(love &) Hate - Catradora

Bullying

—Cariño, ¿cómo pasó esto?

—Estábamos jugando a las atrapadas... tropecé con mis pies y me estrellé contra una columna...—. Melsy parecía haber visto un muerto con la expresión de su rostro y el tono de su voz, lo cual me hizo preocuparme, demasiado.

—¿Segura fue sólo eso, amor?

—No... podré volver... a dibujar...—. Allí entendí todo. A pesar de que ella era ambidiestra, su mano derecha era su tesoro cuando se trataba de dibujar. Tenía una observación digna de estudiar, había nacido con el talento de retratar los detalles en el papel, tal cual los había conocido, así que era normal que se asuste por aquello, puesto a que era su sueño.

—Sí podrás —interrumpió Catra, logrando que Bee levante la vista, esperanzada—. Sólo no podrás dibujar con la mano derecha por un mes. Cuando empieces la fisioterapia, verás que podrás hacer un millón de cosas más con tu brazo.

—¿En..en serio?—. La pequeña intercaló miradas entre Catra y yo, buscando una respuesta afirmativa, la cual obtuvo. Sonrió, para contestar—. Haré mi mejor esfuerzo en cuidar mi brazo para que sane rápido. Sólo son 30 días, ¿verdad?

—Hasta podrían ser menos si te tratas con mucho cuidado—alenté, viendo el brillito en sus ojos.

—Está bien. Tendré mucho más cuidado en el recreo y... tendré cuidado de no mover... ¿el brazo? Sí...—. Catra y yo reímos levemente, observando la determinación de la dulce Melsy.

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—Oye... ¿Puedo hacerte una pregunta?—me dirigí hacia Catra, viendo como ella salía de la habitación y dejaba a Bee descansar.

—Dime—. Arrimó la puerta, dirigiéndose hacia el sillón.

—Uhm... Sé que suena fuera de lugar... Pero siento que me volveré loca si mantengo eso en mi cabeza como la última vez...—. Para ser sincera, me daba algo de miedo y vergüenza confesar lo que pensaba sin pelos en la lengua, así que quería ser sutil al expresarme, pero las palabras que quería usar parecían desaparecer de mi boca...

—La viste, ¿cierto?

—¿Quién es?—solté. Ella sabía a lo que me refería, así que sólo podía esperar una respuesta sincera.

—Su nombre es Lix, se mudó desde Londres hoy, al parecer—. Tomó asiento luego de decir aquello, invitándome a ir con ella, a lo que accedí—. La conocí en un club nocturno... Sólo había ido con Huntara para despejar mi cabeza un poco más de lo que lo hacía todos lo días en el ring. Ella se encontró con su hermano pasado de alcohol y me dijo que se iría a llevarlo, que luego volvería. En ese lapso de tiempo, ella se sentó en la banqueta junto a mí y me invitó unos tragos...—. A este paso no quería escuchar más, si iba por el camino que creía—. Mantuvimos una charla animada esa noche y...—. Desvió la mirada, por lo que mis suposiciones eran ciertas.

—¿Ustedes...?—. No quería decirlo. No tenía derecho a reclamarle por ello luego de haber desaparecido por un año entero, pero dolía que así fuera—. ¿Ustedes se... acostaron?—solté, con la voz entrecortada.

—Estaba pasada de tragos y... Huntara se había ido, yo no estaba en todos mis sentidos, sabes que jamás lo habría hecho-

—Lo hicieron...—interrumpí. No le había pedido explicaciones más allá de lo que pregunté, por lo que ella no debía de dármelas, pero allí estaba, dando excusas.

—Sí... No sabes cuánto me arrepiento...—. Se veía decaída por aquello, pero yo también me sentía mal, más cuando ella no tenía de qué disculparse...

—Esta bien, Catra. No debes darme explicaciones de esto, sólo quería saber si la conocías porque... parecía muy pegada a tí a pesar de su primer día—. Quería retractarme, de cierta manera, aún cuando sabía que no podía. La había hecho sentir culpable de sus actos, aun cuando estos no afectaban a nadie... o eso quería creer.

—Sí, Adora, te debo explicaciones—. Levantó mi mentón y luego tomó mis manos, obligándome a mirarla a los ojos—. Por más que haya pasado, no fué algo más allá de una noche y te lo puedo asegurar. No permitiré que esa mujer se acerque a ti o a Melsy... o a mi, más de lo debido. Lo prometo—. Más allá de mantenerme seria, dentro de mí sabía por seguro que ella no se acercaría a ella. No estaba muy segura de porqué, pero lo sabía.

—Te creo... Te creo, amor —dije, mirándola a los ojos. Ella cambio su expresión de determinación por una sorprendida, irradiando emoción por sus ojos, para completarlo con una sonrisa y abrazarme luego.

—¿Puedo contarte algo...?—. Sus palabras se habían colado entre mis cabellos, asentí acompañada de un sonido de afirmación—. No soy más una Weaber... Y estoy ahorrando dinero para comprar una casa—. Esta vez la que irradiaba emoción era yo. Me separé del abrazo, contenta de que haya podido librarse de aquella bruja, sin comprender demasiado la segunda parte—. Puede que tarde un buen rato por los gastos del departamento y la cuota de la universidad, pero te aseguro que la tendré al terminar los estudios.

—¿A qué te refieres?—. Busqué su mirada, la cual se notaba feliz y orgullosa.

—Tal vez sea apresurado... Tal vez esté poniendo expectativas muy altas, pero quiero estar contigo, Adora—. Podía jurar que mis ojos comenzaron a nublarse en lágrimas—. Quiero vivir contigo y con Melsy...—. Sólo esperaba a que termine de pronunciar sus palabras, para explotar en alegría y felicidad—. Te amo, Adora, y quiero pasar el resto de mi vida contigo...

Salté sobre ella, plantando un beso entre sonrisas. 

—Sí, tal vez sea apresurado, pero de eso se trata nuestra relación, ¿o no?—declaré, mirándola a los ojos, a lo que ella soltó unas carcajadas y volvió a besarme, confirmando los hechos.

Luego de unos minutos siendo felices una arriba de la otra, mi cabeza unió los puntos.

—¿Sabes? No es necesario que ahorres para comprar un terreno y eso...—. Catra frunció el ceño, y yo sólo contenía la risa para no matar sus sueños—. Mi madre me heredó su casa, está todo a mi nombre... ¿Acaso no recuerdas a mi perro y al dibujo de Bee?—. Quedó en blanco al escuchar y yo sólo pude reír a lo fuerte, viendo el posible meme que esto podría ser.




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