Love in the Office

CAPITULO DIEZ

Mientras Sara estaba en su escritorio revisando unos documentos, el teléfono sonó. Al responder, reconoció de inmediato la voz firme de Ian al otro lado de la línea.

—Sara, necesito que prepares todo para un viaje de negocios a Londres —dijo sin rodeos—. Haz las reservaciones en el hotel y avísale al piloto que tenga el jet listo para mañana a primera hora. Será un viaje de tres días, así que prepara también tu equipaje porque me vas a acompañar.

Por un instante, Sara quedó en silencio, sorprendida por la noticia. Aunque estaba acostumbrada a organizar viajes para Ian, este parecía más especial por la premura y por el hecho de que él la estaba incluyendo.

—Sí, señor Smith. Me encargo de todo de inmediato —respondió, intentando sonar tranquila mientras tomaba nota.

—Perfecto, Sara. Mañana paso a recogerte a tu casa. Solo ten todo listo.

Por un momento, Sara se quedó sin palabras. Ian no solía hacer este tipo de gestos, pero recuperó la compostura antes de responder.

—Por supuesto, señor Smith. Estaré lista. ¿A qué hora me recogerá?

—A las seis en punto. No quiero retrasos. Este viaje es importante, y quiero que todo esté en orden —añadió él con firmeza antes de colgar.

Sara dejó el teléfono sobre la mesa, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Aunque era algo práctico y eficiente, no podía evitar sentir cierto nerviosismo por el hecho de que Ian pasaría por ella.

Sacudió la cabeza y se obligó a concentrarse en los detalles del viaje. Confirmó las reservaciones del hotel, llamó al piloto para asegurar que el jet estuviera listo, y luego empezó a pensar en lo que necesitaría empacar para un viaje de

tres días.

Esa noche, mientras Sara preparaba su equipaje, Claire entró en la habitación con su característica sonrisa traviesa. Se dejó caer sobre la cama y observó a Sara cuidadosamente doblar su ropa.

—¿Ropa interior beige? Sara, ¿en serio? —preguntó Claire, arqueando una ceja mientras examinaba lo que su amiga había elegido.

Sara la miró de reojo, ya acostumbrada a sus comentarios.

—Claire, es un viaje de negocios. No necesito nada más que lo básico.

Claire se incorporó un poco, apoyándose en los codos.

—¿Negocios? ¿Con tu jefe guapo, millonario y que te recogerá en su auto de lujo para llevarte a su avión privado? Sí, claro, nada interesante ahí. —Sonrió con picardía.

Sara suspiró, sintiendo el calor subir a sus mejillas.

—Claire, no digas tonterías. Está comprometido, ¿recuerdas? —respondió, intentando sonar firme.

—¿Y eso qué? —replicó Claire con un encogimiento de hombros—. Solo digo que, comprometido o no, podrías llevar algo bonito. Nunca sabes lo que puede pasar.

Sara dejó de doblar la ropa y la miró fijamente.

—Claire, de verdad... Esto no es una película romántica. Es trabajo. Además, él está feliz con Caroline, ¿y yo qué? Solo soy su secretaria.

—Por ahora —respondió Claire, guiñándole un ojo—. Pero, oye, no estoy diciendo que hagas algo. Solo que no está de más sentirte linda. Por ti, no por él.

Sara negó con la cabeza y volvió a concentrarse en su maleta, tratando de ignorar los comentarios de Claire.

—Tú siempre tan dramática.

—Y tú siempre tan correcta —contestó Claire mientras se ponía de pie—. Pero bueno, llévate algo especial. Aunque sea para verte al espejo y decir "¡guau!". No necesitas a un hombre para eso.

Claire salió de la habitación, dejando a Sara sola. Miró la maleta, luego al espejo, y suspiró. "Es solo un viaje de negocios", se repitió, aunque una parte de ella no podía evitar sentirse algo inquieta por lo que los próximos días podrían traer.



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En el texto hay: amor dulzura embarazo

Editado: 29.12.2024

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