Luis y Sebastián estaban de pie a 5 metros de distancia de la humana pero aún así podían sentir su corazón latir y sus manos temblar, ella parecía tan sorprendida por lo que había pedido que no dijo nada más por unos segundos. El silenció finalmente se rompió cuando Luis interrumpió...
Luis: ¿Que pasó?, ¿Viste algo?.
Sebastián: Si, dinos que viste.
Julissa: (sonrió y dos lágrimas rodaron por sus mejillas) No ví nada.
Sebastián: (corrió a abrazarla) Tranquila.
Luis: (observó a la pareja y sintió celos de su mejor amigo) ¿Pero si hiciste lo mismo que la vez pasada?, Talvez no lo hiciste correctamente.
Sebastián: Suficiente por hoy, mañana seguiremos, ahora te llevaré a tu habitación.
Dicho esto Sebastián tomó a Julissa por el brazo y la llevó a su habitación, Luis se quedó parado observándo todo desde su lugar. Se dió cuenta que algo había cambiado, Sebastián miraba de una manera distinta a Julissa y ella le correspondía.
*
Eduardo llevaba dos días en esa pequeña habitación de madera ubicada en medio de la selva, la loca que lo tenía secuestrado salía y regresaba con comida para el.
El sabía que si colaboraba talvez ella lo regresaría antes a la ciudad, Julissa quedó en llamarlo todos los días y necesitaba oír su voz para poder seguir pero a su teléfono se le acabó la batería y no tenía como cargarlo, estaba totalmente aislado.
Kiara no sabía que hacer con el, al principio quiso matarlo y dejar su cuerpo abandonado en la selva, los animales salvajes lo comerían y nadie sospecharía que fue ella. Pero el era tan apuesto e inocente que no podía hacerle nada, incluso dejó de hipnotizarlo, pues el estaba colaborando y no intentó escapar en los dos días que están juntos.
Ambos estaban sentados frente a la hermosa fogata en medio de la selva.
Eduardo: ¿Hasta cuándo me tendrá aquí?.
Kiara: No lose aún.
Eduardo: Si vamos a estar más días, quisiera saber más de usted, ¿Quién es?.
Kiara: Se asustaría si le dijera (lo observa).
Eduardo: No creo que sea tan malo.
Kiara: Créanme, es algo diferente.
Eduardo: (algo nervioso preguntó) ¿Es una traficante de órganos?.
Kiara: (sonrió) ¿Cómo se te ocurre?.
Eduardo: (sintió un gran alivio al escuchar eso) Lo siento, esque se me hace muy raro que me tenga aquí sin explicarme nada.
Kiara: Le dije que no le haría daño, se que está esperando algo.
Eduardo: ¿Que sabe de mi?.
Kiara: Está esperando a que la humana aparezca para retirar las denuncias porqué ella le pidió que no diga nada respecto a la llamada de hace dos días.
Eduardo: ¿Cómo sabe eso?, ¿Me estuvo siguiendo?, Espere, ¿Dijo humana?.
Kiara: Si, Julissa es una humana igual que usted.
Eduardo: ¿Usted sabe dónde está ella?.
Kiara: No con exactitud, pero si te voy diciendo que no está secuestrada.
Eduardo: ¿Quién la tiene?, ¿Usted se llevó a sus padres verdad?, La vi en la entrada del hotel hace algunos días.
Kiara: Si, efectivamente era yo pero no me llevé a nadie excepto a usted.
Eduardo: ¿Dónde está Julissa?.
Kiara: No se preocupe por ella, está bien.
Eduardo: ¿Porqué se refirió a nosotros como humanos?.
Kiara: No lo entendería.
Eduardo: Puede confiar en mí.
Esas 4 palabras le recordaron a Kiara la época en la que conoció a Luis, "Puedes confiar en mí", su corazón empezó a latir rápidamente, ese humano le había hecho sentir algo que pensó no sentir por nadie más que no fuese Axel, Eduardo le dijo algo que hace mucho tiempo necesitaba oír, ella no era amada y mucho menos escuchada, solo dejó correr sus sentimientos convertidos en lágrimas y se lanzó a los brazos de ese humano sientiendóse una vez más protegida.
*
La primera semana de abril pasaba muy rápido, Julissa no se había dado cuenta que pronto sería su cumpleaños número 18. Parecía no importarle tal cosa, sus padres no estaban con ella y nada sería igual. Si no se hubiese topado con Axel ya estaría en Lima organizando una pequeña celebración con sus amigas. Pero todo era contradictorio, Si no se hubiese topado con ese mounstro, Sebastián no la hubiese salvado y no se conocerían. Tampoco supiera que existen seres mitológicos como los vampiros y brujos.
Ya habían pasado algunos días desde que fracasó en su intento de encontrar el libro, había llorado suficiente hasta que llegó otra idea a su mente.
Julissa: Necesito saber dónde es el lugar.
Sebastián: ¿Que lugar?.
Julissa: Donde Victoria se convirtió en cenizas.
Sebastián: Te refieres a Ciudad Luna Coral.
Julissa: ¿Dónde queda?.
Sebastián: Al sur de Colombia, igual está dentro de la selva amazónica.
Julissa: A los vampiros les gusta mucho la selva ¿No?.
Sebastián: Si, es porque ahí somos libres, además encontramos alimento.
Julissa: No sigas, de tan solo pensar que bebes sangre me dan náuseas.
Sebastián: (sonríe) Pero ¿para que me preguntas sobre el lugar?.
Julissa: Quiero ir a buscar el libro ahí.
Sebastián: ¿Estás segura?, Ese lugar debe estar lleno de árboles.
Julissa: No importa, ¿Puedes llevarme ahí?.
Sebastián: (la miró) ¿Luis irá?.
Julissa: Tienes razón, no le eh dicho aún.
Sebastián: Está bien iré, ya no le digas a Luis, debe estar ocupado.
Julissa: ¿Tu crees?.
Sebastián: Si, el tiene que viajar siempre por el mundo para evitar algunos accidentes.
Julissa: ¿Entonces vamos mañana temprano?.
Sebastián: Está bien, alista solo lo necesario.
Julissa: Espera ¿Que día es mañana?.
Sebastián: 11 de abril.
Julissa: Falta una semana para mi cumpleaños.
Sebastián: ¿Ya vas a cumplir 18?.
Julissa: Si, esa será mi fecha límite para reunirme con mis padres. Tengo una semana para rescatarlos.
Sebastián: Iré hablar con mi padre acerca del viaje de mañana.
Julissa: Yo le contaré a Luis.
Sebastián: No te preocupes, yo también lo hablaré con el.
Julissa: Oh gracias, entonces intentaré llamar a mi amigo, hace días que no me contesta.
Sebastián: Está bien.
La noche pasó rápidamente y Julissa no pudo dormir nada por la insertidumbre, sabía que posiblemente no encontrarían nada ya que ese libro fue buscado por Miguel desde hace muchos años en esa casa y no lo encontraron. A pesar de eso ella sentía que si iba personalmente talvez encuentra alguna pista sobre el paradero. Tenía la esperanza de encontrar algo que la guíe hasta el libro.
Finalmente llegó el amanecer y Sebastián le tocó la puerta, al ingresar se dió cuenta que Julissa estaba sentada en su cama esperándolo.
Sebastián: ¿Dormiste bien?.
Julissa: No dormí, pero no me siento cansada ni con sueño.
Sebastián: Seguro más rato lo sentirás, aún así ¿Quieres ir?.
Julissa: Si, nada impedirá que haga el viaje.
Sebastián: Bien, ve a desayunar y luego iremos.
Julissa: No tengo hambre.
Sebastián: Tienes que comer algo.
Julissa: No, comeré algo llegando allá.
Sebastián: Está bien , vámonos entonces.
Después de volar por 3 horas, finalmente llegaron a la selva amazonica de Colombia.
El lugar no parecía muy distinto a la selva de Perú, árboles pasto y flores de todo tipo era lo único que había a la vista. Sebastián descendió cerca a una vieja casa, que estaba cubierta de hojas y árboles. Se veía que estaba deshabitada por muchísimo tiempo.
Julissa: Siempre me sorprendió la rapidez con la que vuelas, en avión sería un aproximado de 10 horas.
Sebastián: Soy más rápido que un avión (sonrió).
Julissa: ¿Este es el lugar?.
Sebastián: Si, no parece haber sido una casa habitada.
Julissa: ¿Aquí vivió Miguel?.
Sebastián: Si, está es la casa dónde convirtió a sus padres y hermana en cenizas.
Julissa: ¿Entramos?.
Sebastián: Entraré yo, espera aquí un momento.
Julissa: ¿Porqué?.
Sebastián: Pueden haber entrado animales salvajes.
Julissa: Está bien.
Sebastián: Enseguida regreso (entró por la gran puerta de madera que ya estaba rota).
Julissa: Es tan guapo(sonrió).
Sebastián: Lo sé.
Julissa: (sorprendida dió media vuelta) ¿Qué?.
Sebastián: Se que soy muy guapo.
Julissa: Ya entremos (camina en dirección a la puerta).
Sebastián: (camina detrás de ella) Ojalá encontremos el libro aquí.
Julissa: Si no encontramos el libro, almenos quiero encontrar una pista de dónde pueda estar.
Sebastián: Yo buscaré aquí (le señala una de las habitaciones) tu busca en el comedor.
Julissa: Está bien.
Julissa camina hacia el comedor lentamente, al llegar ahí ve que todo está lleno de plantas, la madera de la mesa y sillas se pudrió y todo estaba destrozado. Recordó su sueño y se dió cuenta que ese era el escenario donde Victoria y sus padres fueron convertidos en cenizas, las imágenes pasaron por su mente y fueron muy nítidas. Revisaron todo el lugar con detenimiento pero no encontraron nada, no había ningún libro ahí, Julissa otra vez sintió el dolor de no tener ninguna salida.
Sebastián: Tranquila, ya encontraremos algo.
Julissa: ¿Cuándo?, Es imposible encontrarlo, Tu padre tenía razón (las lágrimas nuevamente corrieron por sus mejillas).
Sebastián: (se acercó y la abrazó) No quiero que llores más.
Julissa: (lo abrazó por la cintura) Esque no encuentro nada Sebastián, pensé que venir aquí me daría una idea pero no hay nada.
Sebastián: Yo sé cómo te sientes pero no te des por vencida.
Julissa: Esque me duele mucho saber que mis padres están ahí con ellos, deben estar muy asustados sin entender nada.
Sebastián: Habrá tiempo para que les expliques todo, solo tienes que esperar.
Julissa: Ya no tengo más ideas, no se dónde puede estar el libro.
Sebastián: Podría estar en alguna biblioteca o alguna persona lo puede tener, así como tú tienes el brazalete.
Julissa: ¿Pero como se supone que lo encontraremos?.
Sebastián: (se separa de ella) Tengo una idea.
Julissa: ¿Cuál es?.
Sebastián: Vamos a la casa que era de Victoria.
Julissa: Tienes razón, vamos ahí.
Sebastián: Ven aquí.
Sebastián la jaló por el brazo, le dió un beso en la frente y la abrazó para luego ascender al aire, el camino hacia la casa de la antigua inmortal era corto, solo les tomo 2 minutos llegar. Al llegar al lugar Sebastián bajó delicadamente a la joven hasta el suelo. Esa casa lucía igual a la de Miguel.
Sebastián: Estamos aquí.
Julissa: Grácias por ser mi movilidad (sonrió).
Sebastián: No es nada señorita.
Julissa: Entonces está es la casa de Victoria.
Sebastián: Si, entremos (camina hacia la puerta).
Julissa: ¿No vas a revisarla primero?.
Sebastián: No (sonríe y acelera el paso).
Julissa: (camina rápidamente) Espérame.
Ya adentro se separaron para revisar las habitaciones, Julissa entró en una de ellas y comenzó a revisar todo, pero lo que más le llamó la atención fue un pequeño cuadro que aún permanecía colgado, lo limpió con su casaca y se dió cuenta que era un dibujo del libro, si el libro inmortal, ese que estaba buscando. Ella se emocionó muchísimo y llamó a Sebastián. Pero solo era un dibujo, no era el libro real.
Sebastián: (entró corriendo) ¿Que pasó?.
Julissa: Mira(le enseñó el cuadro y también el dibujo de Rubén le había hecho).
Sebastián: Al parecer es el mismo dibujo del libro, pero solo es una pintura.
Julissa: Busquemos más, talvez encontremos otra pista.
Sebastián: Está bien, seguiré buscando(salió).
Pasaron horas revisando la casa y lo que Julissa temía se hizo realidad, no encontraron nada más. Triste y cabizbaja tomó el cuadro para salir de la casa.
Sebastián: Lo siento mucho Julissa.
Julissa: No te preocupes, era de esperarse.
Sebastián: Almenos tenemos el dibujo, así será más fácil encontrarlo.
Julissa: Te agradezco mucho por ayudarme en todo.
Sebastián: No te preocupes, ya veremos qué podemos hacer.
Julissa: Ojalá que mañana sea un mejor día.
Sebastián: Verás que si, ahora debe ser medio día, ¿Quieres conocer la ciudad? También necesitas comer algo.
Julissa: Está bien, vamos a conocer.
Sebastián: Yo si conozco (sonríe).
Julissa: Muy bien señor conocetodo.
Sebastián: (le susurra) Eres muy linda.
Julissa: ¿Por dónde es el camino?.
Sebastián: (la abraza nuevamente y empieza a volar) No llegarías a la ciudad caminando.
Continuará...