Love in the Office

CAPITULO OCHO

Caroline ingresó a la oficina de Ian con una sonrisa burlona, dejando que la puerta se cerrara con un suave clic detrás de ella. Caminó con paso firme hasta el escritorio de Ian, quien estaba concentrado en unos documentos. Al acercarse, sus ojos brillaron con una mezcla de diversión y picardía.

—Es muy bonita tu secretaria. —Dijo Caroline, con un tono juguetón, sin perder su sonrisa traviesa. —Ahora entiendo por qué siempre hablas de ella.

Ian levantó la vista de inmediato, sorprendido por la repentina y directa observación de Caroline. No estaba preparado para este tipo de conversación y, sin poder evitarlo, sintió una pequeña incomodidad. Trató de ocultarlo, pero el tono de Caroline lo había dejado claro: ella había notado algo que él intentaba mantener en privado.

—Caroline, ¿de qué estás hablando? —Dijo Ian, buscando mantener su calma, aunque no pudo evitar una ligera tensión en su voz. —Sara es solo mi secretaria.

Caroline se acercó un poco más, sus ojos fijándose en él con una mirada incisiva, casi desafiando su respuesta.

—Claro, solo tu secretaria. —Repitió, con una sonrisa irónica. —Eso parece, pero sabes que no te creo. Siempre la mencionas, Ian. Hablas de ella más de lo que te gustaría admitir.

Ian no sabía cómo reaccionar, y se pasó una mano por el cabello, mirando a Caroline. Aunque su respuesta era algo que había repetido muchas veces, sentía que, de alguna manera, estaba perdiendo el control de la situación.

—No es nada, realmente. —Intentó, aunque las palabras sonaron más vacías de lo que hubiera querido. —No es nada más que una relación profesional.

Caroline soltó una risa suave, como si la situación le pareciera más interesante de lo que Ian quisiera admitir.

—Siempre tan formal, Ian. —Dijo, inclinándose ligeramente hacia él. —Pero ya lo sabes, no soy tonta. Sé que hay algo más. Y no sé si te das cuenta, pero cada vez que hablas de ella, se nota un... algo diferente.

Ian no respondió de inmediato, y la atmósfera en la oficina se volvió más densa. Caroline lo miró en silencio, sabiendo que había tocado una fibra sensible, pero sin mostrar remordimientos. La situación entre ellos era más compleja de lo que Ian quería admitir, y esa misma complejidad se reflejaba en la forma en que Caroline lo desafiaba, sin miedoIan sintió cómo la incomodidad se instalaba rápidamente entre ellos. Caroline sabía más de lo que él quería admitir. Los años de amistad, las conversaciones profundas, incluso los momentos en que habían sido algo más, todo eso le daba a Caroline una ventaja que nadie más tenía.

En un intento por calmar la situación, Ian rápidamente comenzó a guardar sus cosas. No quería seguir con esa conversación un minuto más, sabía que cualquier palabra de más podría ser peligroso.

—Rápido, guarda tus cosas. —Dijo Ian, con un tono que denotaba que ya no quería seguir en esa oficina.

Caroline lo obsrvó un momento, sorprendida por su prisa, pero también comprendiendo que Ian la conocía demasiado bien. Sabía que si seguían en esa oficina, la conversación tomaría un giro desastroso, algo que ambos querían evitar.

—Está bien, vamos. —Respondió Caroline con una leve sonrisa, mientras tomaba su bolso y se acercaba a la puerta. —Pero no creas que se me olvida. Ya hablaremos de esto, Ian.



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En el texto hay: amor dulzura embarazo

Editado: 29.12.2024

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