Un amigo leal te ayuda.
Que rayos voy a hacer no puedo dormir con Leo en la misma cama, y más ahora que sé que me gusta, no quiero hacer algo estúpido además sería muy incómodo.
-Zoe no te preocupes puedo dormir en el piso -dijo Leo, pero no puedo dejarlo después de que viniera hasta aquí conmigo.
-No creo que sea bueno, el piso está muy frio además la cama es muy grande, voy a cambiarme -tome la pijama color rosa y entre al baño, me quite mi vestido y los tacones, vi la pijama era de dos piezas una blusa sin mangas y un mini short, tiene que ser de Lila ya que todas sus pijamas son bastante cortas, los días que hacen frío le prestó de las mías, después de vestirme salí del baño un poco avergonzada, no me fije y resbale con una camisa, antes de caer sentí los fuertes brazos de Leo rodear mi cintura, levante la vista y me encontré con su pecho al descubierto sentí su respiración muy cerca, sus ojos tenían un brillo hermoso, no lo vi venir pero me beso.
"¿Leo me está besando?"
La cosa es que no tarde en responder, sus labios eran suaves y encajaban perfectamente con los míos, cruce mis brazos por su cuello para profundizar el beso, no fue hasta que se me acabo el aire que me separe, con la respiración agitada me aleje de él.
-Perdón no debí -dijo leo un poco apenado.
-No lo arruines por favor -tome mi celular y le escribí un mensaje a Lila, no paso mucho tiempo cuando recibí su respuesta.
*****
Estoy en la cama de Lila intentando dormir pero no puedo, o mejor dicho alguien no me deja.
-Dime que paso para que me pidieras ayuda -dijo Lila por décima vez.
-¿Si te digo me dejaras dormir? -pregunte cansada.
-Sip -dijo emocionada.
-Leo me beso -Lila grito de la emoción.
-¿Qué? Por fin, ¿y te gusto? ¿Cómo fue? ¿Le correspondiste?
-Sí, me encanto fue el mejor beso de mi vida y si le respondí -me tape con las sabanas y le di la espalda a una euforia Lila.
-Que emoción mi niña está creciendo.
-No es mi primer beso.
-Cállate, sabes que fue el mejor, y creo que es mejor que termines lo que empezaron, sal de mi habitación -dijo seria pero en broma.
-¿No le tienes respeto a tus padres?
-Sip pero son muy liberales, Julio dormía conmigo casi todos los días -dijo restándole importancia.
-¿Quién es Julio?
-Era mi mejor amigo para mis padres, pero dentro de esta habitación no pasaban cosas que los amigos hacen -dijo con una sonrisa.
-Qué asco seguro lo hicieron en esta cama -dije con cara de asco.
-Realmente si, muchas veces, quieres detalles.
-No, eres una loca, en el mal sentido de la palabra y si no tiene eres de lo peor -me tape con las sabanas hasta la cabeza.
-Ahora que me acuerdo la última vez que lo hicimos la cama tenía esta sabana.
-¡Qué asco! -me puse de pie lo más rápido que pude. -Eres una cerda.
-Ya es mentira nunca lo hice en esta habitación, mis padres me matan si se dan cuenta que su bebe no es señorita -dijo riendo y yo me acosté otra vez.
-¿Ya me dejaras dormir?
-está bien, buenas noches.
-Igual a ti -por fin podré descansar, cerré mis ojos y cuando el sueño abrió la puerta Lila se la serró en cara.
-Zoe?
-¿qué rayos quieres? -pregunte cansada.
-Te quiero y gracias por venir hasta aquí, con eso me demostraste que soy algo para ti -di la vuelta y me puse frente a ella.
-Yo también te quiero manita -le di un abrazo y nos quedamos dormidas en un tierno abrazo.
*****
Al día siguiente me desperté por el ruido de la cocina, desperté a Lila y esta me regaño por hacerlo.
-Buenos días manita -dije sonriendo.
-Buenos días mi vida -dijo sentándose en la cama.
-Creo que tus padres se despertaron.
-Si lo sé, aquí se sirve el desayuno a las 9 de la mañana.
-¿Bajamos?
-pero claro si no quieres que mi madre te venga a buscar.
Nos pusimos de pie y bajamos las escaleras, en la cocina estaba la madre de Lila y en el comedor su padre y Leo.
-buenos días Zoe -dijo la señora con una sonrisa.
-Buenos días señora -dije con media sonrisa.
-Puede decir Elizabeth y perdona por lo de anoche, pensé que eran novios, es que hacen tan linda pareja.
-No se preocupe Elizabeth -sentí mis mejillas calentarse por el sonrojo.
-Vamos a la mesa el desayuno está listo -fuimos a la mesa de comedor yo me senté frente a Lila y al lado de Leo.
-¿Puedo saber cuál es el nombre de usted señorita? -pregunto el padre de Lila.
-Zoe Lewis señor -dije con una sonrisa tímida.
-Me puedes decir Fernando, ¿el mismo de Lewis Co.?
-si soy hija de Marcos Lewis.
-Tu padre es un buen hombre.
-Sí, lo sé -dije con una sonrisa e hice una nota mental de que tengo que ir a visitarlo.
-Mi hija me contó que vivía en tu casa -dijo Elizabeth
-Sí, ella sabe que esa casa no es solo mía -dije mirando a Lila.
-También nos dijo que tenía una jefa muy gruñona, no deberían tener personas así en esa empresa -dijo Fernando.
-Papa -dijo Lila sonrojada.
-Es la verdad -se excusó Fernando.
-Oh no sabía que yo era una gruñona -dije cruzando los brazos y Leo largo una carcajada.
-No es gracioso -se quejó Lila.
-La verdad si -dijo Leo sin dejar de reír.
-No era de verdad solo estaba relajando.
-No me importa, cuando volvamos a la oficina lo hablaremos -dije fingiendo seriedad.
-¿Te volverás a ir? -pregunto Elizabeth
-Si mami pero hablaremos después de eso, me quedare esta semana con ustedes -dijo Lila un poco triste.
-Está bien, pero terminemos el desayuno para que puedan dar una vuelta por la ciudad -dijo Elizabeth sonriendo.