Estoy encima de Luke escuchando el latido del corazón, es algo que estoy empezando a descubrir que me gusta. Después de tantas semanas ajetreadas necesitaba algo de paz y de relax.
-Entonces ¿oficialmente estamos juntos? -me lanza la pregunta.
Le miro y comienzo a reírme -por mi si -le respondo directamente a los ojos.
El comenza a abrazarme con más ganas.
-Luke, ¿te apetece hacer algo este fin que semana? -le propongo.
-Había pensado algo, pero quiero que sea sorpresa -me dice al oído susurrando. Algo que a mi no me gusta porque no puedo aguantar sin saber de que puede tratarse.
-¿Que es?... ¿que es?... ¿que es? -le digo resaltada.
-Solo te digo que te prepares la maleta -me confiesa mientras me coloca el pelo detrás de la oreja.
-De acuerdo -con esas palabras se que no puedo conseguir más información.
Horas más tarde Luke me acompaña al apartamento, se tiene que marchar a una reunión y yo he quedado con Elizabeth.
A los pocos minutos ya estaba llamando a la puerta. Al abrir la puerta me encuentro a Elizabeth pegada a la pared como una estrella de mar, está imitando lo que hice yo en la cafetería.
-¿Qué haces? -le digo carcajeándome.
-Quiero ver que se siente -dice sin apartarse de la pared.
-¿Y que se siente? -le pregunto siguiéndola el juego.
-Pues la verdad es que nada -sigue sin moverse del lugar. En ese preciso instante sale de la puerta de al lado Malvín, mi vecino de rellano. Malvin tiene ochenta años, sale con una bata desgastada y una bolsa de basura. Al ver la escena se queda parado en medio del rellano rascándose la cabeza.
Elizabeth se ha percatado y en décimas de segundo se pone a reaccionar.
-Pues no, no tienes humedad en la pared eh, está perfectamente... Anda hola Malvín -le dice a aquel hombre mayor que lo conoce desde hace un par de años.
-Pues muy bien, si tienes tiempo ven a mi casa que en el baño hay bastante humedad -le dice riendo y quitándole hierro a aquella escena.
-Madre mia que vergüenza -confiesa una vez que Malvin ya está bajando.
-Anda pasa que hoy has sido tú la que has hecho el numerito -no paro de reírme de mi amiga.
-Ya estamos en paz, ¿ves? -admite una vez pasado el mal trago.
-¿Qué es de tu vida? -pregunta Elizabeth -hace ya unas semanas que no nos veíamos.
-Pues en el trabajo muy bien, no parábamos de hacer sesiones de fotos y entrevistas a un montón de famosos. Y con Romeo pues me ha besado hace un par de horas -Elizabeth pone los ojos como platos.
-¿Enserio que te ha besado?, ¿y que tal? -me pregunta mientras me da codazos.
-Pues bien, como cualquier otro -explica mientras juega con un hilo de su camiseta.
-Llevas semanas esperando a ese momento, ¿y solo vas a decir que como cualquier otro? -Elizabeth está sorprendida ante la respuesta.
-No, en verdad ha sido el mejor beso de mi vida, con el siento algo dentro, aunque todavía no se si es bueno o malo -siento como que algo me advierte de que no puede ser todo tan perfecto.
-Bueno, tú haz lo que te diga el corazón y no dudes nunca. -Elizabeth me coge las manos.
-Pues sí, eso haré, ¿y tú qué tal con tu sala de citas? -tengo curiosidad por saber cómo le va porque desde el primer día no he vuelto a aquel lugar.
-Pues muy bien, tengo gente de aquí hasta dentro de dos o tres meses así que la idea funciona -dice Elizabeth ilusionada.
Horas más tarde Elizabeth se marcha y comienzo a preparar la maleta.
-Ropa de verano o de invierno? -le pregunto a través del móvil.
Pero Luke no me responde hasta pasadas las horas y me responde con una foto. En ella sale una tienda de fondo y más al centro un maniquí con un bañador puesto, bañador que me encanta porque he visto uno igual por la mañana.
Empiezo a reírme porque ya sé lo que significa.