Luces De Verano

Capítulo 2

Brianda

Abro los ojos al oír la alarma y me levanto para irme a darme un baño, ayer estuve todo el día paseando con Martina y cenamos en mi apartamento mientras me contaba como conoció a su novio. La pasé bastante bien para ser verdad, era la primera vez que sonreía después de la muerte de mi mamá.

Hoy es mi primer día de trabajo y debo verme impecable, este es el segundo empleo que tengo, el primero era en una librería y me pagaban con libros que aún no salían y 123€. Extraño ese trabajo, ahí tenía a mi grupo de amigos, gracias a ellos estoy cumpliendo mi sueño, ellos me apoyaron a pedir el trabajo y acá me encuentro. Fueron las mejores personas que conocí en mi vida,se volvieron como mi otra familia, ellos estuvieron cuando más los necesitaba, éramos todos muy unidos, ellos fueron mi apoyo constante y me alentaron a buscar esta nueva oportunidad laboral. Juntos compartimos risas, consejos y momentos difíciles. Eran más que colegas, eran mi otra familia. Siempre estaré agradecida por su amistad y apoyo incondicional. Aunque esté comenzando en este nuevo empleo, llevaré conmigo los recuerdos y lazos que formé en mi trabajo anterior.

Mi celular vibra con una llamada de mi manager, ayer me escribió mandándome toda la información de la película y los actores junto con las actividades que tengo que hacer. Atiendo la llamada y puedo oír el sonido de las teclas de su laptop, lo más probable es que esté en su oficina. 

—Hola, Mateo —apago la secadora y me pongo el sellador de puntas, no me retoco la cara ya que está bien, siempre me hago mi rutina de skincare antes de dormir, voy al spa los fines de semana y cuido mi alimentación, por lo que mi piel está sana y limpia. 

—Hola, cariño, en cinco minutos te voy a buscar —dice severo. 

—Puedo ir sola, no está tan lejos el set. 

—Antes de ir al set, tenemos que ir a un desayuno con el director de la película. 

¿El director quiere desayunar conmigo y el director?. No recuerdo que en mis años de estudio de teatro y actuación los directores nos invitarán a un desayuno, según lo que tengo entendido, los directores tienen un horario más cargado y pesado que el de un actor con años de experiencia, la mayoría ni siquiera se acuerda el nombre de sus actores. Mi profesora de teatro físico me había dicho que los directores son personas muy apasionadas, líderes creativos que guían un proyecto desde su concepción hasta su finalización. 

Muchos de mis compañeros que participaron en películas o series dicen que los directores son demasiado estrictos o malos. Yo creo que no todos los directores son malos o estrictos, depende mucho sobre la experiencia personal de cada uno.

—¿Por qué el director quiere hacer un desayuno? —oigo como cierra la laptop y cierra la puerta de un auto.

—Según su asistente es para conocer a su equipo de trabajo, el lugar es un restaurante en el centro de Granada, se llama Carmen De Aben Humeya.

—Suena ser un lugar muy costosa y lujoso—busco en el closet mi outfit para el dia de hoy.

—Brianda, tranquila, es solo un desayuno, no vamos a ver a Angelina Jolie—dejo el celular sobre la mesa y pongo en alta voz a Mateo, empiezo a buscar y termino por ponerme una camisa abotonada blanca lisa, un suerte de lana sin mangas color celeste y una falda blanca lisa suelta— Acuerdate, sos una maldita diosa, no cualquiera puede tenerte en su vida.

—Ya lo se, solo que no quiero causar una mala impresion.

Tocan la puerta de mi apartamento, bajo las escaleras y me encuentro con Mateo en la puerta, cuelgo la llamada y corro abrazarlo, Mateo y yo somos como hermanos, desde el dia que nos conocimos somos muy unidos, a pesar de que sea un gilipollas y un mujeriego en muchas ocasiones, siempre estuvo dispuesto a protegerme y cuidarme. Es el primer amigo hombre que no me ve con otras intenciones, se siente como si estuviera con una mujer pero en el cuerpo de una mujer.

Pone sus manos en mis hombros y me analiza el outfit, el es demasiado perfeccionista, no le gusta 

algo fuera de lugar. Una sonrisa llena de orgullo sale de sus labios y me deja un beso en la frente.

—Sos realmente bella, Brianda, no dejes que nadie te diga lo contrario, mereces que hasta la luna te baje el universo y no lo digo para coquetearte, es un hecho—veo el brillo en sus ojos cafés y solo logra que mi corazón se encoge— Se que por lo que pasaste fue muy difícil pero me alegro de que sigas de pie y no te rindas, soy mi pequeña guerrera.

—No me hagas llorar, se me corre el maquillaje, idiota—suelta una risa suave y encantadora, me vuelve abrazar de vuelta y nos quedamos asi por unos minutos.

Mateo es como si fuera mi saltamontes. He pasado por tanto, más de lo que alguien debería soportar en una vida entera. Pero en medio de la oscuridad, siempre estuvo el: mi mejor amigo. Cada recuerdo doloroso, cada lágrima derramada, él estuvo allí, sosteniéndome, consolándome, siendo mi roca en medio de la tormenta. Cuando el mundo me dio la espalda, él extendió su mano para levantarme. Cuando sentía que ya no podía más, él me recordaba mi fuerza interior, mi capacidad para superar cualquier obstáculo. Mateo me enseño que no es la cantidad de amigos lo que importa, sino la calidad de aquellos que están dispuestos a quedarse a tu lado cuando más los necesitas.

Me acuerdo que cuando recaí en la bulimia y las autolesiones, todos amigos me dieron la espalda, me tacharon de enferma mental, me abandonaron y lograron hacerme la vida en el colegio una mierda. Mi padre en vez de darme apoyo y ayudarme, me demostraba siempre que era una carga para él, su maltrato psicológico y verbal hizo que entrara en un ciclo abusivo y abusivo con la comida hasta que un día me intenté suicidar. No tengo muchos recuerdos sobre ese día, solo me acuerdo de mi abuela llorando mientras mi papá me dejaba tirada en un hospital psiquiátrico.




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