Capítulo 3

Nada más terminar de cenar Luke se levanta y se marcha al baño, estaba tardando varios minutos pero de mientras viene Elizabeth a hacerme la espera más amena.

-¿Que tal el Romeo? -me pregunta Elizabeth. Me pilla en un mal momento porque estoy intentando quitarme un trozo de comida entre los dientes con un palillo.

-La verdad es que muy bien es un chico simpático aunque a la vez muy inquietante.

-Si, pero tiene mucho dinero, y a saber como es en la cama -dijo Elizabeth mientras hacía el sonido del ornitorrinco.

-Elizabeth, tú siempre pensando en lo mismo -suelto una carcajada -¿tú le has contado algo de mi?

-Yo no, si no lo conocía hasta que ha llegado, solo he cruzado un par de mensajes con él -la miró sorprendida a su pregunta.

-Pues lo sabe todo, como me llamo que edad tengo hasta lo que hice el otro día contigo en el London -ella me mira asombrada.

-Que inquietaba ¿no? -parece que ella no tiene nada que ver y da la sensación de que Luke dice la verdad.

En ese momento Luke sale del baño y se viene directamente a nosotras, Elizabeth al verlo venir se aparta y se marcha a otra mesa a comprobar cómo estaban yendo la cena.

-¿Nos vamos? -me preguntó Luke con total seguridad a sabiendas de que le fuera a decir que sí.

-¿A dónde? -no me gusta ir la primera noche a un sitio desconocido y menos sin saber el lugar.

-Es una sorpresa, ¿te fias de mi? -pone cara de cachorro, pero lo que él no sabe es que son pocas las personas a las que le digo que si si me ponen cara triste.

-"La verdad es que no" -pienso, pero por una vez quiero ser valiente y tirarme a la piscina a ver que ocurría.

-Venga, vámonos -recojo el bolso de piel que estaba en el guardarropa y salgo a la puerta. Ya no había tanta expectación como al principio.

En ese preciso instante veo un destello llegar cada vez más fuerte al principio de la calle. Viene en nuestra dirección y para delante de nuestros pies. De él sale un hombre musculoso con traje y gafas de sol y le entrega las llaves del bólido a Luke.

-Aquí tiene su coche señor Luke -dice el apuesto caballero a lo que me imaginó que es alguno de sus guardaespaldas.

No me puedo creer lo que ven mis ojos. Es un Ferrari de tres puertas rojo de alta gama. En la parte de atrás pone un número. Es un Ferrari 458 Italia y no puedo dejar de presenciarlo. En mi vida nunca había visto un coche así y mucho menos poder montarme en él.

-¿Quieres conducirlo? -me pregunta mientras me ofrece las llaves sin saber que no tengo carnet y aunque lo tuviese no me atrevería a probarlo

-Lo siento mucho, pero no sé conducir y de momento tampoco tengo mucho interés en hacerlo prefiero que me lleven -le miro, es mi chofer particular esta noche.

Me meto en su interior con muchísimo cuidado. El coche es precioso por fuera pero incomodo para entrar con un vestido de Agatha Ruiz de la Prada que me ha dejado Elizabeth para la cena.

Una vez dentro y mientras contaba todos los huesos deseando que ninguno me lo hubiese dejado fuera me pongo el cinturón. El asiento es cómodo y se puede poner de mil maneras distintas.

-¿Y a dónde nos va a llevar este cacharro -quiero vacilarlo.

-¿Como que cacharro? es un ferrari 458 italia con 570 caballos...

-Es broma, como entrais todos los tíos al trapo -me empiezo a reír de él mientras pone cara de circunstancias. En ese precioso instante arranca el coche y lo revoluciona un poco para que me quede impresionada. Lo que él no sabe es que ya lo estoy.

-"Menudo chulo, seguro que a este le pones un macho alfa al lado y empieza a hacer un ritual de cortejo para ver cual de los dos es el dominante" -pienso imaginándome el momento e intentando no reirme

-¿Qué estás pensando? -rompe el silencio que se había creado.

-Nada, es una tontería -lo miro y se ríe.

Empieza a acelerar y en apenas unos minutos estabamos ya en la carretera a ciento cincuenta por horas. Solo deseo que no abra la ventana para no salir volando por ella. Sigo sin saber a dónde me está llevando y cada sitio me suena menos. Él está concentrado en su conducción y yo con la duda del lugar que es.

De repente y sin esperarlo Luke detiene el vehículo. Frena tan de golpe que se me clava el cinturón. Delante de mis ojos hay cientos de barcos y miles de yates.

-¿Qué hacemos aquí? -le observó mientras se baja del coche y me deja dentro con la palabra en la boca. Luke llega hasta mi lado y me abre la puerta.

-¿Vamos? -me dice mientras me tiende la mano para ayudarme a salir, seguro que se ha fijado en lo que le ha costado entrar. Al final con algo menos de dignidad accedo, me quitó el cinturón y le doy la mano.

Le sigo a través de una pasarela que se balancea y se tiene que pasar por medio de todos los barcos. Aun así sigo sin saber muy bien dónde quiere llevarme. Pero no me puedo creer que vaya a ser a uno de ellos, llegamos hasta el final y alli se encontraba un yate de dos plantas de color de plata con su apellido "Johnson" a un costado.

Están esperándonos varias personas supervisando que todo esté bien.

-Señor Luke su embarcación está lista -decía otro apuesto segurata que esta vez ponía una placa identificativa en él.

-¿Quieres subir? -me pregunto Luke mientras estaba ya en la pasarela para acceder a ese precioso yate. Nunca antes había subido a un barco e iba a ser la primera vez que lo iba a hacer.

-Está bien, pero no sé cómo voy a reaccionar.

-Mientras no te den náuseas el resto sería raro.

-Ahora lo veremos -subimos hasta el puente de mando y allí no había nadie.

-Venga, ¿sabes conducir esto? -le digo sorprendida.

-"Al final el apuesto psicópata va a ser un buen partido" -pienso.

Pone una media sonrisa que hace que parezca fácil y coge los mandos del navío -agárrate donde puedas -no me da tiempo a agarrarme a ningún lado, esto empieza a moverse, me voy a tener que agarrar a él. Me agarro a sus robustos músculos y siento sus bíceps bien marcados. Mi dedo se desliza por todo lo largo de su camiseta haciendo que no quede ningún lado libre Era algo que me había llamado la atención durante la cena e iba tocando en estos momentos lentamente cada músculo de sus robustos brazos.