Capítulo 20 - MENTE QUE NIEGA LO QUE EL CORAZÓN SABE
BROOKE
Los meses y las semanas siguen pasando y yo voy evitando a todo el mundo. Con las únicas que hablo son con Hermione y Nicky, aunque con Theo y Blaise lo hago cuando están solos, cuando el rubio no está con ellos, que suele ser contadas veces. ¡Ese trío no se separa casi nunca!
Intento evitar peleas innecesarias y problemas, ahora mismo necesito volver a tener mi paz mental y, para ello, me viene muy bien la soledad. Las clases siguen su curso, un poco aburridas al conocer ya todos los conceptos, pero no tengo otra opción.
Con Álex las cosas están algo distantes, solemos hablar y quedamos con Viktor y con Hermione, pero no hemos vuelto a estar solos. Casi que lo prefiero así, me ahorro momentos incómodos. Con el que está todo demasiado frío es con Malfoy, vuelve a las andadas de antes, miradas de desprecio, comentarios con egocentrismo… Hace todo lo posible para hacerse notar y creerse superior. Aunque lo único que no ha hecho ha sido insultarme, no ha vuelto a meterse con mi sangre y eso ya es mucho, viniendo de él. Eso me hace saber, que en el fondo, aún le sigo importando, que aunque me ignore, aun no he salido de sus pensamientos.
- ¡Brooke! – alguien grita mi nombre. Oigo unos pasos que resuenan por el pasillo y que vienen hacía mí.
Me giro y me encuentro a Harry corriendo en mi dirección. Se para al llegar a mi altura y apoya las manos en sus rodillas, intentando controlar su respiración agitada.
- ¿Qué ocurre Harry? – pregunto preocupada.
- Un segundo – me dice levantando la mano en mi dirección. Espero impaciente durante unos segundos y después se incorpora para mirarme.
- ¿Y? – le insto a que me cuente algo.
- He conseguido abrir el huevo – me dice.
- ¿Qué? – digo sorprendida - ¡Eso es genial, Harry! – digo emocionada acercándome a él y abrazándolo.
- Brooke me ahogas – me dice como puede y lo suelto rápidamente.
- Lo siento – me disculpo avergonzada - ¿Y qué decía? – pregunto intrigada.
- Espera – me dice cogiéndome de la mano – Vamos a un sitio más tranquilo – yo asiento de acuerdo y dejo que me lleve.
Caminamos por el pasillo hasta que entramos en un aula vacía. Allí, Harry cierra la puerta y pronuncia unos hechizos para que nadie nos oiga. Me siento en el suelo de la sala y espero a que Harry me imite, para que me cuente cuanto antes lo que ha pasado con el huevo.
- ¿Cómo lo has resuelto? – pregunto impaciente, sin esperar a que él hable primero.
- Cedric me dijo que fuese a darme un baño con el huevo. En concreto al baño de los perfectos – me responde.
- ¿Cedric? – le miro sorprendida.
- Le conté lo de los dragones. Quería que estuviéramos todos en las mismas condiciones y él me ha devuelto el favor – me contesta.
- Es un tío muy legal – le digo sonriendo y sorprendida, no me esperaba que Diggory fuese así. A veces se le nota un poco subidito con esto de ser el campeón legítimo de Hogwarts.
- Me di un baño y Myrtle La llorona, una de las fantasmas del colegio que vaga por los baños del castillo – no tenía ni idea de que existiera, nunca la había visto, pero agradezco su explicación – me dijo que lo sumergiera en el agua y lo abriera. Así lo hizo Cedric, por lo que imité sus acciones y unas voces comenzaron a sonar por debajo.
- ¿Qué decía? ¿Te acuerdas? – necesito más información.
- Sí, lo escuché varias veces para aprendérmela de memoria.
- ¿Y a qué esperas? – le doy un golpe en el brazo nerviosa.
- “Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Y estas palabras medita mientras tanto, pues son importantes, ¡no sabes cuánto!: Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora. Pasado este tiempo ¡negras perspectivas! Demasiado tarde, ya no habrá salida” – recita de memoria.
Me quedo un rato en silencio, procesando las palabras que me ha dicho, mientras Harry me mira expectante para ver mi reacción.
- Vaya… - digo al fin – Tiene toda la pinta de que la prueba va a ser bajo el agua, por el hecho de que hayas podido descifrarlo de esa forma. Así que imagino que sea en el lago, es lo más cercano que tenemos con esas características – comenta y me mira con cara rara - ¿Por qué me miras así?
- Porque yo he tardado un buen rato en adivinar que era en el lago y tú lo has hecho en menos de un minuto – empiezo a reírme por la situación.
- Será que mi cerebro trabaja a más velocidad que el tuyo – ambos nos reímos - Hay una parte que habla sobre el tiempo, ¿verdad?
- Sí – afirma – dice: “Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora” – me repite.
- O sea que solo vas a tener una hora para encontrar eso que te han quitado, que no sabemos qué es.
- Ni tampoco sé cómo voy a permanecer una hora bajo el agua, sin ahogarme. ¡Y solo tenemos dos días para encontrar una solución! – me dice exaltado.
- Tranquilízate, Harry. Así no vamos a conseguir nada. Todo hay solución. Por ahora vamos a ir a buscar a Ron y Hermione para que nos echen una mano. Cuantos más seamos mejor – le paso una de mis manos frotando su brazo para reconfortarlo.
- Tienes razón – me dice algo más calmado.
Salimos de la sala y ponemos rumbo a la biblioteca, ya que estamos casi convencidos de que Hermione se encuentra allí, y no vamos mal encaminados. Le contamos lo que hemos descubierto y nos ponemos manos a la obra. Un par de horas más tarde, aparece Ron y se une a nosotros.
Esa noche no duermo mucho y el día siguiente lo pase entero en la biblioteca, buscando la forma en la que Harry pueda permanecer una hora bajo el agua. Buscamos en todos los libros que encontramos que se nos ocurren, incluso la señora Pince, la bibliotecaria, nos ayudó a encontrar varios libros, pero nada de lo que leemos nos ayuda.