Lost Memory

Capítulo 7: No eres la misma

La hora del almuerzo llego y Carina sale de su oficina para hablar con Alina.

—¿Nos vamos a la cafetería? —pregunto sujetando una vasija con comida.

—Sí, solo termino de redactar este documento —respondió Alina.

—Te espero —le sonríe.

Darío igualmente sale de su oficina y habla con Katia.

—¿Dónde se encuentra la cafetería? —pregunto ansioso.

—En el piso de abajo. Todos solemos comer ahí. Incluso la Señora Carina —informo.

—¿Así? —mira a Carina.

—¿Comerá con nosotros? —dice Katia mientras se levanta de su escritorio y sujeta su comida.

—Sí, sí. Es probable.

—Entonces vamos de una vez antes de que se llene —lo sujeta del brazo y lo guía.

Darío es llevado a la cafetería en contra de su voluntad debido a su distracción.

—Listo, vamos —Alina termina y se levanta de su escritorio.

—¡Qué bien! Muero de hambre —exagero mientras ambas caminan a la cafetería.

Estela al ver que todos se van de la planta, entra a la oficina de William y la cierra cuidadosamente.

—¿Qué quieres? —respondió antipático mientras escribía en su laptop.

—Bueno… Yo solo quería saber si necesitabas ayuda —dice en un tono provocador mientras se acercaba a él.

—No —respondió veloz.

—¿A no? —se acerca a su oído y le susurra—. Ya no hay nadie en el piso… Estamos solos —dice pícaramente.

William reacciona inmediatamente y se levanta.

—¿Rina no está? —pensó—. ¿Qué hora es? —pregunto a Estela.

—La hora del almuerzo, ¿no es obvio? —dice sarcástica.

Estela estaba por lanzarse hacia él, pero él salió rápidamente de su oficina, rumbo a la cafetería.

Las chicas ya se encontraban comiendo en una de las barras de la cafetería mientras que Darío se encontraba buscando que comer en la misma.

—Si hay comida en la cafetería, ¿Por qué traen su almuerzo? —pregunto curioso.

Katia tragó su comida y espero para hablar.

—Porque es más cómodo —sonríe—. Yo preparo el almuerzo para mi esposo y mis hijos. Así que no me molesta crear el mío. Aunque eso no evita que compre un bocadillo de más aquí —vuelve a comer tras terminar de hablar.

—Oh… Entiendo —toma un plato y va seleccionando la comida.

—Como tú no tienes a nadie que te prepare algo, por eso tienes que elegir aquí, ¿no es así? —comento William.

Se colocó a lado de él y comenzó a elegir comida también.

—¿Y tú? —regreso la pregunta.

—Me gusta probar diferentes comidas —respondió con una sonrisa triunfadora.

Cuando terminaron de seleccionar sus alimentos, fueron a buscar a Carina. Darío se colocó en su lado derecho y William frente a ella.

Carina terminó de masticar y hablo.

—Señores, ¿cómo les va en el trabajo hasta ahora? —pregunta cortes.

—Todo fácil. Soy un experto en el tema —comento Darío orgulloso de sí mismo.

En ese momento, Katia llega y se sienta a su lado.

—Señor, ¿no quería aprovechar el almuerzo para que le explicara la última papelería que le mostré? Dijo que no le había entendido bien a los pedidos —confeso la secretaria.

Alina aguanta su risa.

—No, ya les entendí. Gracias por tu atención —dice avergonzado.

—De nada. Cuando quiera —continúa comiendo.

—¿Y tú? ¿William? —pregunto Carina.

William afina su voz.

—Afortunadamente no he tenido problemas, pero quisiera juntarme contigo a solas para discutir un plan de negocios diferente —propuso con cierta picardía y seriedad.

Darío lo miro con descontento inmediatamente.

—¿Un plan de negocios diferente? Si es así… ¿Por qué no proponerlo en la siguiente junta directiva? —pregunta curiosa.

—Porque quiero ver qué opinas sobre las modificaciones que quiero hacerle a la empresa. Tu opinión significa mucho para mí —aclaro.

Carina se puso algo nerviosa e incómoda por sus notorias declaraciones y el trato tan familiar que ambos le estaban dando.

—Me halagas, pero yo no soy la indicada para darte una opinión a menos que está ya sea aprobada por el jefe de la empresa —comento con nerviosismo.

—¿Por qué no se lo comentas a Darío? Obviamente el área comercial debe ser altamente modificada en tu supuesto nuevo plan de negocios —sugirió Alina.

Ambos se miran al instante y se dirigen una mirada molesta. En ese momento llega la secretaria de William, Estela y lo abraza por la espalda.

—¡William! Acompáñame a elegir mis alimentos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.