Capitulo 14

Es Viernes, he salido ya de mi trabajo y tengo el resto del fin de semana libre. Estoy en mi casa esperando la llegada de Luke. Aún no me ha dicho a dónde vamos y yo ya estoy que me subo por las paredes.

En ese preciso instante escucho un pitido por la ventana, enseguida me asomo por la ventana. Es Luke que esta vez ha llegado con el Ferrari 458 Italia. Aquel vehículo me recuerda a nuestra primera cita. Aquella noche en la estatua de la libertad, la herida, como Luke me curaba, aquella noche en su casa junto a la espera en el puente.

Bajo los escalones de dos en dos con la maleta en la mano, sólo espero no tropezar con nada. Una vez que abro la puerta me encuentro con Luke esperando apoyado en el coche. Lleva una camisa hawaiana y unas gafas de sol que le dan un toque vacacional. Nada igual a todo lo visto hasta ahora.

Luke se abalanza sobre mí y me da un beso apasionado que me deja sin respiración.

—Te amo —me dice susurrando al oído. Algo que hace que se me erize la piel.

Lo miro y le devuelvo el cumplido.

Después de ese momento de novela de televisión Luke abre el maletero para que meta mi maleta y mi neceser para llevarme al lugar desconocido aun para mi.

Después de meternos al vehículo. Luke arranca el coche. Parece saber perfectamente hacia dónde dirigirse porque no le hace falta poner el GPS.

Enseguida nos encontramos en la carretera. Voy observando el paisaje intentando descubrir hacia dónde nos dirigimos. En ese momento observo como Luke cambia el sentido hacia el aeropuerto.

—¿El aeropuerto? —le pregunto resaltada mientras comienza a hacerse de noche.

—Ahora verás —aún así sigo sin decirme a dónde nos dirigimos.

Luke llega hasta una valla donde hay un par de personas vigilando que al observar el coche dejan entrar inmediatamente. Él sin casi detener el paso llega hasta un hangar. Otras dos personas esta vez uniformadas abren las puertas y desde dentro se resalta lo único que hay en su interior.

“Johnson” pone en uno de los lados de un jet metalizado con toques grises y rojos. No puedo dejar de observar.

—Su jet está preparado señor Johnson —dice uno de los dos hombres trajeados mientras a su vez se abre la puerta principal.

—Venga sube —dice Luke que ya está apoyado en las escaleras.

Sin casi pestañear accedo a subir y una vez dentro mientras nos ponemos los cinturones escucho la voz del comandante del vuelo.

—En breves despegamos a la isla de Hawaii, ponganse comodos el viaje durará diez horas y haremos varias escalas para descansar, cualquier cosa no duden en preguntar —dice una voz grave y acentuada con el cielo cubierto totalmente y la luna al fondo en la ventana.

—¿Vamos a ir a Hawaii? —pregunto resaltada.

Luke asiente con la cabeza —He reservado la mejor suite de Hawaii —parece llevar tiempo preparándolo.

—Ponte cómoda, yo voy a descansar un poco —me explica  mientras se echa el respaldo hacia atrás y cierra los ojos.

A las pocas horas de llevar volando no puedo callar una pregunta que llevaba unos días haciéndome.

—Luke —le digo esperando a que esté despierto y que me escuche.

—Dime —responde mientras se incorpora el asiento.

—¿Por qué tienes una relación tan distante con tu hermana? —necesita soltar la bomba.

—Mi familia siempre me ha visto como la oveja negra. Se piensan que soy algo que no es en realidad. Soy una persona algo complicada, pero de eso a que no me dejen vivir tranquilo hay un mundo. Solo quiero ser feliz al lado de la persona ideal y creo que eso lo estoy consiguiendo gracias a ti —es la segunda vez que se abre pero necesitaba escuchar esas palabras de su boca.

—Oh… —esas últimas palabras entran directamente en mi corazón.

—Yo estoy segura de que se lo vas a demostrar —ahora soy yo la que inclino mi asiento y me pongo en mi sitio a ver una película en la pantalla del asiento pero mientras comienza observo la ventana, desde allí se puede ver la Luna que está casi en lo más alto.

Horas más tardes y después de descansar un par de veces llegamos a Hawaii, está comenzando a amanecer pero he dormido gran parte del vuelo.

Luke sacó de su mochila un mapa con todos los lugares de la isla y está intentando encontrar la suite. El hotel se llama “Kahala” por lo que consigo oír de sus labios y su frente fruncida. Y se encuentra en la isla de “Honolulu”. El agua de esta playa es lo más cristalina que he visto nunca. Y el hotel más lujoso que había podido soñar. Es el paisaje perfecto.

Nos encontramos en la recepción. Luke está comprobando que todo estuviera bien.

—Puedes subir ya a instalarse a la habitación, enseguida subo yo —me dice Luke mientras me extiende la tarjeta que necesito para abrir la puerta, en ella se menciona la planta y el número de puerta.

Mientras me dispongo a coger las maletas para subirlas un hombre natural de allí me detiene.

—Disculpe, ¿le echo una mano? —me dice el ilustre hombre, es el botones del hotel, lo puedo deducir porque lo pone en la placa de su elegante chaleco.

—No hace falta, puedo perfectamente —no quiero hacerlo trabajar y más cuando yo puedo subirlas.

—Permíteme que insista, me pagan por ello —me dice con una mirada tan agradable que al final tengo que aceptar.

Subo por un ascensor único para clientes y subo yo sola. Mientras el fajín sube por un ascensor de carga y descarga.

Llego a la planta y me bajo, la habitación se encuentra al final del pasillo. Observo cada detalle del hotel y saco la conclusión de que todo es de lujo.

Alcanzo a la puerta y dejo caer la tarjeta sobre el lector de la misma y esta se abre. Miro hacia atrás y observo que el joven viene ya cargado con las maletas.

Aprovecho y antes de que llegue me meto dentro para observar la habitación. En el centro se encuentra la cama, es redonda y con un espejo en el techo. Algo que a mi me extraña porque no le veo mucho sentido. Me meto al baño y observo que en su interior hay un jacuzzi y una ducha junto a un lavabo de cuarzo decorado y hecho única y exclusivamente para esta habitación.