Loving Me Was Your Crime

Capitulo 3

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Narra Bloody:

Luego de dejar a Ellie en el parque me escabullí y salí corriendo, llegué hasta la casa de los vecinos de Ellie y traté de abrir la puerta, que para mí mala suerte estaba cerrada. Luego de asegurarme de que en verdad estuviera cerrada caminé hasta la parte trasera de la casa y divisé una puerta, genial, estaba abierta.

¿Qué clase de personas cierran la puerta delantera con llave y la trasera la dejan abierta?

Luego de entrar y cerrar sigilosamente para que nadie me escuchara, miré a mi alrededor. Todo estaba oscuro excepto una luz que provenía del salón. Por suerte mis ojos se acostumbraron fácil a la oscuridad, me acerqué sigilosamente al salón.
Allí se encontraba un hombre mayor, que parecía estar ebrio, mirando la televisión; por lo que veía no había nadie más. Me decidí a subir las escaleras para asegurarme de que no había nadie más. Pero me equivocaba, en uno de los cuartos había una señora también mayor, durmiendo en una cama matrimonial.

Sonreí, pensando en hacer lo que más me gustaba: descuartizar gente. Me acerqué lentamente a la mujer sacando mi fiel cuchillo de un bolsillo, me subí a la cama y, por las dudas, tapé la boca de la dama con mi mano. Al parecer era de sueño profundo, ya que no se despertó. Con mi cuchillo en mano le desgarré el cuello rápidamente. Luego le abrí el estómago para poder sacar más "pigmento" del cuerpo, y luego tomé un poco con mis dedos y escribí mi frase favorita:

"No te entusiasmes por mañana, porque no habrá un mañana."

Luego de eso bajé las escaleras y me camuflé entre las sombras, entré al salón y me puse detrás del sofá donde se encontraba el hombre. Coloqué mis manos sobre su boca y en ese mismo instante comenzó a gemir y retorcerse tratando de zafarse de mis manos. Se dio vuelta y me miró; se veía tan aterrado.

En ese momento sonreí y le mostré mi cuchillo. El hombre comenzó a moverse más fuerte y a llorar; no pude evitar reírme, me entretenían mucho los humanos cuando se asustaban. Luego, con un ágil movimiento, le clavé el cuchillo en la garganta. El hombre dejó de moverse luego de unos segundos, dejando un charco de sangre en el sofá.

Encendí la luz y miré el reloj, las 8:24, perfecto. En estos momentos Ellie debería estar en casa.

Subí las escaleras y corrí al cuarto que daba con la ventana del cuarto de Ellie y, efectivamente, allí estaba. Pero... se estaba cambiando, con el torso aún descubierto.
Sentí cómo me sonrojaba bajo la máscara y tuve el impulso de dejar de mirar, pero pensé que pasaría mucho tiempo hasta volver a ver ese hermoso cuerpo, así que seguí mirando.

Luego de unos segundos apreciando esa bella vista, Ellie se dio cuenta de mi presencia y se dio vuelta. Yo la saludé. Se quedó pasmada unos segundos, y yo abrí la ventana y salté a la calle, corrí hacia el árbol de enfrente y me paré en la rama que daba a la ventana de ella. Pero entonces, ya llevaba puesta la parte de arriba, supongo que aprovechó los segundos en los que no miré para ponérsela de nuevo.

Luego de mirarme abrió la ventana, yo entré al cuarto de un salto y escuché cómo la volvía a cerrar.
—¡¿Qué creías que hacías espiándome?! —gritó, aunque en voz no tan alta.
—Tranquila, linda, solo estaba de paso —dije sonriendo.
—¿De paso? No soy tan estúpida de creerme eso —dijo con el ceño fruncido; no pude evitar reírme, su cara enojada se veía muy linda y tierna.
—Vamos —dije pícaramente— Era obvio que querías verme —me acerqué lentamente.
Ella se apartó.
—¿Q-qué? —dijo— ¿P-por qué iba a querer que me vieras sin ropa? —agregó sonrojándose.
—Porque... —dije, luego me acerqué a ella y la agarré de las caderas, que eran muy delgadas. Levanté lo suficiente mi máscara para que mi boca quedara en total libertad y cuando estaba por besarla alguien entró al cuarto.
—Ellie, ¿con quién estás...? —dijo la mujer que se había parado en la entrada de la habitación— ¡¿Pero qué demonios?! —de repente se la veía furiosa.

Yo ya estaba sacando mi arma letal, pero Ellie me vio y me agarró de la muñeca tratando de pararme.
—¡Mamá! P-puedo explicártelo, n-no es lo que tú crees —dijo Ellie, aunque no sirvió de mucho.
—¿No es lo que creo? Estás sola, en un cuarto, ¡con un desconocido! —dijo ahora más confundida que enfadada.

En ese momento, Ellie me miró suplicante. Y, por Dios... Si no hablaba con su madre, temía que notará lo difícil que era contenerme frente a su hija.

—Señora, mi nombre es Helen Otis, un placer conocerla, soy el novio de Ellie —dije y le extendí la mano a la mujer enfrente mío. Ella miró con repugnancia mi mano.
—¡Oh! Ya veo, ¿así que sí tienes novio, Ellie? —preguntó tomándome la mano y dirigiéndose a su hija.
—¿Q-qué? ¿N-novio? ... eh... ¡sí! Claro, madre, te presento a mi novio —dijo sonrojada, aunque confundida.
—¡Perfecto! ¿Por qué no bajan así se lo presentamos a tu padre? —preguntó la mujer con una sonrisa de punta a punta en su cara.

Narra Ellie:

Dios, mi vida era un desastre: primero intentan matarme, luego él me ve semidesnuda… ¡¡y ahora iba a presentarle a mi padre un novio que ni siquiera era mi novio!!

En ese momento, Bloody (o Helen), mi madre y yo estábamos bajando las escaleras hacia el salón.
¿Por qué lo había detenido antes de que matara a mi madre? Fácil: si ella moría, el escándalo ya había sido demasiado. Y si de pronto todo quedaba en silencio, mi padre sospecharía y seguro llamaría a la policía. Así que decidí que... todavía no.

Helen parecía más tranquilo de lo normal. O tal vez era solo por la máscara, que no hacía otra cosa que sonreír siniestramente.
Sinceramente, el miedo era tan intenso que sentía que me iba a desmayar ahí mismo.

—Elli, ¿estás bien? Te ves pálida —susurró con voz angelical, pretendiendo ser inocente.
—Cállate tú, que me metiste en este lío —le solté entre dientes.
—Perdón —dijo sarcásticamente, y pude notar cómo sonreía bajo la máscara.




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