(love &) Hate - Catradora

Illness

El sólo recobrar la conciencia me causó una jaqueca inexplicable. Por el momento, decidí ignorarla, pues había un inusual calor en mi cuerpo. ¿Había alguien más conmigo? Abrí mis ojos, encontrando una conocida habitación, la cual no me pertenecía. El sonido del despertador era incesante, doloroso y molesto. Alargué mi brazo para apagarlo.

Los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi como si una cinta se estuviera reproduciendo en mi cabeza. Miré a mi lado y allí estaba ella. Media despeinada, con su ceño levemente fruncido y sus labios resecos. Noté que estaba acostada sobre su pecho, mientras ella se aferraba a mi. Sonreí por inercia.

Las cosas venían muy tranquilas para nosotras, a pesar de esconder nuestra relación y no poder reunirnos fuera, venía todo bien...

Sentía que todo venía demasiado bien, que en algún momento iba a explotar algo.

Cerré mis ojos, pensando que, si el universo lo permite, el trato con Rogelio terminará antes de que alguna de nosotras reviente en celos o en agobio.

—¿Despertaste...?—. Levanté mi rostro, encontrándome con sus ojos aún cerrados y  sus manos acariciando mi cabello.

—Sí... Gracias, por cuidarme anoche...

—No podría haber hecho menos, sólo recuerda avisarme si saldrás con alguien. Casi se me sale el corazón por la boca al no poder contactarte, pensé que algo te había pasado...

—Lo lamento —respondí, arrepentida. Es cierto que debería haberle avisado, más si fue de imprevisto, pero no sé... ¿Acaso pensé en que ella se preocuparía por mí?

No sabía el motivo, pero mi cabeza comenzó a crear imágenes de mí discutiendo con Catra por estupideces. A lo que mis ojos se aguaron de sólo imaginarlo, sacudí mi cabeza levemente y me escondí en las sábanas, esperando que mi rostro vuelva a la normalidad mañanera.

—Ya... Pasado pisado, princesa. Iré a ver como está Scorpia. Anoche volvió del viaje que hizo con Lonnie y no tuve la oportunidad de saludarla o de hablarle porque llegó ebria, así como tú—. Se levantó de la cama, para colocarse un pulóver y salir de la habitación.

Me quedé observando su lugar, mirando como las toallas que usamos anoche estaban colgadas en la silla. Observé el techo, cruzando en mi cabeza la cantidad de cosas que podría haber hecho si Catra no hubiera ido a buscarme.

Hubiera reclamado que no necesitaba de su ayuda, pero no habría sido cierto. Hubiera reclamado que podía dejarme en casa, que podría arreglármelas, pero no habría sido cierto. Le habría reclamado el que no tenía que decirle todo el tiempo dónde estaba y con quién, pero se lastimó y se forzó a buscarme, aún cuando no le había dicho dónde estaba...

Tapé mis lagrimosos ojos, avergonzada. En el poco tiempo que habíamos pasado juntas había estado dependiendo mucho de ella, sentimentalmente. Ahora comienzo a sentir que la necesito más a mi lado y que no soportaría ver a Rogelio tocarla, aún si sé que fingen y que sólo son amigos...

—Duele... —susurré—. Mi cabeza duele mucho...—. Y sigo intentando mentirme a mí misma.Sin hacer mucho ruido, tomé mis cosas y mi ropa, la cual seguía sucia debido a mi vómito, y me fui a mi departamento.

Recordé que estaría sola un buen tiempo debido a los constantes viajes de Glimmer y Bow por sus familias y los problemas que tienen, así que no podía agregarles mis problemas. Así que sólo puse mi ropa y mis zapatillas en el lavarropas, para terminar encerrada en mi habitación. 

Tú (07:24 AM)
Lo siento, mi cabeza duele mucho. No iré hoy a clases. Nos vemos a la tarde <3

Catra ^w^ (07:25 AM)
De acuerdo, princesa. Cuídate mucho y no olvides comer algo.

Catra ^w^ (07:25 AM)
Por cierto, te fuiste sin despedir 7n7

Catra ^w^ (07:25 AM)
Eres cruel v:<

Tú (07:26 AM)

Lo siento <3 Cuídate en camino a la uni y mándale saludos a Scorpia :*

No estoy muy segura de estar haciendo bien, pero mis instintos me dicen que lo necesito. Antes de que mis ojos comenzaran a derramar agua como si de grifo abierto se tratase, los cerré, esperando que el día pase rápido, llevándose mi inexplicable tristeza consigo.

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¿Qué hora es? Me duele todo el cuerpo...

Tomé mi celular, notando que estaban por dar las 12 del mediodía. Había dormido como 10 horas o más. Me levanté, pensando que no tenía otra opción más que ir a trabajar.

Entré al baño, pensando en tomar una ducha. Me miré al espejo y, de no ser porque sabía que era mi reflejo, hubiera gritado del susto.

Estaba pálida cual pared pintada, mis ojeras eran inmensas, mencionando que mis ojos estaban rojos e hinchados por haberme dormido llorando. Suspiré, derrotada. Fui a la cocina por una cuchara y la coloqué en el freezer, volviendo al baño dispuesta a darme una ducha.

Saliendo de la misma, con la toalla enrollada al cuerpo, busqué la cuchara para colocarla en la zona de mis párpados, para disminuir la hinchazón. Estuve así unos minutos, buscando mi ropa para cambiarme. Tomé unos jeans, unas vans negras y una camisa negra, nada que resalte.

Cambié la cuchara de ojo, notando como mis párpados lograban abrirse un poco más, indicando que funcionaba. Busqué el secador y el cepillo para el cabello, acomodándolos para usarlos luego.

Fui a la cocina para tomar jugo de naranja y dejar la cuchara en el lavavajillas. Volví al baño, donde sequé mi cabello y lo peiné. Hice una coleta alta, tomando todo mi cabello. El jopo me había cansado un poco y el cabello me había crecido lo suficiente como para que quede bonito. Maquillé un poco mi pálido rostro y mis ojeras, cubriendo la mala noche que pasé (o mañana, no sabría decir).

Salí del departamento, directo al café. 

—¿Qué tal, Adora? Gracias por cubrirme los turnos ayer—atacó Perfuma apenas pisé el lugar. Sonreí, presionada.




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