Love forever (versión 1)

Capítulo 24: CASTIGO

Julissa junto a Sebastián y Luis estaban a punto de cruzar el portal que los llevaría al lugar de encuentros con Miguel, solo faltaban algunos segundos y ya estarían en Perú, en ese momento una voz los interrumpió e hizo perder la concentración de la inmortal.

Eduardo: ¿A dónde van?, ¿Qué es eso? (Sorprendido se acerca a ellos y al gran círculo que estaba en el aire).
Luis: Es un portal, nos traslada de un lugar a otro. 
Eduardo: ¿A dónde llevan a Julissa?.
Julissa: Eduardo, quédate aquí, regresaremos pronto. 
Eduardo: ¿Otra vez solo te irás?.
Julissa: Te contaré todo al volver. 
Eduardo: No, a dónde quiera que vayas, llévame contigo.
Julissa: Es peligroso.
Eduardo: No me importa, quiero ir contigo.

El humano caminó hacia ella y se detuvo a su costado, ¿Acaso estaba haciendo un berrinche?. Julissa sabía que no era posible hacerlo cambiar de opinión así que debían llevarlo con ellos.

Julissa: Está bien, pero por favor no digas nada.
Eduardo: ¿Qué podría decir?

Todos caminaron por el gran círculo y después de dos segundos se encontraban ya del otro lado, a varios metros de podía observar la gran casa donde Julissa vió a sus padres por última vez, su corazón latía rápidamente por la emoción de volver a verlos y ahora poder llevárselos.

Julissa: Creo que debo ir sola desde aquí. 
Sebastián: De ninguna manera, iré contigo.
Eduardo: Yo también, no te dejaré sola. 
Luis: No podemos ir todos. 
Eduardo: ¿Por qué no?, ¿Y si Julissa necesita ayuda?.
Luis: Créeme, ella no necesitará nada.
Julissa: (sonríe tímidamente) Es cierto, no necesito que ninguno de ustedes me acompañe. 
Sebastián: Igual quiero ir contigo, no me dejes aquí. 
Julissa: Bien, vienes conmigo, Eduardo y Luis quédense aquí tranquilos.
Eduardo: No hay forma, iré así no quieras. 
Sebastián: Quédate aquí, regresaremos muy rápido. 
Eduardo: (se dirige a Sebastián) ¿Por qué?, ¿Acaso soy menos importante que tú?,(levanta la voz) ¿Te crees mejor solo por ser un mounstro chupasangre?.
Sebastián: (levanta la voz) Nunca dije que me creo más importante, pero si, yo si la puedo ayudar, tú solo eres un humano. 
Julissa: ¡Suficiente!, No pueden hablarse así, ¿Qué le pasa?.
Luis: (respiró profundamente) ¿Acaso van a pelearse?, ¿Qué les pasa?, Estamos en un momento complicado.
Julissa: Si quieren venir conmigo, adelante, háganlo. 
Sebastián: Julissa (hizo una pausa) Lo siento. 
Luis: Yo me quedaré aquí, se que no me necesitas Lissa, mucha suerte. 
Julissa: Muchas gracias, regresaré súper rápido.

Julissa caminó lentamente hacia la entrada, detrás de ella iban Eduardo y Sebastián, ambos se lanzaban miradas de desagrado, ambos querían estar solos con ella. 
Cuando llegaron a la entrada, ahí estaban los vampiros otra vez, le dieron la bienvenida sin decir una palabra y la invitaron a pasar, cuando los acompañantes quisieron entrar, los vampiros no los dejaron. 

Julissa: Vienen conmigo, por favor déjelos entrar.

Después de mirarse entre si, los vampiros asintieron con la cabeza y dejaron pasar a los tres dentro de la gran casa.
Julissa se sabía el camino de memoria, solo avanzó hacia el fondo dónde sabía que Miguel estaría esperándola.
Apenas llegó al lugar de reunión vió a Miguel sentado en una gran silla, imágenes de la edad antigua vinieron a su mente, el rey sentado en el trono, esperando para dar un castigo a algún individuo mal portado, pero esta vez no sería así, ahora el rey sería el castigado. Julissa tenía el rostro serio al igual que Miguel, Axel estaba a su costado con una mano en la mejilla y con mucho enfado en los ojos. 

Miguel: Has llegado (se dirige a Julissa sin levantarse de su silla) y veo que vienes acompañada.
Julissa: Quiero ver a mis padres (dijo con seriedad).
Miguel: (sonrió con sarcasmo) Si me estás pidiendo eso supongo que traes los elementos inmortales contigo. 
Julissa: No te lo pido, lo estoy exigiendo, y de los elementos inmortales vete olvidando que jamás los tendrás. 
Miguel: (quitó la sonrisa) ¿Cómo te atreves a hablarme así?, ¿Te sientes valiente ahora que traes compañía?.
Julissa: Claro que si, y ya te lo dije, exijo ver a mis padres.
Miguel: ¿Con quién crees que estás hablando?, ¿Acaso quieres morir?.
Axel: Tío, tranquilo (se dirige a Julissa) ¿Quieres verlos?, Pues adelante.

Axel llamó a Kiara por su nombre, segundos después ella junto a otro vampiro salieron de una puerta, traían a los padres de Julissa atados de las manos y con vendas en los ojos, ambos se veían demacrados, su ropa estaba sucia y habían perdido algunos kilos. 
Julissa al ver a sus padres de esa forma, se llenó de rabia y no pudo evitar soltar algunas lágrimas. 
Kiara y el otro vampiro se detuvieron al costado de Axel, Julissa estaba a algunos metros de distancia y se contenía las ganas de correr y abrazarlos, era tanta la emoción de verlos, pero al mismo tiempo estaba la ira hacia Miguel, quería asesinarlo por tener a sus padres así. 
Eduardo vió a Kiara y su corazón empezó a latir, la sensación en el estómago apareció, al mismo tiempo estaba la desilución de verla ahí, ella era la que tenía a los padres de su mejor amiga en sus manos, ¿Qué podía hacer frente a eso?.
Kiara y el humano cruzaron miradas por algunos segundos, su corazón latía rápidamente por verlo, y de un momento a otro sintió vergüenza, vergüenza de encontrarse en esa situación, Eduardo jamás aceptaría tener algo con una criatura a la que le encantaba secuestrar humanos, muy apenada bajó la mirada al piso y no la volvió a levantar.

Julissa: ¿Cómo se atreve a tenerlos de esa forma?, ¿Creen que ellos son animales?.
Danna: (se alarmó al escuchar esa voz) ¿Julissa?, ¿Eres tú?.
Mauricio: ¿Julissa estás aquí?.

Julissa intentó caminar hacia ellos pero la voz gruesa de Miguel la detuvo. 

Miguel: No des un solo paso más, o ellos mueren. 
Julissa: (se detuvo) ¿Por qué les haces esto?.
Miguel: Te dije que trajeras los elementos inmortales, solo así podrías llevártelos.
Julissa: (sonríe con sarcasmo) ¿Acaso pensaste que te iba a entregar los elementos a ti?, No eres nadie.
Miguel: (se levantó de su asiento) Humana tonta, ¿Me estás provocando?.
Julissa: Gracias a lo que se, los elementos inmortales nunca fueron tuyos ni lo serán, solo le pertenecen a la inmortal, y en este momento me pertenecen a mi. 
Miguel: ¿De qué estás hablando?, Ya no puedes ser inmortal, ahora eres una simple humana y así morirás, jamás volverás a ser un vampiro.
Julissa: Yo no estaría tan segura de eso.

Julissa se elevó al aire sorprendiendo a todos, el único al que no le cambió el rostro fué a Sebastián, todos quedaron atónitos por lo que estaba pasando, Miguel solo sonrió con sarcasmo, se había equivocado, la humana no era Victoria, era un vampiro más. 

Miguel: Entonces no eres Victoria, te convirtieron en un vampiro, lograste engañarme la vez pasada. 
Julissa: (descendió) Así es, no soy Victoria, soy su nieta.
Miguel: No me quieras engañar otra vez. 
Julissa: (sonrió ampliamente) Lo que pasa Miguel, es que siempre has vivido engañado, los elementos inmortales jamás serán tuyos, no lograste obtener ninguno en 200 años, ¿Cómo esperas obtenerlos ahora?.
Miguel: No te quieras pasar de lista conmigo.
Julissa: Encontré el libro inmortal, el elemento que estaba perdido por casi 2 siglos, una simple humana pudo hacerlo, ¿Y sabes por qué?, Porque soy la tercera inmortal, la más poderosa de todos los tiempos, jamás ha existido criatura alguna con los poderes que me han sido entregados.
Miguel: ¿Qué película te has armado en la cabeza?.
Julissa: Ninguna Miguel, o debería decir tío, no te tentaste el corazón para trasladar a tu hermana y padres a otra época solo para tener el poder de ser inmortal, ¿Que ganaste con eso?, Absolutamente nada, jamás podrás tener un elemento inmortal en tus manos, y así los tuvieras todos, jamás podrás ser el inmortal, porque para eso estamos las personas elegidas, como tu madre, Victoria y yo. 
Miguel: ¡Suficiente!, (se dirige a Kiara) Mata a los humanos. 
Julissa: Yo no haría eso.
Kiara: (observó a Eduardo quien tenía cara de miedo y luego a Miguel) Miguel...
Miguel: ¡Haz lo que estoy diciendo!.
Julissa: {Kiara no podrás moverte} (miró a Kiara) ¿Qué pasa?, ¿No puedes moverte?.
Miguel: ¿Qué estás esperando Kiara?.
Julissa: {Miguel, Axel y demás vampiros, congelados} ¿Por qué no lo intentas tu Miguel?.
Miguel: (intentó moverse sin lograrlo) ¿Qué es esto?, ¿Que crees que haces humana?.
Julissa: (sonríe) Te dije que era la más poderosa.
Axel: Tío, no puedo moverme. 
Eduardo: (se dirige a Sebastián) ¿Qué está pasando?, ¿Luis está haciendo esto?.
Sebastián: No , es Julissa. 
Eduardo: ¿Julissa?.
Sebastián: (asiente con la cabeza) es poderosa ahora. 

Julissa apareció rápidamente al costado de sus padres, sus lágrimas por la emoción de tenerlos cerca empezaron a correr.
Empezó quitándoles las vendas de los ojos y finalmente los desató, los tres se encontraban en un abrazo gigante interminable.
Todos los vampiros movían los ojos intentando escapar pero les era imposible, estaban inmóviles. 

Julissa: Ya estoy aquí mamá, papá, nada malo les pasará a partir de ahora, ya están a salvo.
Danna: Julissa, mi niña estás aquí.
Mauricio: ¿Estás bien mi amor?.
Julissa: Estoy bien, no se preocupen por nada. 
Danna: (observó a todos lados) Eduardo, también estás aquí. 
Mauricio: ¿Estaban juntos?.
Julissa: Eduardo está conmigo desde hace dos días, pero ya ahora estaremos todos juntos.
Danna: ¿Quiénes son estás personas?, ¿De qué estaban hablando?.
Mauricio: Esto es muy extraño, escuchamos palabras como vampiros, inmortales...
Julissa: (interrumpió) Descuida papá, mamá, yo se los contaré todo.
Danna: ¿A dónde iremos hija?.
Julissa: A la casa de un amigo. 
Mauricio: ¿A dónde?, ¿Qué les pasa a todos?, ¿Por qué no se mueven?.
Miguel: Vas a lamentar esto Julissa.
Julissa: (se acercó a Miguel) Yo no lo creo. 
Eduardo: (acercó a los señores Mendoza) Vamos, los llevaré a la salida. 
Danna: Julissa...
Julissa: Mamá, papá, vayan con Eduardo, en un segundo los alcanzo. 

Los señores Mendoza en compañía de Eduardo salieron de la gran casa, todos estaban inmóviles, lo único que les era posible mover eran los ojos.
Julissa caminaba delante de todos y Sebastián solo la observaba. 

Julissa: De todas maneras Miguel, tu rompiste nuestro acuerdo. 
Miguel: ¿De qué hablas?.
Julissa: Mandaste a alguien para que secuestre a mi amigo, pudimos rescatarlo hace dos días.
Miguel: Yo no secuestré a nadie más. 
Julissa: No dije que hayas sido tú, tienes muchos vampiros que te obedecen, solo los mandas y ya. 
Miguel: No sé de qué estás hablando.
Axel: ¿Qué estás diciendo humana?.
Julissa: Axel, amigo, (camina delante de Axel)¿Por qué estás tan asustado solo por una quemadura?, ¿Acaso piensas que amenazando con hacerles daño a mis padres iba a ayudarte?.
Axel: ¿Sabes cómo quitarla?.
Julissa: Por supuesto, pero ahora no tengo muchas ganas de ayudar a un maldito vampiro psicópata, ustedes tres, Axel, Kiara y Miguel, han hecho que los odie infinitamente.
Miguel: ¡Suficiente!, ¿Quién te crees que eres para hacernos esto?.
Julissa: No me creo Miguel, soy la inmortal. Ustedes aprovechándose de ser superiores creen que pueden tratar a los humanos como cualquier cosa,(se dirige a Kiara) ¿Verdad Kiara?, ¿Secuestrar a mis padres no fue suficiente para ti?, ¿También tenías que llevarte a Eduardo?.
Axel: ¿De qué estás hablando?.
Julissa: (fingió sorpresa) ¿Qué pasó?, ¿No les contaste a tu amado Axel que secuestraste a mi mejor amigo?.
Kiara: (soltó dos lágrimas) Perdón.
Axel: Kiara, ¿Es eso cierto?.
Julissa: ¿Por qué lloras?, ¿Sientes miedo ahora que estás paralizada?.
Miguel: Julissa, podemos llegar a un acuerdo.
Julissa: (da media vuelta en dirección a Miguel y sonríe con sarcasmo) ¿Qué me vas a decir?, ¿Ahora quieres negociar conmigo?.
Miguel: Yo no mandé secuetrar a tus padres, menos a tu amigo, llévate a Kiara y haz lo que quieras con ella, pero déjanos tranquilos. 
Kiara: Miguel por favor. 
Axel: Mi tío tiene razón, Kiara es la que ocasionó todo esto, llévatela.
Kiara: ¿Me harás esto Axel?.
Julissa: ¿Cómo ves Kiara?, ¿A estos seres los llamas familia?, Hiciste varias cosas para complacerlos y aún así, te están desechando.
Sebastián: Julissa, deberíamos irnos, ya déjalos. 
Julissa: Tienes razón (se dirige a Miguel) No te preocupes, no me llevaré a Kiara, no les haré nada a ninguno de los tres, a pesar que fueron de lo peor conmigo, su único castigo será no poder salir a más de un kilómetro de esta mansión, a partir de este momento habrá un muro invisible, si quieren intentar salir más allá de eso háganlo, pero no sé los recomiendo, nadie de esta mansión puede salir, se alimentarán de los animales que estén dentro del kilómetro, algunas veces pasarán hambre pero se lo merecen. 
Miguel: ¿Qué estás haciendo?.
Julissa: Solo es un pequeño castigo por todos sus malos actos, después de que me haya ido podrán moverse con normalidad.

Julissa caminó hacia la salida seguida de Sebastián, sentía la calma que le daba haber castigado a sus agresores, ahora por fin estaría en paz, nadie podría molestarla.

Kiara: ¡Julissa! (gritó) espera un momento por favor. 
Julissa: (dió media vuelta) ¿, Qué quieres?.
Kiara: Déjame hablar un momento con Eduardo, por favor.
Julissa: ¿Por qué haría eso?.
Kiara: (las lágrimas la invadían) Por favor, solo un momento.
Julissa: Está bien, puedes moverte ahora, Eduardo está afuera. 
Kiara: Muchas gracias (salió corriendo).
Sebastián: Vamos.
Julissa: Salgamos. 

*
Kiara salió corriendo de la mansión y vió a Eduardo alejarse junto a los padres de Julissa, corrió mucho más rápido llegando y cuando estaba ya muy cerca de él decidió llamarlo por su nombre haciendo que el humano se detenga. 

Kiara: ¡Eduardo!, espere. 
Eduardo: (dió media vuelta y sus ojos chocaron con los ojos de la vampiro) ¿Qué pasa?.
Kiara: ¿Puedo hablar con usted?.
Eduardo: ¿Qué va a decirme?.
Danna: Mauricio, deberíamos avanzar.
Mauricio: (asintió con la cabeza) Eduardo, nos alcanzas.
Eduardo: Si, en un momento los alcanzo, Julissa viene también en un momento.
Kiara: Quiero pedirle disculpas por haberlo secuestrado.
Eduardo: ¿Por qué está haciendo esto?, ¿Quiere darme lastima?.
Kiara: No, solo quiero disculparme.
Eduardo: ¿Se siente mal por haberme secuestrado?.
Kiara: Si (soltó dos lágrimas) jamás quice hacerle daño.
Eduardo: ¿Por qué está llorando?.
Kiara: Porque esto me duele, Eduardo, lo extraño mucho y pensé que había muerto cuando no lo encontré en la habitación de madera. 
Eduardo: ¿Cómo puede sentir dolor por un humano que apenas conoce?.
Kiara: Tampoco me lo explico, pero por favor perdóneme.
Eduardo: (no pudo evitar soltar una lágrima) ¿De qué sirve si la perdono o no?.
Kiara: (lo vió) usted también está llorando, ¿Por qué lo hace?.

Eduardo no dijo palabra alguna, solo la jaló por el brazo pegándola a su cuerpo, segundos después ambos se encontraban en un abrazo sin fin, ninguno podía contener las lágrimas, tal vez esa era su despedida pero ambos deseaban que pase un milagro, algo que no los separe, ellos querían estar juntos, lo necesitaban. 
Pasados algunos segundos el humano se apartó de ella, en su mirada se podía ver una profunda tristeza por dejarla ahí, sabía dentro de él que jamás podrán estar juntos, eran de mundos distintos a pesar de vivir en el mismo planeta. 

Eduardo: Cuidese mucho Kiara (dió media vuelta y avanzó)
Kiara: Tú también humano (bajó la voz) te quiero.

Eduardo dió media vuelta y como si hubiera escuchado lo que dijo, caminó rápidamente y le tomó el cabello juntando sus labios con los de la vampiro, ambos corazones estaban juntos y latiendo el uno por el otro, ese beso era la confirmación de que se habían enamorado. 

Continuará...
 




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