—¡yo no puedo vivir en este mundo!
Las últimas palabras que no eran audibles para la escuela, aunque sí para algunos. Fueron a ver que mismo estaba ocurriendo y al llegar a la terraza, sólo hubo la sangre brotando en el suelo y un cadáver de la chica que era conocida como "nerd de anteojos", ni siquiera podían creer lo que sus ojos detallaban el porque había tomado esa decisión tan horrible para desaparecer de este mundo.
Uno nunca puede saber cómo son los pensamientos de las demás personas, hasta el momento de conocerlas. Los problemas no sólo provienen de su casa sino del lugar en el que empiezan a vivir su realidad y no pueden afrontarla.
Es una dinastía que existe solamente el dolor y soledad, si no puedes superarla entonces no vale de nada que hayas nacido en este mundo; nisiquiera te conocerte a ti mismo y nuevamente volverás en el camino de la oscuridad.
—¿Qué hacemos? —preguntó la morena con una angustia en su mirada —Le decimos a los maestros que Emilia Vargas se quitó la vida. —interrumpió desesperada aquella pelirroja.
—¿¡te volviste loca?! ¡Van a pensar que es nuestra culpa!
—Lida, tiene razón —menciona el hombre mayor analizando un poco esta incómoda situación en que se encontraban. —Hay que decirlo porque o sino estaremos en problemas, ¿me ayudas, Ángel? —el joven de piel blanca asintió con un poco de miedo y ayuda a sacar con delicadeza el cuerpo de la joven pelinegra.
—"Sigo sin entender, ¿Por qué tomó esa decisión?"—pensó Lida.
—¡Yo no quiero ver la cara de Odalys, si se entera el problema que nos metimos! —dijo la pelirroja aterrada en pensar del reproche que les daría su gran amiga.
—No va a pasar nada. Además ella se mató solita, nosotros no tenemos nada que ver —espetó Ángel ya fastidiado del comportamiento de la pelirroja y coloca junto con el joven mayor al cadáver en el suelo, se van a lavarse las manos en la parte de atrás de la terraza que hay un grifo para enjuagarse junto a eso hay un jabón —Y...Ya terminamos con esto y nos vamos. —balbucea muy nervioso para después secarse las manos llena de agua y jabón con su ropa.
—De verdad eres patético, la verdad no entiendo ¿que haces en esta escuela? —el castaño agachó la cabeza por las palabras hirientes de la chica de ojos marrones.
—¡Odette! —grita Lida defendiendo al chico con fulminar con la mirada a cierta pelirroja —No te desquites con Ángel, el al menos tuvo la decencia de ayudar no cómo otros. —una risa irónica sale por los labios de la chica.
—Bueno no es momento de pelear por estupideces, ¿ok? —pidió el moreno al tercio de adolescentes que tiene de amigos que por cualquier cosa discuten, ellos tres han sido desde los 12 años hasta en la actualidad nunca podrán cambiar.
La sangre que yacía en el cuerpo vacío de la azabache sin vida aún brotaba por todo el lugar y el sonido del viento era muy fuerte.
Aquella chica de cabellos rojos de color carmesí tuvo un instante dolor en su pecho y unas imágenes rondaban en su cabeza que ni siquiera ella comprendía.
—"¿Qué es este mal presentimiento?"—dijo Odette pensativa —"Esas visiones eran idénticas a las de mis sueños." —el rostro de la chica comienza sudar del terror.
—Así ya no sigas molestando al pobre de-- —iba a reprocharle pero se detiene al observar la cara de la pelirroja, se desconcierta.
—Ode, ¿que pasa? —la miró Ángel preocupado. La silueta nombrada observa a sus amigos con una mirada de terror, logrando atemorizarlos de la misma forma que ella estaba. —¡N...No me asustes! —dijo ya asustado.
—Algo se acerca, no es nada bueno. —la pelirroja susurra una frase que es audible para el tercio que se encuentran junto a ella. Esperaban alguna respuesta de esa oración pequeña que Odette misma había predicado, aunque los ojos de la carmesí estaban idos no tenían vida como si la hubieran absorbido por completo su alma.
—¡Ode! ¡¿Qué tienes?! —la morena de estatura pequeña estiraba a la chica con brusquedad — ¡Reacciona, payasa! —gritó desesperada.
—Ella no despertará.
Una voz logró escuchar aquél castaño que provenía desde la parte trasera de la terraza, es un hombre con alas negras y ojos rojos como del color del cabello de la pelirroja.
—¿Quién eres? —preguntó el chico asustado.
—Yo solo soy un simple mensajero de Lucifer; el rey del infierno y desea verlos a ustedes cuatro.
—¿Lucifer, dices? El ángel caído que había desobedecido a Dios —menciona el moreno desconcertado ya que tenía entendido que la existencia del diablo era un misterio como lo es el creador de nuestro mundo. —Es imposible que el siga con vida, se habían desecho de él. —aquél hombre de alas negras se reía irónicamente.
—Ustedes son simples humanos que jamás entenderán.
—¡¿Qué dices? —espetó Lida molesta —¡¿Qué necesidad tiene ese maldito traidor con nosotros?! —dijo sin escapar ninguna palabra de sus labios y sin darse cuenta que podría ser asesinada por ese demonio.
—Lo sabrán en el camino —ignoró el comportamiento de la pequeña y se voltea a verlos para seguir hacia arriba con la fuerza de sus alas —Antes de que eso suceda, ¿vendrán o tendré que matarlos? —les dio una advertencia con una mirada frívola.
—este yo... —las manos del castaño se enredan del miedo.
—Iremos, pero devuelve a nuestra amiga a la normalidad —dijo el chico mayor mirando el estado ido de Odette.
—Es imposible.
—¡¿Por qué?! —dijo Lida enfurecida.
—Ella no está aquí, justamente está hablando con nuestro señor—menciona el hombre de alas negras al mirar el cuerpo sin vida en el suelo —Además si fueron llamados fue por ayudar a una humana que se oponía a ver a Lucifer. —los rostros de los tres adolescentes estaban pálidos que nunca.
El tercio de jóvenes recordaron las palabras de su amiga pelirroja: "¡Yo no quiero ver la cara de Odalys en el problema que nos metimos!". Ahora sí van estar en un gravisimo caos, lo peor fue que meterse con el peor enemigo de Dios y de los humanos, ¿Habrá forma de salir?