana ni asiática, su cabello café y ligeramente ondulado caía como bucles en sus hombros y brazos, su sencillo vestido rosa con detalles blancos la hacía parecer una princesa.

No entendía como una chica podía estar tan arreglada a tan tempranas horas de la mañana, pero eso no le importaba.

Dejo de admirarla cuando su rostro demostró una expresión de confusión, supuso que estaba perdida. Sin perder más tiempo se acercó a ella, la chica finalmente volteó a su costado donde estaba Jin y le regaló una sonrisa de alivio e inocencia; Jin finalmente vio sus ojos avellana más de cerca, nunca vio una sonrisa o mirada tan únicas en su vida.

Antes de que Jin dijera algunas palabras en inglés, ella fue más rápida.

– ¡Hola! – saludo con alegría, aquella voz era dulce. Puso en dedo de su mano en sus labios y miro hacia el cielo, como si estuviera meditando algo; Jin la espero con paciencia.

Jin no sabía por qué estaba sonriendo:

¿Su suerte de que aquella extranjera sabía algo de coreano?

¿El hecho de que no se haya vuelto loca al verlo y podía tratarlo como una persona normal?

– ¿Hay algún café, cerca?

Dijo poco, pero Jin la entendió.

– Hay en la otra plaza – dijo, y trató de señalar la dirección, la chica se puso a su lado para entenderlo mejor, causando que se pusiera nervioso – . Te acompañaré.

– ¡Gracias!

Decidió acompañarla ya que le parecía peligroso que estuviera ambulado sola. Estaba seguro de venía acompañada, tal vez solo estaba perdida, así que quería ayudarla, que estuviera satisfecha con su viaje para que se llevara una buena imagen. Además, como aún era temprano, tenía tiempo.

Y ahí estaba, un idol haciendo un gesto de amabilidad hacia una total desconocida quien parecía estar perdida.

Esa mañana, se levantó más temprano sin saber por qué, tal vez frente a él se encontraba su respuesta.